Hasta los mismos aficionados del Sestao River se muestran incrédulos cuando contemplan a su equipo en lo más alto de la clasificación del grupo segundo. La reciente victoria en Ellakuri, unida al tropiezo del Leganés en su propia casa, han propiciado el sorprendente cambio de líder en el grupo a falta de sólo seis jornadas para que acabe el campeonato.

Aunque todavía haya quien ponga en tela de juicio los méritos del club de Las Llanas, y recuerde la escasa diferencia de dos puntos que separa al primero del quinto clasificado en este apretado grupo, lo cierto es que los números no engañan a la hora de analizar la trayectoria del club verdinegro hasta la fecha.

Un líder ganador y goleador

Con 58 puntos en la actualidad, el Sestao es el líder, empatado con Las Palmas Atlético, equipo a quien supera por el goal average particular (1-0 en Las Llanas y 2-2 en el Anexo insular). Sus 30 puntos logrados desde que comenzó 2014 lo convierten en el mejor equipo de la segunda vuelta en el grupo, bagaje conseguido gracias a la espectacular racha de ocho partidos ganados de los últimos nueve encuentros, para un total de 25 de los últimos 27 puntos en juego conseguidos.

Además de ello, el Sestao acredita ser en números globales el segundo equipo máximo goleador del grupo con 49 dianas, sólo por detrás del segundo filial del Real Madrid. Por si fuera poco, no sólo es un equipo goleador, sino también ganador, puesto que con 16 victorias conseguidas, es el equipo que más triunfos acumula hasta la fecha. Este énfasis ofensivo ayuda a explicar otros datos colaterales como la presencia del pichichi del grupo, Jito Silvestre, con 21 goles, o el número de penaltis a favor -12 -, que curiosamente se detuvo de forma ostensible hasta la fecha, de tal modo que ni una sola pena máxima ha beneficiado al cuadro verdinegro en toda la segunda vuelta.

Por el contrario, el Sestao de Viadero resulta ser un equipo sin aparentes complejos, que rinde igual dentro y fuera de Las Llanas. Así lo demuestran sus números a domicilio, que lo convierten en el equipo que más puntos consigue fuera de su campo, 27, y el que más victorias obtiene: con la del sábado en Laudio, siete.

Grandes números que invitan al optimismo en Las Llanas, y que, de manera inevitable, traen a la memoria de los buenos aficionados verdinegros, las exitosas campañas verdinegras en la categoría de bronce. Habría que pasar hacia atrás las cortas páginas de la historia del Sestao River para traer a la memoria la cruel paradoja de Guijuelo, conCarlos Pouso en el banquillo, para rastrear una campaña en la que el River optara con seriedad a los puestos de playoffs. Corría la temporada 2006/07 y una carambola a tres bandas dejaba en la última jornada a los verdinegros en quinta posición, empatados a puntos con Palencia y Real Unión.

En 1993, ocho jornadas líderes

Es necesario un salto de bastantes años más, ya para la década de los 90 y bajo la denominación de Sestao Sport, para encontrar el último precedente de un River en lo más alto de la clasificación del grupo segundo de Segunda B. Un Sestao Sport, dirigido por el carismático Blas Ziarreta, que comenzaba aquella temporada 1993/94 recién descendido de 2ª División, y lo hacía de manera fortísima, con tres victorias en sus tres primeros partidos, manteniéndose de forma ininterrumpida en el primer puesto de la tabla hasta la sexta jornada, en la que fue adelantado por el Barakaldo. Desde entonces, la cabeza de la clasificación sufrió un vaivén entre los dos vecinos de la Margen Izquierda que devolvió el liderato al Sestao en las jornadas 7, 10 y 11, hasta que este particular pulso entre los dos vecinos acabara en la jornada 12 con la irrupción del Deportivo Alavés, que desde entonces y hasta el final de la competición regular ya no abandonaría dicha posición de privilegio.

Ese River, donde formaban jugadores históricos como Karmona, Ibarrondo, Fuentes o Aitor Bouzo,no pudo repetir el logro del mítico Sestao Sport de Jabo Irureta, que había quedado campeón de su grupo y ascendió directamente a 2ª A la temporada 1984/85.Con una proyección de 72 puntos en una hipotética liga de tres puntos, con 58 goles a favor y sólo 17 en contra, los de Ziarreta terminarían ese año segundos, acompañando a Alavés, Numancia y Barakaldo en unos playoffs, en los que, emparejados con Gramanet, Jaén y Ourense, terminarían cediendo ante el poderío de los gallegos.

20 años después, las reminiscencias de esta época donde el Sestao era uno de los equipos punteros de la categoría de bronce han resurgido con fuerza por obra y gracia del nuevo proyecto encabezado por Ángel Viadero, un técnico que parece empeñado en demostrar que sus declaraciones previas al partido de Leganés, donde apostaba por su equipo como candidato a campeón de grupo, eran algo más que un farol de buen jugador de poker.