El Getafe continúa con la racha de victorias en su campo, en el Coliseum Alfonso Pérez. Esta vez el rival era el Espanyol, que llegaba tocado tras la eliminación copera. Gracias a los tantos de Pablo Sarabia, Pedro León y Moi Gómez, el conjunto azulón consiguió dar la vuelta al marcador, en un partido en el que se había adelantado el Espanyol a manos de Hernán Pérez. A diferencia de otros encuentros, el equipo de Escribá dominó desde los primeros minutos, destacando el nivel de varios jugadores. El esfuerzo por fin da sus frutos.

Tras una primera vuelta convulsa en los primeros partidos y un claro progreso en los últimos encuentros, sobre todo en casa, la situación clasificatoria y los resultados se muestran esperanzadores de cara a la permanencia. Como ya avisó Escribá, el equipo necesitaba un intervalo de tiempo y aguante, aunque resultaba difícil de llevarlo a cabo. Y es que, con el partido de hoy suman 26 puntos en la clasificación de la Liga BBVA y los sitúa en el decimo escalón, a falta del término de la jornada.

En cuanto al enfrentamiento de hoy, el papel más difícil lo ha interpretado Yoda, el centrocampista francés, obligado a jugar en un puesto no habitual, lateral izquierdo. Lo que le jugó una mala pasada con el primer tanto del Espanyol. Salvo por esto el dominio del equipo local fue notable con una rápida reacción a este gol, con un Getafe serio, bien situado, y con las ideas claras. Fue capaz de  encerrar al Espanyol en su campo, estar sólido en defensa y mantener la presión durante todo el duelo, con cuatro disparos al palo. El equipo de Escribá no se dejó achantar.

Sin duda, uno de los grandes protagonistas de hoy fue Pedro León, cuajando uno de los mejores partidos de la temporada. Que le lleva a una reconciliación con la grada y quizá con el técnico.  Así mismo, también hay que destacar el juego de Cala, que partido tras partido va ganándose la confianza de Escribá. Y de Moi Gómez, que había entrado en la segunda parte, aportando su granito de arena, con el último tanto. Donde parecía que el rival estaba acabando más entero que los azulones, pese a haber jugado el miércoles en el partido de Copa contra el F.C. Barcelona. El partido acabó con el 3-1 sobre el Espanyol, con un Coliseum a media entrada.