Tras una arrancada espectacular de la temporada, salvo por la pérdida de la Supercopa de España en manos del Real Madrid, el Barcelona dará comienzo este martes a su andadura por la Copa del Rey visitando al Real Murcia, conjunto de categoría inferior, en los dieciseisavos de final.

Aunque Valverde ya ha comunicado que gran parte de los "pesos pesados" del primer equipo no tomarán parte del viaje, es el momento para jugadores que disponen de menos minutos, como podrían ser Denis, André Gomes o Cillessen.

Los azulgranas saltarán al césped a sabiendas que deben defender a capa y espada el título que actualmente poseen si quieren volver a cumplir con una gran temporada. La última, el 27 de mayo en el Vicente Calderón.

El Hércules abría la puerta

Tras ganarla también en 2016, el Barcelona volvía a echar a rodar en Copa ante el Hércules, conjunto de 2ª División B, que tendría la suerte de visitar el Camp Nou años más tarde. Eso sí, la competición empezó a domicilio.

Los menos 'usuales' se reivindican ante el Hércules

Y mucho tuvieron que trabajar los azulgranas, que con una plaga ya común de jugadores del filial, no pudo pasar del empate a 1. Porque así lo quiso Carles Aleñá cuando, en el minuto 58, puso el empate tras el gol de Mainz segundos antes. Luis Enrique no respiraba tranquilo y debía esperar a casa para sellar el pase a octavos.

El Camp Nou se les hice bien grande a los jugadores de Tevenet, que tuvieron que resignarse a mirar el espectáculo que ofrecía el Barça para cerrar el 2016 en la Ciudad Condal. El abrumador 7-0, con goles de Digne, Rakitic, Rafinha, Alcácer y el hat-trick de Arda, puso alfombra roja para que los catalanes siguieran vivos en una Copa del Rey que solo acababa de empezar.

Un clásico antes de tiempo

Si normalmente el clásico trae de cabeza a Barcelona y Real Madrid, en Copa el Athletic de Bilbao hace la excepción. Un histórico donde los haya en esta competición era el nuevo muro a derribar por los azulgranas si querían volver a estar en otra ronda.

El Athletic amarga la Noche de Reyes al Barcelona | Foto: Mª José Segovia - VAVEL

La primera parada, en Noche de Reyes, la puso la ciudad vasca. Los rojiblancos, que lucían orgullosos la Supercopa de España que ya habían 'birlado' a los catalanes año atrás, volvieron a dar un golpe sobre la mesa. Espesos y decepcionados tuvieron que volver a poner destino a la Ciudad Condal, y es que el tanto de Messi no contrarrestaba las dianas anteriores de Aduriz y Williams (2-1).

Una semana más tarde llegó la reivindicación en forma de fútbol: el 'tridente' se vistió de gala para llevar al Barça en volandas hasta los cuartos de final. Callando las malas decisiones arbitrales, los goles de Suárez, Neymar y Messi enmudecieron el temor de Saborit. Nueva victoria (3-1) y a esperar rival.

Rompiendo la maldición de Anoeta

Si hay algo que asusta al vestuario azulgrana, más allá del Real Madrid, es la visita a Anoeta y en el mes de enero. En un seguido de enfrentamientos entre Copa y Liga, los de Luis Enrique salieron bien parados del reencuentro con Eusebio Sacristán.

El Barcelona, al fin, vence en Anoeta y se aleja de viejos fantasmas

Nuevamente por tierras vascas, aunque esta vez era San Sebastián en medio de su semana grande. Pese a que los locales pusieran la 'tamborinada', la música tuvo que ponerla Neymar desde los once metros regalando la victoria, por la mínima, a los blaugranas (0-1). Se rompía una mala racha interminable en el estadio de Anoeta y, aunque escasa, la ventaja la tenían los de la Ciudad Condal.

La 'vuelta' dio más sonrisas que lágrimas al espectador culé. Una buena sintonía entre 'los Suárez' (Luis y Denis) dio el billete de semifinales a un Barcelona que lo quería todo. Con el 'doblete' del gallego y los goles de Luis Suárez, Arda Turan y Messi, los vigentes campeones se comieron a la Real Sociedad por 5-2.

Estilo Simeone

Empezaba febrero y no podía ser de otro modo que por la puerta grande. El encuentro ante el Atlético, merecido rival de semifinales, se abrió bien temprano cuando Luis Suárez puso la directa en el minuto 7 para llevarse el gato al agua ante Moyá. Los del Cholo no despertaban y tuvieron que volver a aplaudir a Messi, que en el 33' hacía el segundo.

Los rojiblancos, empujados por un Calderón lleno hasta la bandera, consiguieron meterse en el partido gracias al gol de Griezmann, pero pese a la insistencia, no hubo tiempo de reacción. Messi y compañía se ponían por delante con un 1-2 de mucho valor.

En la resolución de la eliminatoria en el Camp Nou, y con un gran partido de Cillessen, llegó el momento más tenso de toda la Copa del Rey. Luis Suárez ponía el gol local antes del descanso, pero el Atlético no estaba dispuesto a perderse la Final de Copa por culpa del Barcelona.

En un baile de juego sucio, el uruguayo y Sergi Roberto dejaron al Barceleona con 9 hombres tras marcharse expulsados, como también lo haría Carrasco. Gameiro tuvo al barcelonismo en un suspiro cuando empató en el 83', pero la última copa fue un mal trago para los madrileños, que se marchaban a la capital con los bolsillos vacíos.

El Rey de Copas no da tregua

El Barcelona volvía a estar, nuevamente, en la Final de la Copa del Rey. Y lo hacía repitiendo, pues un año atrás ya la ganaba ante el Sevilla en el mismo césped, el del Vicente Calderón. Esta vez el rival no era otro que el Alavés, la gran revelación de la temporada que llegaba por méritos propios a la cita.

Pero se les aguó la fiesta a los vitorianos. Sin Suárez ni Sergi Roberto, amonestados, Messi no quería dar la temporada por perdida y quiso despedir a Luis Enrique del banquillo con un nuevo título. El argentino se arrancó el primero de la noche cerca de la media hora de juego, aunque Theo Hernánez, ahora madridista, le copiase el camino.

Neymar se despide del Barcelona | Foto: PhotoSilver - VAVEL

A Neymar y Paco Alcácer les bastó con tres minutos para dar la vuelta a la electrónica y dejar claro que, de campeón, solo había uno. El 3-1 final otorgaba otra Copa del Rey a los azulgranas, que ya suman 27 trofeos en las vitrinas del museo.

Era la última vez que Luis Enrique se sentaba en el banquillo para dirigir al Barça y lo hizo de la mejor manera que sabe: venciendo. También sería el 'adiós' oficial para Neymar, aunque aún en esas fechas no tuviera decidido su futuro.