Lo complicado no es llegar, sino mantenerse. Aunque suene a tópico, es una de las verdades más absolutas no solo en el mundo del fútbol, sino también en el mundo del deporte en general. Conseguir un objetivo, ya sea un ascenso a una categoría, llegar a la Champions League o cualquiera que se proponga un equipo, sirve de poco si después de lograrlo el equipo se duerme en los laureles y, por falta de constancia y ambición, echa a perder lo conseguido en la temporada anterior.

Para mantenerse en el nivel alcanzado, es primordial una buena preparación, para que el equipo se vaya acostumbrando a una nueva categoría, por ejemplo, aunque ya haya estado en ella en campañas anteriores. La pretemporada, por lo tanto, es un período de especial trascendencia cuando se quiere preparar a un equipo después de un ascenso de categoría.

Esta es la situación en la que se encuentra el Barcelona B. Después de conseguir el ansiado ascenso a Segunda División A, su objetivo es claramente mantener la categoría e intentar hacer un buen papel en la misma. Por este motivo, el club ha diseñado una pretemporada con varios partidos ante equipos de nivel, de manera que los jugadores lleguen al inicio de la temporada oficial lo más adaptados posible a la exigencia de la Segunda División A.

Entre estos encuentros destaca la presencia de un flamante equipo de Primera División, el Girona FC. El conjunto de Pablo Machín también se prepara de cara a su primera temporada en la máxima categoría del fútbol español y se va a enfrentar al filial barcelonista el próximo 4 de agosto en la Ciutat Esportiva Joan Gamper. Este partido, por lo tanto, servirá de gran ayuda a ambos equipos ascendidos para aclimatarse a la nueva categoría que han alcanzado en la temporada 2016/17. Los otros rivales del Barça B en esta preparación serán L'Escala, el CF Peralada y el FC Santboià.