Endeble y delgado, Johan Cruyff creyó que el fútbol era única vía de escape para ser algo en la vida y el Ajax de aquella maravillosa generación de jugadores holandeses le dio la oportunidad. Debutó en 1964 y en total, para el equipo tulipán, jugó 238 partidos oficiales, logrando perforar la red en 189 ocasiones. Con una media de 0,78 goles por partido, Cruyff se consolidó como uno de los grandes goleadores del momento, lo que le convertía de manera inmaculada en el estandarte tanto de su club como de la selección holandesa. Con tan sólo 17 años, Cruyff jugaría aquella temporada 64-65, la que le vio nacer, nueve partidos para marcar cuatro goles. Ante los indicios de que algo grande podría estar gestándose, nada hacía presagiar que aquel delicado y tenue jugador sería el abanderado de un equipo que levantaría tres Copas de Europa de manera consecutiva.

"En 1964 y con 17 años, Johan Cruyff inició lo que ya sería un camino imparable"

 La temporada siguiente, Cruyff se asentó en el equipo y superó el gol por partido. Fueron 24 partidos en los que anotó 25 tantos, su equipo levantó la Eredivisie (título de Liga) y demostró estar preparado para conquistar el continente. Sin embargo, el conjunto holandés pagó la inexperiencia en las primeras ediciones con varias decepciones. Tras ser subcampeón de Europa en la temporada 68-69 y observar como su máximo rival, el Feyenoord, levantaba el trofeo continental al año siguiente, emergió Cruyff como líder único de un equipo de ensueño. El Ajax levantaría las 3 Copas de Europa siguientes y Johan se marcharía con 48 partidos totales internacionales y 24 goles.

Barcelona para agrandar su leyenda

Cruyff aterrizaría un año después junto con Rinus Michels en Barcelona para hacerse “inmortal” con un equipo que todavía no saboreaba el éxito de un campeonato internacional. Con la casaca culé, Johan jugó un total de 143 partidos, perforando la red en 48 ocasiones. Su capacidad goleadora no tenía la misma fuerza en una competición dura como la española, pero en cualquier caso, su mayor regalo no vendría del último pase a la red sino de la fórmula para su consecución. En su primera temporada en la Ciudad Condal, Cruyff jugó 26 partidos y marcó 16 goles. En todos ellos fue titular y en tan solo tres tuvo que abandonar el terreno de juego antes de tiempo. Campeón de Liga y con su tercer balón de oro en el bolsillo, el ‘Flaco’ se preparaba para conquistar de nuevo Europa. Sin embargo, su camino por la competición más esperada. Además, las reglas por aquella época premiaban sólo a los campeones de Liga y la situación de un inestable Barça provocó que Cruyff volviese a disputar una única Copa de Europa más como azulgrana. Fue en la temporada 74-75 y el holandés jugó ocho partidos en los que no pudo anotar ningún gol.

 

"La Copa de Europa del 74’ fue un duro golpe para el holandés tras caer en semifinales"

El equipo culé cayó en las semifinales por sorpresa ante el Leeds United y Johan tan sólo pudo asistir para el tanto de Asensi en el partido de ida. Ya desde aquel año, el Barcelona comenzó a negarse una realidad incuestionable: Cruyff ya no sería el mismo. En Liga, aquella temporada, marcó siete goles en los 30 partidos que disputó. Consiguió seis en la 75-76, 13 tantos un año más tarde y finalmente cinco en su última temporada como barcelonista, la 77-78, y en la que levantó su último título con la Copa del Rey. Pese a no jugar la Copa de Europa, el Barcelona sí tenía presencia por los torneos continentales. Jugó la UEFA como subcampeón de Liga sus tres últimas temporadas; lo hizo en 26 encuentros para 12 goles. En total, su camino en España se tradujo en 156 partidos (97 ganados, 36 empatados y 40 perdidos), en los que fue titular en todos y tan sólo sustituido en 17.

Sin título con Holanda y regreso a casa

La “Naranja Mecánica” liderada por Cruyff es considerada por muchos como la selección más preciosista de la historia. Pero, como casi todo en el fútbol, el reconocimiento va supédito a la consecución de algo que lo represente con el paso de los años. Y eso no llegó. El número total de partidos que Johan disputó con la selección neerlandesa fue especialmente efímero (48 partidos y 33 goles entre 1966 y 1978) pero, aun así, y pese a la final perdida del Mundial 74’, la huella es imborrable. No quiso participar cuatro años después en el Mundial de Argentina 78’ tras vivir uno de los peores momentos de su vida, al ser retenido en su casa por unos ladrones junto con su familia, y por miedo a lo que pudiera acontecer decidió no viajar para disputar el cetro del fútbol.

"No consiguió llevar al éxito a la ‘Naranja Mecánica’ pese a su fútbol preciosista>"

Johan quiso así dar por finalizada su etapa en Barcelona y probó suerte en Estados Unidos. El equipo Aztecas dio cobijo al holandés durante una temporada, 27 partidos y 14 goles su bagaje. Empezó entonces a dar varios bandazos sin rumbo fijo, donde fichó por el Diplomats y por el que jugó también 27 partidos y consiguió 10 goles. Se fue a pelear en Segunda División con el Levante al año siguiente y con 10 partidos y dos goles abandonó al equipo en el mercado de invierno para regresar a Estados Unidos. Se produjo tras ello la vuelta más esperada. No era el mismo jugador de antaño pero aun así su vuelta al Ajax tuvo el reconocimiento de una afición que entendió, tras años de fracasos, lo que supuso el modelo basado en el juego de Cruyff. Jugó 15 partidos, metió siete goles y el Ajax volvió a ganar el campeonato nacional. Su segundo paso por el club holandés fue insuficiente para el excéntrico ‘14’. Johan no asimiló el momento en el que se encontraba y, pese a jugar bastantes partidos, la situación no le agradaba. En su segundo año tras el regreso participó en 21 partidos y consiguió siete goles.

FOTO: PA
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Además disputó sus últimos dos partidos de Copa de Europa sin conseguir anotar. Fue en su último año como profesional cuando Cruyff demostró la esencia del jugador que abarcaba mucho más que 100 metros de hierba. En su último año y, para evidenciar el enfado con la directiva del Ajax, Johan se marchó al Feyenoord. Fue el eterno rival quien disfrutó el final del tulipán de oro. Curiosamente además fue el año que más partidos disputó en Liga desde que debutara veinte años antes. Saltó al césped en 33 ocasiones y metió 11 goles. Además, participó en 11 partidos de la Copa de Holanda con un único tanto y defendió la rojiblanca del equipo holandés en cuatro partidos de la UEFA con también una única celebración. Se despidió el ‘Flaco’ con 711 partidos totales (519 en Liga, 54 en Copa y 89 en campeonatos internacionales y 48 con la selección holandesa) y dejó 405 goles. Más allá de eso, el maravilloso e indeleble recuerdo del quinto camino más grande de la historia.