La noche más mágica del año deparaba la llegada del que sería, sin ninguna duda, el jugador más especial de todos los tiempos. Rituales, hechizos, hogueras y los sueños de San Juan se preparaban para la venida al mundo de Lionel Andrés Messi Cuccittini un 24 de junio de 1987  bajo el manto de la ciudad de Rosario (Santa Fe, Argentina). Pegado a un balón, Leo siempre tuvo claro que sus sueños vestían de corto, y cruzar el charco para alcanzar su anhelo no resultaría un impedimento si era el FC Barcelona el que llamaba a su puerta.

Con la timidez que atesoraba aquel niño, Leo Messi aterrizó en la Ciudad Condal el 17 de septiembre de 2000 de la mano inseparable de su padre, Jorge Messi. El talento, que no entiende de edades, dejó patente su huella sobre las instalaciones de La Masia, provocando el suspiro de los allí presentes en la primera prueba del rosarino con la zamarra azulgrana. Seis goles y dos disparos al poste fueron su carta de presentación, suficientes para tener claro que aquella figura, de sólo 13 años, tenía que forjarse en La Masia. "Llegué con el partido empezado y no me dio tiempo a sentarme. Tenía claro que, si no le fichábamos, nos arrepentiríamos", recuerda Carles Rexach, el artífice del fichaje de Leo Messi en la famosa servilleta de papel a modo de contrato expuesta en el Museo del Club. Desde aquel entonces Leo moldeó su magia en La Masia, pasando por todas las categorías inferiores del club catalán.

Messi esta temporada. Foto: Juan Ignacio Lechuga, VAVEL

En sólo cinco temporadas Leo Messi transitó desde el Infantil hasta el filial azulgrana, hasta que el 16 de octubre de 2004 debutaría de forma oficial contra el RCD Espanyol en el RCDE Stadium con 17 años y catorce días, convirtiéndose así en uno de los canteranos más jóvenes del club en debutar en Primera División. Con el 30 a la espalda, y de la mano de Frank Rijkaard, Messi comenzaría a escribir una leyenda a la que, todavía, le restan muchas páginas por escribirse.

Tímido, humilde y muy humano. Su timidez, la que atesora desde su llegada siendo un niño, es la misma que le permite desinhibirse cada vez que salta sobre el césped. Leo Messi nunca necesitó entrenar la agudeza desplegada bajo sus botines ni su destreza en cada jugada mágica sólo al alcance de sus genes. Decisivo y convertido en el jugador más desequilibrante del mundo, Leo alcanza hoy los 30 años rodeado de 30 títulos en clave azulgrana. Un total de ocho Ligas (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013, 2015 y 2016), cuatro Champions League (2006, 2009, 2011 y 2015), cinco Copas del Rey (2009, 2012, 2015, 2016 y 2017), siete Supercopas de España (2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013 y 2016), tres Supercopas de Europa (2009, 2011 y 2015) y tres Mundiales de Clubes (2009, 2011 y 2015) respaldan el palmarés del mejor jugador de todos los tiempos. Además, el ‘crack’ argentino ha logrado disputar 25 finales con el FC Barcelona, levantando al cielo el título en 20 ocasiones, un hito al alcance de muy pocos.

Leo Messi suma con el Barça 583 partidos, 507 goles y 195 asistencias

Al galope y con tesón se apoderó de multitud de récords. Se forjó como máximo goleador en un año natural con 91 goles (2012) atesorando en su haber más balones de oro en la historia que cualquier otro jugador (5). Logró alzarse como máximo goleador histórico de la Selección Argentina (58) y del FC Barcelona (507), además de coronarse en la Liga Española como el máximo asistente histórico de la competición (137 asistencias), máximo anotador de la Liga (349) y ser el primer jugador en marcar a todos los equipos de Primera División en una sola temporada (2012-2013). Su condición de ‘único en su especie’ no es una mera quimera. Leo Messi es el único jugador en el fútbol español en anotador más de 40 goles durante 8 temporadas consecutivas y único en marcar en las 6 competiciones en el mismo año más de una vez (2011 y 2015).

Celia, la abuela que desde su infancia le alentó para alcanzar su anhelo, se convirtió sin saberlo en la protagonista de una historia a la que todavía le quedan muchos goles que celebrar. Sus 507 dianas como azulgrana, todas ellas con un mismo final. Desde el cielo la abuela sonríe tranquila, a Leo aún le quedan muchos goles que dedicar.