Damián Suárez compareció hoy en la rueda de prensa del Coliseum, lo que prácticamente confirmaba su recuperación física, que fue corroborada por él mismo nada más empezar:  “Llevo trabajando con el grupo desde el lunes, me encuentro mucho mejor, y espero poder estar a las órdenes del míster el viernes”.

Los azulones cayeron a puestos de descenso tras el empate del pasado lunes entre Granada y Espanyol, una situación que el uruguayo reconoció como incómoda: “Durante todo el año estamos pendientes, y a ningún jugador le gusta estar en esta situación. Confiamos en poder salir de estos puestos, porque tenemos equipo y jugadores para pelear y estar mucho más arriba”.

Se le preguntó incluso si la plantilla tenía miedo al descenso. El lateral no lo negó, pero admitió que hay que convivir con él: “El miedo siempre está, pero tratamos de mirar adelante. El viernes tenemos una final y tenemos que quedarnos con estos tres puntos que son muy importantes. El equipo tiene muchas ganas de que por fin llegue la victoria y esperar los demás resultados a ver si se nos da bien”.

"El Eibar no da un balón por perdido"

No es la primera vez que Damián vive una situación como esta. Durante su intervención recordó su situación del año pasado: “En el Elche estuve casi seis meses en la zona baja. Vivimos hasta enero en puestos de descenso, pero logramos revertir la situación”.

El Eibar, rival de este viernes, llega con bastante comodidad con respecto a la zona de descenso, pero el zaguero getafense no cree que eso les haga salir más lejados: “Todos sabemos que el Eibar no da ningún balón por perdido. Aún les hace falta una victoria más para estar tranquilos del todo, aunque tienen un colchón de puntos bastante cómodo. El partido será difícil y disputado, pero esperamos quedarnos con los tres puntos”.

A continuación, aprovechó para mandar un mensaje a la afición: “Les pido que nos apoye y que confíe en nosotros. El equipo, como siempre, lo va a dejar todo. No siempre lo hacemos bien, pero creo que no se puede reprochar nada porque siempre lo damos todo hasta el final. Son muy importantes para nosotros, y el viernes el Coliseum tiene que ser un fortín porque el partido es una final y son tres puntos importantísimos para nosotros”.

"Estamos en una situación en la que no se puede regalar nada"

Reconoció también que en el vestuario se hacen cuentas para estimar los puntos que serán necesarios para lograr la salvación, pero no quiso echar la mirada hacia un futuro que vaya más allá de la visita del Eibar: “Siempre se hacen cuentas, y más en esta situación, pero creo que no tenemos que mirar más allá del viernes”.

Por último, se le preguntó si consideraba que desde la propia plantilla se estaba metiendo demasiada presión al definir cada día el partido como una final: “No sé si es presión, pero creo que lo vivimos así porque estamos en una situación en la que ya no se puede regalar nada. Los partidos que quedan hay que vivirlos así” concluyó.