Y se cumplieron las predicciones. El Chelsea será el rival del FC Barcelona en los octavos de final de la Liga de Campeones. El conjunto de Ernesto Valverde tendrá que vérselas contra un conjunto que ha vuelto a la máxima competición después de un año sin hacerlo. Así pues, el próximo día 20 de febrero el Barça se citará en Stamford Bridge para dar inicio a una eliminatoria que se cerrará el 14 de marzo en el Camp Nou.

Un sorteo con poca suerte

14 puntos, cuatro victorias, dos empates. Seis partidos, nueve goles a favor, uno en contra. Estos han sido los números de un FC Barcelona más que aceptable en un grupo más difícil de lo que se podía prever en un principio. Un camino farragoso pero que tenía su premio, estar en el bombo de los líderes de grupo para enfrentarse, aparentemente, a rivales más asequible. Sin embargo, la historia demuestra que no hay equipo pequeño llegados a los octavos de final de la Liga de Campeones.

Los 16 mejores equipos europeos del momento se citaban este mediodía a la 12h en Nyon (Suiza). Chelsea, Basilea, FC Porto, Shaktar Donetsk y Bayern de Munich eran los posibles rivales para octavos. Sin embargo, el cruce contra el Chelsea era el que tenía más números para salir y así fue. Que los blues terminaran como segundos de grupo provocó que solo pudieran cruzarse en su camino el PSG, el Besiktas o el FC Barcelona. Tras salir los seis primeros bombos, solo quedaban Bayern, Besiktas, Chelsea y Barcelona y el destino ha querido que ingleses y catalanes se volverán a ver las caras tras la eliminatoria frustrada para los culés el curso 2011-12.

El Chelsea, un rival impredecible

El bagaje del Chelsea en la Premier League y Liga de Campeones ha dejado sensaciones contrariadas. El equipo de Antonio Conte ha firmado partidos excelsos y otros no tantos. En la competición doméstica están a 14 de un Manchester City intratable, mientras que en Champions han terminado segundos de grupo por detrás de la Roma. Pues esta temporada acumulan ya las mismas derrotas que sumaron la temporada pasada en la Premier League, cinco.

Así pues, la irregularidad es un de sus puntos débiles. Por otro lado, las mayores virtudes del bloque dirigido por Conte son la cabeza del delantero fichado este mismo verano, Álvaro Morata, además de disponer de uno de los jugadores con más magia del fútbol contemporáneo, Eden Hazard. Finalmente, destacar el reencuentro de Pedro y Cesc Fábregas, por primera vez como jugadores blues, con su ex equipo.

Finalmente, destacar que las dos últimas dos temporadas que el Chelsea pudo estar en los octavos de final se enfrentó al Paris Saint-Germain. Además, las dos veces, la eliminatoria terminó cayendo del lado parisino y el Chelsea se quedó con las ganas de quitarse la espina de las semifinales contra el Atlético la temporada 2013-14.

El camino hacia el sorteo

El camino para llegar ahí nunca es fácil y el del Barça no ha sido menos. El subcampeón de Europa amenazaba al Barça con adjudicarse la primera plaza y hacer que los azulgranas se la jugarán contra unos rocosos Sporting de Portugal y Olympiacos. Sin embargo, la apisonadora azulgrana no cedió ninguna derrota, imponiéndose en cuatros de los seis enfrentamientos.

La suerte, Leo Messi y el buen juego hicieron que el primer cruce, precisamente contra la Juventus, cayera del lado azulgrana. Liderados por el mejor jugador de todos los tiempos, el FC Barcelona dio un golpe de autoridad en el primer partido de la fase de grupos de la Champions imponiéndose por 3-1 a la Juventus. Sin la misma trascendencia, pero el Barça le tenía ganas a la vecchia signora y así lo hizo saber.

Tras ganar al rival más fuerte del grupo vinieron quizá los menos favoritos, pero no por eso fáciles. Contra el Sporting Club el Barça ganó por la mínima con un gol en propia puerta del club portugués. El tercer partido contra Olympiacos fue más plácido. Jugando de nuevo en el Camp Nou el Barça tuvo la suerte de abrir el marcador con un gol en propia puerta de Nikolaou y luego Messi y Digne sentenciaron el encuentro en la reanudación del partido, que terminó con un 3-1.

La segunda parte en la fase de grupos del conjunto de Valverde fue mucho más discreta. Dos empates a 0 consecutivos contra Olympiacos y Juventus a domicilio. Dos partidos en los que el Barça no logró desarrollar juego y ocasiones suficientes como ser el líder infalible que aspiró a ser tras las tres primeras jornadas. El último partido devolvió la victoria a la Champions con un 2-0 trabajado. Sin embargo, los dos goles en el último choque, uno de Alcácer rematando un córner y otro en propia, no despejaron dudas sobre un juego que no termina de relumbrar.

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