El FC Barcelona volvió a demostrar que el 3-4-3 es un vendaval de fútbol ofensivo y permite potenciar el ataque y el dominio en campo rival. Los de Luis Enrique cuajaron una de las mejores primeras mitades de toda la temporada, en la que dejaron el encuentro sentenciado; mientras que la segunda parte sirvió para bajar el pistón y prepararse para el duro camino que viene.

El Sevilla no pudo responder a los golpes recibidos en el Camp Nou, mostrandose débil y sin confianza; todo lo contrario a lo que se vio a comienzo de temporada. Este equipo es más vulnerable y frágil táctica y moralmente, y el Barça gozó de unas facilidades pasmosas, sin sufrir en ningún momento y jugando uno de los partidos más cómodos que se recuerde.

Primera parte sublime

Los primeros veinte minutos del Barça, táctica y futbolísticamente hablando, fueron espectaculares. Se vio a un equipo plagado de dinamismo, con una actitud voraz y con una implicación y actividad brutal. Todo esto, sumado a la presión tan alta y efectiva del cuadro catalán, dejó al Sevilla sin capacidad de respuesta, y ante la tesitura de presenciar el baño colectivo que estaban recibiendo.

Puro fútbol se vio en los primeros compases, con un Iniesta rindiendo a su máximo nivel y mandando un claro mensaje a los que le quieren jubilar antes de tiempo: queda Andrés para rato. El manchego fue el hilo conductor que todo lo condujo; conectaba con Neymar, con Suárez, con quien quisiera y cuando quisiera. Incisivo, adaptado perfectamente al esquema ofensivo, se siente arropado y acompañado en el centro del campo.

El Sevilla no ocupó el suficiente espacio para detener el domino en la zona media. Ni N´Zonzi ni Iborra pudieron evitar las largas posesiones del equipo local. Además, Samir Nasri fue una sombra pronunciada que apenas intervino positivamente para su escuadra, más bien todo lo contrario. Hombres como Busquets y Sergi Roberto no dejaron que la exhibición de Iniesta fuera individual, y se pusieron las botas en cuanto al juego se refiere. El primero, actuando como eje por delante de la defensa de tres, recuperando su mejor nivel y siendo el descongestionador número uno.

Por otro lado, Sergi Roberto hizo de Rafinha. Es decir, de extremo derecho cuando el Barça manejaba el esfético y de lateral derecho cuando lo perdía. El resultado, brillante. Aporta más que el brasileño y se adapta mejor a esa posición. En ataque no se complica: pases precisos, subidas en el momento adecuado y diagonales dañinas. En defensa cumple con creces, con rápidas recuperaciones y un buen posicionamiento, aportando una seguirdad a Rakitić que no tiene con Rafinha.

Otro recital de la MSN

Además el claro dominio en el medio campo por parte de Iniesta, Rakitić, Busquets y Sergi Roberto, los protagonistas del partido no fueron otros que Leo Messi, Luis Suárez y Neymar Jr. A ese nivel, pocos equipos en Europa les pueden frenar, y el Sevilla pagó caro su pletórico estado de forma. El brasileño sigue encajando de maravilla en este sistema sin Jordi Alba, con libertad total en la izquierda. Esto, añadido a la presencia de Iniesta y Messi, hacen del extremo un elemento impredecible y muy peligroso para sus rivales. Que se lo digan a Mariano o a Vitolo.

Por otra parte, Luis Suárez volvió a comerse a los centrales sevillistas, siendo el punto de apoyo ideal para sus compañeros. Quizá no brille tanto con este sistema, donde toca menos balón, dejando protagonismo a sus compañeros del tridente. Sin embargo, cuando aparece, las jugadas cobran sentido y pasan a ser ocasiones claves.

Por último, Leo Messi sigue demostrando que cuando disfruta, no hay quien le pare. Desde la derecha, desde el centro, desde la izquierda, aguantado el balón, regateando, abriendo el campo, cambiando el juego... El argentino es capaz de hacerlo todo. Y de hacerlo bien. Su influencia en el juego es total y llevó al Barcelona en volandas hacia la victoria. 

Los segundos cuarenta y cinco minutos se hicieron demasiado largos. El FC Barcelona no sufrió en ningún momento y bajó el ritmo del partido. Aún así, dispuso de claras ocasiones para ampliar la renta y dejó detalles de calidad de las botas de Messi, Neymar y Andrés Iniesta. Destacó la defensa en este período, especialmente un colosal Javier Mascherano, contundente al corte e imperial en la salida del balón.

En conclusión, el Barça toma confianza y asienta el 3-4-3 como formación ideal para el resto de la temporada. Queda tiempo para pulir ciertos detalles y mejorar este esquema que tan buenos resultados está dando.