El Camp Nou se había vestido de gala. Era el 11 de enero de 2015 y el estadio azulgrana acogió el que, sin duda, fue el partido de la jornada. El FC Barcelona, el entonces segundo clasificado, recibía la visita del Atlético de Madrid, que estaba empatado a puntos con el conjunto azulgrana y que, con una victoria, podía hacer que los locales se despidieran de una Liga que parecía difícil: estaban a cuatro puntos del primer clasificado, el Real Madrid.

Además, el conjunto visitante era el actual campeón de la liga española y es que tan solo ocho meses antes, el Atlético de Madrid se proclamó campeón liguero después de empatar con el Barça por un gol a uno en el mismo feudo azulgrana. Es cierto que los locales se avanzaron en el marcador, pero el conjunto colchonero igualó el partido y se llevó el título. Consiguientemente, el FC Barcelona cerró el año 2014 sin ganar ningún título.

La marcha del Tata Martino supuso la llegada de un nuevo entrenador a Barcelona: Luis Enrique Martínez. El asturiano llegó a Barcelona con la voluntad de enderezar el rumbo del conjunto catalán pero, realmente, estuvo muy cerca de no llegar a dirigir el encuentro en el banquillo azulgrana.

Una semana antes, el FC Barcelona perdió por un gol a cero en Anoeta, un resultado que dejaba a los azulgranas a cuatro puntos del primer clasificado, el Real Madrid, y sumaban la tercera derrota de la temporada y el quinto partido donde no pudieron conseguir la victoria. Y estando en enero. Pero la directiva confió en Luis Enrique y la temporada 2014/15 terminó con un Barça ganándolo todo.

Los azulgranas levantando la Champions en Berlín / Foto: UEFA.com
Los azulgranas levantando la Champions en Berlín / Foto: UEFA.com

​Un partido incontestable

Esa noche del 11 de enero de 2015, el FC Barcelona se jugaba más que tres puntos. Una derrota lo hubiera dejado, probablemente, fuera de la lucha por la Liga y, seguramente sabiendo la presión que tenían y el rival contra el que jugaban, el Barça salió con todo: Bravo bajo palos, Alves, Piqué, Mascherano y Alba en la defensa, Rakitic, Busquets e Iniesta en el centro del campo y Suárez, Messi y Neymar arriba. Cuatro meses después y con este mismo once, el Barça conquistó Berlín.

Por su parte, el Atlético de Madrid también jugó con su equipo de gala esa temporada. El conjunto colchonero llegaba al Camp Nou con los mismos puntos que el conjunto azulgrana y Simeone decidió alinear a Moyá en la portería, Juanfran, Jiménez, Godín y Jesús Gámez en la defensa, Gabi y Tiago en el centro del campo acompañados por Koke y Arda Turán en las bandas, Griezmann en la media punta y como hombre más adelantado Mario Mandzukic.

Leo Messi rodeado de hombres del Atleti en una imagen de archivo / Foto: Daniel Nieto (VAVEL.com)
Leo Messi rodeado de hombres del Atleti en una imagen de archivo / Foto: Daniel Nieto (VAVEL.com)

La primera parte: la presentación de la MSN

El partido empezó con un emocionante minuto de silencio en el estadio azulgrana recordando las doce personas que habían perdido la vida en la masacre que ocurrió en la redacción parisina del semanario satírico Charlie Hebdo. "Tots som Charlie" manifestaba el Camp Nou.

Ya desde el principio el partido tuvo un claro dominador: el FC Barcelona aunque, eso sí, durante los primeros diez minutos de encuentro ninguno de los dos equipos gozó de ocasiones claras. Pero todo cambió en el minuto 11 cuando Messi realizó una jugada individual en el área, asistió para Suárez y éste, entre intencionadamente o con algo de suerte, hizo lo mismo para que Neymar marcara el 1-0. El Camp Nou lo celebraba y tras once minutos de juego, parecía haber olvidado lo acontecido en Anoeta siete días antes.

A partir del gol, el Barça empezó a gozar de las mejores ocasiones del encuentro y hasta en dos ocasiones Moyá, el entonces portero titular del Atlético de Madrid, tuvo que emplearse a fondo para evitar los goles de Alba, primero, y Suaréz, después.

