Con el corazón, ningún culé dudaba de la posible remontada. Este equipo lo merecía, merecía el respeto, confianza y apoyo de toda la hinchada. Sin embargo, pensándolo con la cabeza, era una machada casi imposible, histórica, sin precedentes, y ante un equipo letal cuando le dejas espacios, cosa que el Barcelona tenía que hacer si quería anotar ante el Paris Saint-Germain.

Tras el 4-0 de la ida en el Parque de los Príncipes, la situación se tensó en la ciudad condal y las criticas le llovieron al equipo en todas las direcciones: entrenador, jugadores, directivos. Sin embargo, desde aquél 14 de febrero, y obviando el partido del fin de semana siguiente ante el Leganés, el Barça comenzó a creer en la remontada, y lo hizo por la vía más convincente: buenos partidos, buenos resultados y enganchándose de nueva a la Liga, donde ya depende de sí mismo.

El Paris Saint-Germain llegaba al Camp Nou con la tranquilidad de un resultado arrollador en el partido de ida, y con la moral alta al estar inmerso en la lucha por la Ligue 1 contra el Mónaco, y con un espectacular Edinson Cavani, máximo goleador de Francia y segundo en la Champions.

Planteamiento inicial: salir a morder

El Barcelona salió con una disposición muy ofensiva, con sólo tres defensas y con Messi de mediapunta para dejar la banda izquierda libre a Rafinha. El PSG comenzó con un 4-2-3-1 que se fue trasformando según avanzaron los minutos.

Disposición inicial de ambos equipos al comienzo del partido | Fuente: lapizarradelmister.esEl gol tempranero de Luis Suárez a los dos minutos de comenzar el encuentro, metió algo de presión a los visitantes, aunque no se cometieron errores en defensa, hasta que en el minuto 40, un fallo garrafal del Marquinhos, acaba con la recuperación de Iniesta y en el gol de Kurzawa en propia meta.

En la salida de balón desde atrás, los de Luis Enrique no se vieron en ninguna situación comprometida, sin embargo, el PSG sí provocó las situaciones para que Piqué, Mascherano o Umtiti, fallaran en el primer pase del juego organizativo del Barça. Con la presencia de Cavani y junto al paso al frente de Draxler y Lucas Moura, se generaron situaciones de tres para tres en el centro del campo entre los defensas culés y los atacantes parisinos. En caso de posible corte de balón, se provocaría un contraataque desde medio campo entre tres jugadores veloces (Cavani, Draxler y Moura) contra otros tres no tan rápidos (Umtiti, Piqué y Macherano).

Sin embargo, el '3' del Barça fue quien tomó las riendas en casi todas estas situaciones y consiguió romper esa primera línea de presión, conectando con Busquets, Rakitic, Iniesta, y en ocasiones el propio Messi.

Salida de balón del Barcelona ante el PSG | Fuente: lapizarradelmister.es
Salida de balón del Barcelona ante el PSG | Fuente: lapizarradelmister.es

Nuevo esquema de juego

Con los aspectos anteriormente mencionados, podemos ver a un Paris Saint-Germain que abandona el 4-2-3-1 para transformarlo en un 4-3-3 con la línea de centrocampistas muy atrasada y donde el único posible creador de juego es Verratti. Y estos en ocasiones se incrustaban entre los centrales, dejando una línea de 8 defensores ante posibles internamientos en el área. 

El Barcelona continuó con la formación inicial, ya que le estaba dando buenos resultados y apenas le generaba sustos. La única modificación que se pudo ver fue el cambio en la línea de creación, que inició como un sistema horizontal, y acabó con una disposición en rombo, con Busquets de pivote y Messi haciendo las veces de media punta, aunque con una gran movilidad por todo el campo.

3-0, agobio para los de Emery

Con el gol de Messi desde los 11 metros en el minuto 50, el partido se ponía más interesante que nunca y fue entonces cuando el PSG dio un paso adelante y mostró peligro de cara a la portería defendida por Ter Stegen. 

Primero un tiro al palo de Cavani sembró el pánico en el Camp Nou, en la primera ocasión en la que Meunier se atrevió a correr la banda. Luego, a partir del minuto 55 y con la entrada en el campo de Ángel Di Maria, los franceses se sumaron en más ocasiones al ataque, dejando al Barcelona desorientado y con una defensa escasa ante lo que se les venía: Cavani, Draxler, Di María y Matuidi. 

El argentino, exmadridista, rompió con los esquemas del Barcelona al conseguir desbordar por la banda e incluso por posiciones más centradas, algo que Moura no había podido hacer en los minutos que estuvo sobre el campo.

