Descaro, desparpajo, atrevimiento. Así se podría definir el planteamiento del entrenador verdiblanco, Quique Setién, ante el líder de la Liga Santander, el FC Barcelona de Ernesto Valverde. Un planteamiento que le estaba saliendo perfecto durante los primeros 20 minutos del choque. Tal fue el buen juego, buena colocación y buena presión del Betis en ese periodo del partido, que Marc-André Ter Stegen tocó más la pelota que Leo Messi. 

Con una presión prácticamente hombre a hombre de los sevillanos en campo azulgrana, con la zaga 10 metros por detrás de la línea divisoria del terreno de juego, con todo el equipo en 40 metros de campo... En definitiva, asfixiando al Barcelona que solo podía poner balones largos a sus atacantes sin ningún tipo de efectividad. El equipo sevillano buscó permanentemente la banda de Nélson Semedo llegando a unirse Joaquín Sánchez y Cristian Tello, que son los extremos del equipo, en el mismo lugar. Dominó el juego durante esa etapa del partido de cabo a rabo sin la recompensa del gol.

Rondaba el minuto 20 y el Barcelona ya empezaba a asentarse en el campo. Dominio de balón y primeras llegadas del lateral derecho Semedo y Sergi Roberto, que hoy jugó de medio centro, pero ambas se fueron arriba. Además, Lionel Messi se aclimató a lo que necesitaba el equipo y eso solo puede significar malas noticias para el rival al que se enfrente. Así y todo, el marcador no se movió en la primera parte.                    

Messi y André Gomes abrazándose | Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Messi y André Gomes abrazándose | Foto: Noelia Déniz - VAVEL

Pero en la segunda parte, con un Real Betis mermado ante el despliegue físico del primer tiempo, el '10' impuso su ley. Los técnicos locales no supieron dar un paso atrás en las líneas y eso, jugando ante los azulgrana y con tus jugadores cansados, podría decirse que es un suicidio. Empezaron a caer goles. Una salida de balón vertiginosa entre Samuel Umtiti, André Gomes, Iván Rakitic y Luís Suárez y una defensa prácticamente en la línea del medio del campo, hizo que un pase filtrado del delantero uruguayo al '4' culé pusiera el primer gol en el casillero visitante. Más tarde eran Busquets y Umtiti los que recuperaban el cuero en zona peligrosa y en 4 o 5 toques, caían el segundo y el tercer gol de los catalanes.

Más allá de protegerse y no dejar que la herida fuera más y más grande, los béticos persistían en su idea de juego y no atrasaron las líneas y eso para un argentino de 1.69 de altura es como la sangre para un tiburón blanco. El astro no se cansó de atacar y atacar hasta que cayeron el cuarto y quinto gol para los del 'Txingurri'. El cuarto gol fue casi un ejercicio de entrenamiento en un uno contra uno ante el defensa verdiblanco y en el quinto, obra de Suárez, se limitó a limpiar la jugada después de otro robo en tres cuartos de campo, esta vez de Sergi Roberto.

Ante un equipo que madura tan bien los partidos, con la defensa férrea, con un portero en estado de gracia como es el alemán Ter Stegen, con un '9' que cada vez está más entonado y con un genio que hasta baja a área propia para sacar el esférico limpio en el minuto 85, poco se puede hacer. Esta temporada solo ha sido batido por el RCD Espanyol en el pasado partido de copa. Con más de media liga en el bolsillo a 11 del segundo y a 19 del eterno rival (con un partido menos) da para pensar que 'El Barça de Valverde' puede acabar esta liga invicto o por debajo de las cinco derrotas.