Tras muchos años de espera, llegó un día muy esperado para todos los aficionados del Girona FC. Siempre recordarán el 24 de febrero del 2018 como el día en el que jugaron por primera vez en su historia en el Camp Nou, y para dicha cita el técnico de los rojiblancos, Pablo Machín, no quiso ser como los demás equipos. Es más, usó una táctica totalmente opuesta al encerrarse. Una pizarra brillante que dio sus frutos nada más arrancar el choque pero que, como era previsto, el riesgo estaba ahí y acabó pasando lo lógico.

Ernesto Valverde, al igual que en la mayoría de partidos desde que es entrenador del FC Barcelona, salió con su ya reconocible 4-4-2 utilizando a Coutinho y Dembélé por los dos extremos, una apuesta que salió bastante bien pues hicieron un buen partido, el brasileño incluso marcando uno de los mejores goles de la jornada. Si la pizarra del 'Txingurri' era muy alegre, la de Machín tampoco se quedaba atrás, por lo que ya se preveía desde el inicio que se vería un gran partido, y así fue.

La pizarra de Machín suele fallar muy poco, y el líder de LaLiga Santander lo vivió en sus carnes nada más arrancar el choque, pues una pérdida de Busquets propició una contra de manual del Girona que culminó Portu para dejar el 0-1 en el marcador del Camp Nou, un marcador al que los aficionados gerundenses seguramente harían muchas fotografías, pues ir ganando en tu primera visita al feudo azulgrana no se consigue de un día para otro. 

El Girona siguió fiel a su táctica valiente y no renunció a jugar a fútbol, pero ante esa estrategia se toparon con el mejor jugador del mundo, Leo Messi. El argentino asistió el primer gol de Luis Suárez, marcó el segundo tras una impresionante jugada y también hizo lo propio marcando el tercero con un disparo de falta que sorprendió a todo el público del Camp Nou, y lógicamente también a Bono, cancerbero de los visitantes. 

Una vez finalizado el festival del astro argentino que dejó prácticamente sentenciado el encuentro, aparecieron los fichajes Dembélé y Coutinho, el francés asistiendo a Suárez para que marcara otro gol y el brasileño marcando uno de los goles de la jornada tras marear a la defensa rojiblanca y después disparar con rosca desde fuera del área, un disparo con el que nada pudo hacer Bono. El Barça acabó goleando, pero lo hizo ante un equipo que demostró que no es casualidad que estén tan arriba en la clasificación y que jamás renunció a su fútbol y a la brillante pizarra de Pablo Machín.