En el minuto 60, Rakitic hace una falta táctica a Draxler para frenar el contragolpe francés. Verratti la sacó en largo y Kurzawa se redimió de su gol en propia meta dejando el balón de cabeza para que Cavani golpease con virulencia la pelota, que había quedado franca.

El gol dejaba fuera a los culés y hacía casi imposible la remontada, aunque en el estadio nadie se fue, y es que los de Luis Enrique estaban jugando un buen partido y el gol, sorprendentemente, no vino por desajustes defensivos y concesión de espacios, sino por una falta mal defendida

Últimos diez minutos: apoteosis

Ya se habían hecho todos los cambios a excepción de uno del PSG: Di Maria por Moura, Arda por Iniesta, Aurier por Draxler, Sergi Roberto por Rafinha y André Gómes por Rakitic.

Así pues, los equipos formaban con nuevos jugadores y en el caso del PSG con nuevo sistema. Emery retiró a Draxler para dar entrada a un defensor que amarrase el resultado y consiguiera que el Barcelona no tuviera oportunidades de cara a gol.

Luis Enrique estuvo acertado y dio entrada a André Gómes, que propuso alternativas en banda derecha, intentando percutir por línea de fondo, algo que Rafinha no había hecho en los 80 minutos anteriores, ya que siempre se asociaba por dentro o intentaba hacer la diagonal.

En los último diez minutos, el PSG dio cuatro pases, tres de ellos sacando desde el centro del campo tras recibir gol

Arda se asoció bien en ataque y suplió a un Andrés Iniesta que se le veía cansado. Por último, Sergi Roberto volvió a su posición original de mediocentro y en ningun momento se vio obligado a defender, con lo cual le pudimos ver despreocupado en ese aspecto y concentrado en la asociación con Messi y Busquets.

Disposición final del los jugadores | Fuente: lapizarradelmister.es
Disposición final del los jugadores | Fuente: lapizarradelmister.es

Con el dominio total del balón, Neymar transformó una falta, y así nació el espíritu de esta remontada que se quedará por siempre marcada en las mentes de todos los aficionados al fútbol.

El Paris Saint-Germain sacó de centro y no completó ni dos pases seguidos hasta que el Barcelona se adueñó de nuevo del esférico y a los dos minutos, Luis Suárez provocase un penalti (más que riguroso) y que de nuevo Neymar anotaría para poner el 5-1 en el marcador y hacer que el Camp Nou se transformara en una olla a presión para los últimos cinco minutos.

De nuevo sacó de centro el PSG y perdió el balón. Unai Emery apuró su último cambio dando entrada a Krychowiak por Meunier, dotando de nuevo al centro del campo con un jugador más con el objetivo de matar el partido en las botas de sus jugadores.

La entrada al campo del exsevillista no sirvió para eso, ya que el Barcelona fue dueño y señor del esférico durante 10 minutos seguidos en los que el PSG apenas podía rozar el balón para despejarlo y provocar que los locales volviesen a formar su jugada desde 20 metros más atrás.

Con poco más de un minuto de juego, Ter Stegen salió de su portería para rematar un saque de falta que no llegó a ningún destinatario blaugrana. De nuevo los parisinos rifaron el balón que recuperó Arda y tocó con el guardameta culé que, en una jugada que será recordada siempre, recibió una falta que a la postre acabó con el gol de Sergi Roberto.

Neymar sacó la falta que fue bien defendida por el PSG en general y que Rabiot, en particular, consiguió despejar. De nuevo el balón le llego al brasileño que amagó con centrar, se fue para dentro y tras avanzar unos metros sí colgó el balón al área.

El balón que pone el '11' del Barcelona es muy bueno, pero no deja de sorprender la pasividad defensiva de los franceses, ya que Sergi Roberto remata solo frente a Trapp, pero también estaban sin marca Messi y Piqué.

La locura se adueñó del Camp Nou que vio como su equipo apisonaba al rival, concediéndole nada más que cuatro pases en diez minutos, de los cuales tres fueron sacando desde el centro del campo tras recibir un gol.

Sergi Roberto, el héroe del partido | Foto: Champions
Sergi Roberto, el héroe del partido | Foto: Champions

El Barcelona obró un milagro nunca antes visto en la máxima competición europea y, aunque es difícil sacar conclusiones tácticas de este partido, los de Luis Enrique se han reencontrado en las ultimas semanas con lo más cercano a su mejor versión: presión en la salida de balón y tras pérdida, eficacia goleadora, solidez defensiva y buen estado de forma de Busquets y Rákitic.

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Sobre el autor
Ignacio Tuda Benito
Estudiante de Periodismo.