Getafe y CD Tenerife debían enfrentarse una última vez. Quedaba un último partido con todo por decidir, un partido que señalaría al equipo que podría regresar a la liga de las estrellas

La vuelta de las finales de play-off se jugaba en Getafe. Los isleños acudían con la ventaja de su victoria por la mínima en casa. Los locales se habían armado de épica y coraje, blindándose con los suyos y su feudo, para lograr una remontada que los devolviese allí de donde habían sido expulsados un año atrás.

Finalmente los azulones ocupan esa vacante en la Liga Santander, firmando un partido espectacular y no apto para cardíacos.

Obligada remontada

Los hombres de Bordalás salieron escudados por su afición y el convencimiento de lo que debían perpetrar: una remontada histórica. El Getafe era consciente de lo que estaba en juego y de lo que debía hacer para conseguirlo: ganar con holgura. Y ese fue el objetivo fijo en los de Bordalás en todo momento. 

El acoso de los getafenses durante la primera parte fue constante. Y su superioridad sobre los tinerfeños fue claramente palpable. Los locales comenzaron a amenazar desde los primeros instantes, con un disparo de Chuli que sirvió de advertencia.

En tan sólo dicisiete minutos los azulones habían puesto dos goles de por medio, desatando la locura en las gradas del Coliseum. Primero fue Alejandro Faurlín rematando de volea al pescar un rebote tras un saque de esquina. Luego fue Dani Pacheco enviando un genial balón cruzado imposible para Hernández. El tanto se fabricó en una jugada colectiva en la que Chuli le puso un balón perfecto a su colega. 

Entonces llegó el tanto de los visitantes. En una de las tímidas llegadas, que aún no habían logrado perturbar a los de Bordalás, la delantera tinerfeña se coló hasta la línea de fondo para ponerle un balón a el Chocu; que pudo rematarlo casi a la desesperada.

Este tanto suponía el ascenso de los canarios. Mas el Getafe no se deshizo en ningún momento y, tras varios conatos de derribar la defensa rival, Portillo logró conectar un gran pase con Molina; quien disparó a bocajarro. Este primer ataque fue repelido por el guardameta tinerfeño, pero el balón cayó en manos de Dani Pacheco, que aprovechó el rechace para enviar a los suyos de vuelta a primera.

Tras la primera parte las tornas cambiaron, y la intensidad pasó del Getafe a repartirse entre ambos conjuntos

Los dos cuadros tentaron ambas porterías, pero sin conseguir hacer diana. Los ataques se intercalaban entre interandas isleñas por las bandas y disparos azulones. Aún así, no supusieron mayor peligro.

Cerca de los últimos quince minutos de juego, el Tenerife se volcó sobre el área getafense, colgando balones muy peligrosos que la defensa supo atajar.

Bordalás se vio obligado a hacer sus cambios debido a lesiones: tanto Sergio Mora como Chuli y Pacheco terminaron su participación tendidos en el verde.

El Tenerife rozó la gloria por momentos, pero el Getafe no se descompuso en ningún momento y supo rechazar todas sus embestidas. Aguantó hasta el final, incluyendo cinco agónicos minutos de tiempo añadido. Y finalmente, el colegiado pitó el final del partido.

Getafe volvía a ser de primera, se desató la locura en las gradas, y también en las calles de la ciudad.

Bordalás ha conducido al club azulón de vuelta a la máxima categoría del fútbol. El técnico alicantino lo ha llevado desde el descenso hasta los play-offs, para convertirlo en campeón de éstos. 

Getafe certifica su segundo ascenso a Primera División, dejando atrás a un digno Tenerife que luchó hasta el final.