No le unen lazos de sangre con Sergio Busquets, pero poco tiene que envidiarle al ‘pulpo de Badía’. A punto de cumplir los 19 años (20 de enero de 1999), Oriol Busquets hilaba con sutileza sus primeros pasos sobre la cancha en su Sant Feliu de Guíxols natal. Desde allí trazaría línea directa hasta las instalaciones de Can Barça con apenas 8 años, militando en su primera campaña con la elástica azulgrana en las filas del FCB Benjamín B.

Maduro, inteligente y trabajador, Oriol Busquets está llamado a pilotar con soltura la sala de máquinas azulgrana. Tejido con una anticipación cuidada y adornado con la visión de juego que sólo despliegan los más grandes, Oriol ha conseguido alzarse como pieza clave en su primera temporada con el filial azulgrana. A sus espaldas, el canterano de Sant Feliu de Guíxols suma un total de 20 encuentros con el Barça B (18 de ellos como titular) y un total de 1.505 minutos sobre sus botines deleitando con exquisitez cada recodo del verde.

Oriol Busquets el día de su debut con el primer equipo. Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Oriol Busquets el día de su debut con el primer equipo. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

En silencio, y con la constancia por bandera, su ascensión del FCB Juvenil A al Barça B este curso llevó a Oriol Busquets al escaparate del mundo del fútbol. En edad juvenil, pero con dinámica del filial, Oriol ha logrado ganarse un hueco en el ‘once’ titular en los esquemas de Gerard López. Clave, sutil y con una calidad técnica que despunta, el canterano se ha adueñado con todos los honores del pivote defensivo del escuadrón azulgrana. Pese a no ostentar parentesco con Sergio Busquets, los paralelismos afloran en el aire con quién está llamado a sucederle al trono. El heredero en una de las zonas más puntillosas del verde camina con firmeza y tesón para volver a sentir de primera mano el jolgorio de una hinchada que un día se rendirá a sus pies.

Su astucia innata con tocados de humildad llevó a Oriol Busquets a debutar con el primer equipo el pasado 29 de noviembre en el partido de vuelta frente al Real Murcia en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. De la mano de Ernesto Valverde, y con la ilusión de un niño con zapatos nuevos, Oriol se enfundaba el ‘30’ a la espalda para meterse en el papel de Busquets. El grande, el mismo que respira con alivio al ver la corona a salvo.

Oriol Busquets con el Barça B frente al Real Zaragoza. Foto: Noelia Déniz, VAVEL
Oriol Busquets con el Barça B frente al Real Valladolid. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

La nueva fórmula para consagrar la hegemonía de Sergio Busquets se llama Oriol. Adornado con su 1,85 de altura, Oriol Busquets aspira un día a trenzar sus sueños sobre los cimientos del Camp Nou. Ya ha respirado su esencia, y viene a por más. Pese a reconocer que su anhelo se adelantó más de lo esperado, Oriol no tiene prisa por vestir los atuendos del primer equipo. Ágil, rápido y siempre anticipado, el joven canterano de La Masía combina su temporada con el filial de Gerard López con la UEFA Youth League del FCB Juvenil A de García Pimienta, dónde logró participar en el primer encuentro de la fase de grupos frente a la Juventus de Turín.

Alma, corazón y garra se enhebran sobre un gen con pedigrí azulgrana. Es Oriol Busquets, el discípulo de un referente mundial al que poco tiene que envidiar. Así se curte la fortaleza de un Oriol siempre hábil, raudo y atento que domina tanto el juego aéreo como su capacidad para manejar el cuero desde atrás. Un cerebro acunado en La Masía, un talento bruto que empieza a pulir sus piezas con la calidad que late desde su esencia.