Los culés se dejan algo más de media Liga en un choque en el que lo intentaron todo y nada les salió. En la 31ª jornada liguera al FC Barcelona le tocaba desplazarse hasta el siempre difícil estadio de La Rosaleda para enfrentarse al Málaga. Los azulgranas llegaban al duelo conscientes de que el esperado error del eterno rival había llegado. El Real Madrid empataba horas antes frente al Atlético de Madrid en el Bernabéu y eso permitiría a los culés volver a depender de sí mismos en caso de obtener la victoria en su choque frente al Málaga. Para ello, los blaugranas no podían permitirse errores, pero no cumplieron su parte.

Con Piqué sancionado y Rafinha recuperándose de su lesión, Luis Enrique optaba por presentar el clásico esquema de 4-3-3 en La Rosaleda. Así, Mascherano y Jordi Alba cubrían los laterales mientras Umtiti y Mathieu se encargaban de los puestos de central. En el mediocentro, Iniesta se quedaba en el banquillo y saltaban al campo André Gómes y Denis Suárez. Por parte del Málaga, Míchel González podría contar con todos sus habituales para encarar el importante choque.

Un Málaga al contraataque

El silbato del árbitro se escuchó en La Rosaleda y comenzó el duelo con un Barça muy intenso. Los locales estaban muy bien plantados en el césped y esperaban en su campo su oportunidad en la contra. El mediocentro culé se vio completamente anulado por la alta vigilancia de los centrocampistas blanquiazules y la falta de protagonismo de Sergio Busquets provocó una construcción de juego prácticamente inexistente por parte del Barça. La primera del partido llegó para el bando azulgrana en el minuto 15 y una extraordinaria parada de Kameni evitó que los culés se pusieran por delante en el marcador. Jordi Alba lograba conectar con Suárez con un magnífico pase. El uruguayo controlaba bien delante del portero local pero su chut lo despejó Kameni en una actuación salvadora.

Avanzaban los minutos y ninguno de los dos conjuntos se imponía con claridad frente al otro. La posesión era blaugrana pero la seriedad de la zaga andaluza acababa ganando el duelo frente a las intentonas del Barcelona. En el minuto 29 llegó la controversia con un posible penalti cometido por Rosales, que derribó a André Gómes dentro del área cuando este estaba a punto de conectar con el balón ante Kameni. El árbitro no apreció la falta y poco después llegaba la réplica del Málaga. En el 31 los locales vieron recompensado su juego a la contra cuando un gran pase de Juankar conectaba con Sandro, que vencía a Ter Stegen en el uno contra uno definiendo al primer palo y dándole la ventaja a los suyos.

El gol asustó a un Barça que sabía que necesitaba los tres puntos para aprovechar el error del eterno rival. Reaccionaron con intensidad los de Luis Enrique pero el tanto dio alas a un Málaga que se vio con ventaja demasiado pronto. Los blanquiazules se crecieron y en los últimos minutos llegaron a acercarse al área rival con facilidad. Finalmente, los jugadores se fueron al descanso sin cambios en el electrónico.

Arbitraje controvertido

Al inicio del segundo tiempo, consciente de la falta de protagonismo del medio del campo azulgrana, Luis Enrique dio entrada a Iniesta y colocaba a Sergi Roberto en el lateral izquierdo, moviendo a Mascherano al centro de la defensa. El Málaga no modificó su juego en absoluto a sabiendas de los buenos resultados de este y no se equivocó. Los azulgranas intentaron con desesperación marcar el tanto que les devolviera la esperanza pero los jugadores no se entendían en la jornada de hoy y tampoco fue el día de los de arriba. En el 65, la expulsión de Neymar por doble amarilla dejaba a los culés con 10 sobre el césped y acababa de condicionar una segunda mitad que ya pintaba mal desde el principio.

Una nueva controvertida decisión arbitral anulaba el 2-0 en el 71 pitando un fuera de juego inexistente de Peñaranda, que batía a Ter Stegen nada más pisar el campo. Después, otra vez un clamoroso error de Gil Manzano sacaba fuera del área blanquiazul un claro penalti sobre Sergi Roberto. Actuación muy cuestionable del colegiado extremeño que no manejó bien la dificultad del encuentro. El duelo se descontroló en los últimos minutos y el balón viajaba de un área a la otra sin acabar de entrar en ninguna de las dos porterías. En el 88 Kameni volvía a desquiciar al Barça con una gran parada a Sergi Roberto en boca de gol y las contras del Málaga se sucedían. Pese a encerrarse en su campo, los locales salían con muchos hombres al contraataque y fruto de esta buena táctica llegó la sentencia para los culés. En el 90 una gran jugada colectiva del Málaga acababa con Jony mandando el balón al fondo de la red. 2-0 para los blanquiazules en un partido que merecieron ganar.

La derrota del Barça beneficia al Real Madrid en una jornada en la que su tropiezo pierde todo el protagonismo frente al de los culés. La suerte se puso en contra del Barcelona en un partido en el que ningún blaugrana sobre el césped tuvo su mejor día. Con este resultado, los culés se alejan aún más de sus posibilidades de ganar La Liga y desaprovechan una muy buena oportunidad que hubiera significado el retorno de su independencia.