Si hubiese que escoger una imagen que plasmara la temporada de Neymar, habrían dos candidatas serias. La primera sería la de él ejecutando el tiro libre que ponía el 4-1 ante el PSG, en la heroica remontada de marzo pasado. La segunda sería la de 'Ney' cobrando la pena máxima que ponía el 5-1, dentro del mismo encuentro.

Dos acciones puntuales que, más allá de su significado, dejan una consigna clara: hay que empezar a vestir a Neymar de líder. Messi no es eterno y si hay una persona en la que el Barça depositará sus esperanzas en los próximos años es él. 

En medio de un equipo lleno de altibajos, Neymar destacó como una de las piezas más regulares del cuadro blaugrana. Su desequilibrio por la banda izquierda volvió a ser -como de costumbre- fundamental. Eso, junto a una mayor madurez mental le hicieron consagrar una buena temporada.

A pesar de las primeras dudas que generó aquella caída en el Camp Nou ante el Alavés, en septiembre, el ex Santos dejó atrás la euforia de Río 2016 y se puso el casco de obrero para que su equipo no quedara rezagado.

Es cierto que a nivel de goles se le vio más discreto. Viene a la mente aquella sequía anotadora que sufrió en Liga, entre octubre y enero, y que el equipo llegó a sentir. Aun así, compensó esa falta de acierto de cara al arco con actuaciones completas, ante rivales complicados y en momentos trascendentales. 

Presente en las citas importantes

El primer examen 'grande' que tuvo, fue en enero, en la Copa del Rey. Barcelona había caído 2-1 ante el Athletic Bilbao, en la ida de los octavos de final, y los culés llegaban al borde del abismo. Por fortuna, en la vuelta, Neymar estuvo enchufado del minuto 1 al 90. Marcó un gol y asistió en otro para consolidar la remontada y adquirir el 'ticket' a cuartos de final. Atrás quedaba ese papel discreto que tuvo en el clásico de diciembre ante el Real Madrid.

Si bien, el crack brasileño no tuvo tanta presencia anotadora, no dejó de decir presente en las grandes goleadas. El 6-0 ante Alavés, el 5-0 ante Celta y el 6-1 ante el Sporting: tres partidazos en los que 'Ney' puso su firma y aportó tanto en el marcador, como en el juego.

Neymar durante un partido de Liga. Foto: VAVEL.
Neymar durante un partido de Liga. Foto: VAVEL.

La cúspide de su rendimiento la tocó en marzo. Tras una actuación desastrosa en París, en la ida de los octavos de Champions, Neymar sentía en el fondo de su ser que tenía la responsabilidad de guiar a su club al siguiente peldaño rumbo al título.

En una noche en la que se alinearon los planetas, el de Mogi das Cruzes fue el líder de una de las mayores remontadas en la historia del fútbol. Lo particular de aquel 6-1 ante el PSG no fue el derroche de fútbol de Neymar, sino su liderazgo y la manera en que se convirtió en un capitán sin banda.

Cuando todo parecía perdido, un tiro libre y un penal cobrado con sangre de caimán -cedido por Messi- demostraron a aquellos detractores que el Neymar de las gambetas y los amagues también puede ser un líder futbolístico.

Aun así, también hubo cierta dosis de irregularidad. Noches fenomenales, como la de ese 8 de marzo, contrastaron con otras, como la del desastre de Turín. La calidad de la MSN y de todo el Barcelona se vio frenada por una implacable Juventus. El milagro de París mantuvo vivas las esperanzas de una nueva remontada, pero el contexto y el escenario eran distintos y esta vez Neymar no pudo conducir a una nueva hazaña.

Aquella eliminación dejó una de las imágenes más impactantes del año. Las lágrimas de Neymar, esas de un campeón sin medalla y que realmente siente los colores. Ese al que las derrotas en las grandes noches le saben a hierro fundido recalcitrante. 

De todas maneras, el cierre de temporada del '11' blaugrana estuvo a la altura de las expectativas. Se perdió el clásico ante el Real Madrid por una roja ingenua, que quizá mostró la ansiedad que vivía el Barcelona en el momento más importante del curso. Sin embargo, su aporte en victorias ante equipos de exigencia, como Villarreal y Las Palmas, hizo que el Barcelona pelease por el trofeo de Liga hasta el final.

En la final de Copa volvimos a ver al mejor Neymar. Una actuación de antología, junto a Lionel Messi, hizo que el equipo azulgrana tuviera el trofeo en el bolsillo antes del medio tiempo. En esta temporada se vio un jugador más maduro, sobrio y que demostró que pronto dejará el rol de 'pupilo de Messi', si es que no lo hizo ya.

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Sobre el autor
Carlos Cifuentes
Colombiano, de pies a cabeza. Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Externado de Colombia. Dando mis primeros pasos en el oficio más bello del mundo.