El Fútbol Club Barcelona llegaba a la tercera jornada de la UEFA Youth League con el objetivo de encarrilar su clasificación. Tras ganar los dos primeros encuentros por la mínima ante Juventus y Sporting, el Barça recibía a un Olympiacos con ganas de dar mucha guerra.

Los griegos, con un punto en dos partidos disputados, llegaban al Mini Estadi con ganas de demostrar mucho. Comenzaron el partido con intensidad, pero la calidad de los locales acabó saliendo a la luz y permitiendo que el Barça dominase el partido.

El Fútbol Club Barcelona dominó el partido de cabo a rabo y no dio opción alguna a los griegos. Con dos goles, Carles Pérez fue el jugador más destacado del encuentro y uno de los mayores culpables del 5-0 final.

Ahora, el Barcelona necesita solo un punto para clasificarse para la siguiente ronda. Sin embargo, los chicos de Gabri no piensan relajarse y buscarán cerrar la primera plaza lo antes posible.

Dominio e intensidad azulgranas

Los chicos de Gabri saltaron al campo con las cosas mucho más claras que los griegos. Mientras el Olympiacos parecía algo nervioso, el Barça calmaba el partido desde el principio. El equipo griego ponía intensidad, sí, pero estaban demasiado erráticos como para poner a los locales en apuros.

El Barça controló el juego desde el principio, llevando el partido a dónde más le interesaba. Tanto calmando el partido como lanzando tres internadas por banda seguidas, el Fútbol Club Barcelona dominaba los tiempos del partido a la perfección.

Los griegos sufrían mucho a la hora de recuperar el balón; y aún más a la hora de sacarlo jugado. Poco a poco, el Barça adelantó la presión y dejó a Olympiacos sin opciones de crear juego. Sin embargo, los griegos consiguieron salir a la contra en un par de ocasiones y poner en apuros a los azulgranas.

La clave del Barça durante toda la primera parte fue la calidad y entrega de Carles Pérez. Ya fuese desbordando con un par de regates o atacando las espaldas de los defensores, Pérez estaba siendo un auténtico puñal.

Justamente atacando la espalda de la defensa llego el primer gol de los chicos de Gabri. En el minuto 28, un gran pase del capitán Mingueza dejó solo en el borde del área a un Carles Pérez que no se lo pensó y marcó un auténtico golazo. La conexión funcionaba.

El gol del Barça provocó que el Olympiacos despertase de su letargo y subiese la intensidad, lo cual les permitió tener más opciones en ataque pero los dejó vendidos en defensa en más de una ocasión. Seguían, además, perdiendo balones muy peligrosos en defensa que permitieron que el Barça dispusiese de oportunidades muy claras de marcar.

Lamprou recibe la segunda amarilla en el minuto 44. | Fotografía: Noelia Déniz
Lamprou recibe la segunda amarilla en el minuto 44. | Fotografía: Noelia Déniz

Por su parte, Carles Pérez seguía volviendo locos a los griegos, que no sabían cómo pararle.  Una gran jugada individual en el minuto 44 le permitió llegar hasta la frontal del área, donde Lamprou no tuvo otra opción que cometer la falta. Una decisión que acabó siendo trágica para el Olympiacos. El lateral recibía, así, la segunda amarilla en un lapso de apenas tres minutos. Pero eso no fue lo peor para los griegos.

La falta estaba en una posición perfecta para un lanzamiento directo. Un lanzamiento que optó por ejecutar Monchu y que, tras rebotar en la barrera, terminó al fondo de la red. El gran lanzamiento del 8 azulgrana tocó la barrera lo justo como para despistar al portero y hacer imposible que evitase el gol.

El Barcelona terminaba la primera mitad dando un golpe de autoridad, no solo por el gol y la expulsión provocada en el último minuto; sino por la sensación de superioridad y dominio total del encuentro.

Reacción insuficiente

El Olympiacos acabó el primer tiempo de la peor manera posible. Necesitaban un cambio de dinámica lo más pronto posible. Más allá de la sustitución realizada durante el descanso, lo más importante fue el cambio de actitud de los jugadores.

Los griegos saltaron al campo con ganas de hacer las cosas bien y volver a luchar por el encuentro. Su intensidad fue refrescante en un principio, pero la superioridad numérica de los locales, además de la diferencia en el marcador, fue demasiado para ellos.

Parecieron perder toda su intensidad en el primer cuarto de hora y volvieron a dejar paso a un Barça que no tenía ninguna intención de aflojar. Tal vez ahora con algo más de cabeza y menos verticalidad, los de Gabri siguieron dominando el partido a placer.

El Barcelona movía el balón y controlaba tanto el centro del campo como el núcleo del ataque. Con todos los jugadores salvo el portero en el campo contrario, los locales embotellaban cada vez más al Olympiacos, que no tenía opción de disputar el balón.

Con tal dominio, era solo cuestión de tiempo que algún balón se filtrase en la maraña de defensas griegos. Un par de rebotes afortunados permitieron que Javier Delgado Saverio se internase en el área y crease una verdadera obra de arte. Yéndose de un defensa y del portero en una baldosa, el delantero consiguió anotar un grandísimo gol.

Carles Pérez fue el goleador del partido y una verdadera pesadilla para Olympiacos. | Fotografía: Noelia Déniz
Carles Pérez fue el goleador del partido y una verdadera pesadilla para Olympiacos. | Fotografía: Noelia Déniz
 

Pero la fiesta no había terminado ahí. El Barcelona siguió atacando y buscando ocasiones para ampliar su ventaja. Carles Pérez, insaciable como él solo, consiguió conectar con Ricard Puig en una sensacional pared para conseguir el 4-0. La pareja azulgrana conseguía así confeccionar un maravilloso gol dejaba a Olympiacos sin opción alguna a diez minutos del final.

Ricard Puig, sin embargo, no pensaba dejar las cosas así. Tras luchar y controlar el ataque azulgrana durante todo el partido, el centrocampista se merecía su premio. Y lo consiguió. Se situó en la frontal del área y, tras amagar un par de disparos y deshacerse de sus defensores, cruzo el balón a la cepa del poste y dejó al portero sin opciones.

El Barça cerraba, con este gol en el minuto 88, la manita en un partido que dominaron de cabo a rabo. Los azulgranas completan así el pleno de victorias en la ida de la fase de grupos y se sitúan ya con un pie en la fase eliminatoria. El mal resultado de la Juventus, su mayor rival, les deja con la necesidad de conseguir tan solo un punto para clasificarse matemáticamente. Los chicos de Gabri lucharán por asegurar no solo la clasificación, sino la primera plaza del grupo, lo antes posible.