Mientras Rivaldo alzaba con orgullo su Balón de Oro teñido de azulgrana tras ser distinguido con todos los honores en el cosmos del fútbol en el año 1999, Álex Collado gritaba al mundo con fuerza su llegada a una vida a la que se anclaba para dejar huella. Tocado con la varita de los elegidos, Álex aprendió muy pronto que su pasión iba a convertirse en una auténtica bendición, llamada a impregnar con garra en el Olimpo de un deporte en el que pronto empezaba a despuntar.

Mecido sobre el cielo de su Sabadell natal, Álex Collado perfilaba sus primeros pasos en el Club Gimnàstic Mercantil. La elegancia, innata en cada atisbo de su ser, dejó constancia para el RCD Espanyol, que apenas tardó en seducir bajo sus filas al sabadellense tras dos años en la cantera de su ciudad (2004-2006). Durante su etapa de benjamín vestido con la elástica ‘perica’, Álex maravilló a propios y extraños al compás de su zurda desde la medular, fortificando su hegemonía en una zona dónde logró izarse como el capitán del navío. Sin embargo, su talento natural no logró pasar inadvertido para el eterno rival, conquistando el corazón de Álex Collado y su familia para empezar una nueva aventura vestido de azulgrana.

Álex Collado esta temporada en la Ciutat Esportiva. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Con el sonido del primer ‘triplete’ retronando los cimientos del Camp Nou, Álex aterrizaba en La Masía con la mirada fijada en un feudo que algún día aspiraba a enamorar. Sin egos, y ornamentado a fuego lento en la cantera azulgrana, Álex Collado respira la pureza del ADN Barça. Rápido, eficaz y con la portería en el punto de mira, el centrocampista catalán consuma con desparpajo su habilidad exquisita desde la medular. Inspirado en el regate y con la polivalencia que enmarcan sus botines, Collado irradia con su calidad desde su llegada al Alevín B de Jordi Font. Ahora, casi ocho años después, Álex Collado se adentra con el Juvenil A de Gabri García como líder, alma y puntal de una escuadra que baila bajo su batuta.

El compás, siempre ilustrado en sus marcas, ensalza la figura de Álex. Tras un inicio irregular en la temporada de los de Gabri García, la permuta pasa por sus botas. Después de brillar en el empate en el derbi correoso ante el RCD Espanyol (jornada 9), Collado volvió a saborear las mieles del gol esta campaña. Pese a no convertirse en su obsesión, el arquitecto del Juvenil A suma ya tres dianas este curso, fortificando el gol como otra de sus mejores armas.

Álex Collado celebrando su gol ante el RCD Espanyol (J9). Foto: Noelia Déniz, VAVEL

Álex brilla e ilumina a sus compañeros, conduciendo con cautela una batuta que lejos queda de venirle grande. Polivalente tanto en su juego de extremo como de interior, a sus 18 años la humildad sigue siendo su mejor bandera. Sin prisa, pero sin pausa, Álex Collado consuma de forma natural su paso por las categorías inferiores de La Masía. Gerard López, del filial, ya mira con recelo los pasos de un producto delineado para enamorar