Durante una de las jugadas de la primera parte se produjo una escena que muchos recordarán: después de un centro en el área de Leo Messi, Neymar sufría una entrada más que peligrosa de un defensa del Atlético de Madrid. El árbitro concedía la ley de la ventaja pero el brasileño siguió en el suelo hasta que Rakitic, con un potente chute, envió el balón fuera. Las asistencias entraron en el Camp Nou y el templo azulgrana enmudeció aunque, eso sí, Neymar pudo continuar pero no sin, anteriormente, haber dejado una imagen para la memoria: parte de su calcetín blanco manchado de sangre.

De hecho, el propio Neymar tuvo el 2-0 pero no en sus botas, sino en su cabeza. Messi y Suárez montaron un contraataque a favor de los azulgranas pero, estando sólo ante Moyá, el brasileño remató fuera el centro del uruguayo. El 11 azulgrana se ponía las manos en la cabeza sin creer lo que había fallado, pero la famosa 'MSN' estaba empezando a dejar jugadas para el recuerdo: un avance de lo que ocurriría minutos después.

Porque en el minuto 35, Messi recibió un balón que consiguió controlar entre el hombro y el brazo, no sin causar polémica, y después de conducir el esférico hasta la frontal del área, asistió para que Suárez ampliara la distancia en el marcador. Luis Enrique lo celebró con ganas y, diez minutos más tarde, el colegiado decidió poner fin a los primeros 45 minutos.

La MSN en una fotografía de archivo / Foto: Ernesto Aradilla (VAVEL.com)
La MSN en una fotografía de archivo / Foto: Ernesto Aradilla (VAVEL.com)

Una segunda parte mucho más discreta pero con una foto inolvidable

Los segundos cuarenta y cinco minutos empezaron con un ritmo totalmente distinto al de la primera parte y es que la primera ocasión del encuentro fue para el Atlético de Madrid: Godín remató un córner que se desvió, por poco, por encima de la portería de Claudio Bravo. Y, de hecho, minutos después el Camp Nou vivía una situación insólita: Messi hizo un polémico penalti sobre Jesús Gámez. Mandzukic fue el encargado de chutar la pena máxima y, con un disparo potente y al centro, consiguió superar a Bravo. Era el minuto 57 y, con más de 30 minutos por jugar, el Atlético se situaba a tan solo un gol del Barça.

Pocos minutos después, llegaba otra vez la polémica pero, en este caso, en el área contraria: en un salto, Jiménez puso su codo en el cuello de Rakitic, y el croata reclamó penalti. Undiano Mallenco no decidió castigar la acción y, ante las protestas continuadas de Luis Suárez, el colegiado decidió amonestar al uruguayo con tarjeta amarilla.

El conjunto que volvió a tener otra ocasión clara fue el conjunto visitante, que estuvo muy cerca de igualar el marcador. Después de un resbalón de Mascherano, Manduzkic asistió a Torres, que había entrado minutos antes sustituyendo a Gabi pero, magistralmente, un atento Claudio Bravo se adelantó al español. El Camp Nou coreó el nombre del chileno y es que, en esa jugada, el portero ganó dos puntos.

Porque, en el minuto 87, el FC Barcelona sentenció el partido. Suárez asistía para Messi, que realizaba una pared con Rakitic pero que no consiguió rematar el centro del croata. Eso sí, el argentino consiguió anticiparse al rechace de la defensa colchonera y con Moyá casi batido, marcó el 3-1 definitivo. El argentino corrió hacia la banda para buscar a sus dos mejores cómplices y ante las cámaras de fotógrafos de todo el mundo, la MSN dejó una imagen para la historia.

Messi batiendo a Oblak la temporada pasada en el Calderón / Foto: Daniel Nieto (VAVEL.com)
Messi batiendo a Oblak la temporada pasada en el Calderón / Foto: Daniel Nieto (VAVEL.com)

Con tres puntos más que valiosos, el FC Barcelona consiguió, no solamente dejar a un rival como el Atlético de Madrid a tres puntos de diferencia, sino que, 20 partidos después, se proclamó campeón de liga.

Por su parte, el Atlético de Madrid se fue tocado de ese partido y aún con cuatro meses de competición por delante, los colchoneros sólo pudieron sumar cinco victorias más hasta el final de la temporada y finalizaron en tercera posición a 16 puntos de ventaja del primer clasificado: el Barça.

El partido que vivió el Camp Nou el pasado 11 de enero de 2015 tardará en borrarse de la memoria. Porque el aficionado azulgrana se emocionó con un escalofriante minuto de silencio, vivió situaciones tan extrañas como Messi cometiendo un penalti, vibró con su equipo y presenció una de las noches más mágicas de la MSN. Y es que, tres años después, es una foto que ya no se volverá a repetir.