Iago Aspas es el jugador más determinante de su equipo, nadie lo duda. Lleva 15 goles anotados en la Liga este curso y es el único jugador que puede seguir la estela de Leo Messi y de Luis Suárez. Su presencia en el Mundial está prácticamente asegurada y sería la culminación a su gran campaña.

Sin embargo, no todo han sido luces en su carrera. Iago comenzó a despuntar en el Celta y debido a sus buenas actuaciones, llamó la atención de muchos clubes españoles y extranjeros. Después de un largo culebrón, se cerró su fichaje por el Liverpool. En las islas no disfrutó de su mejor etapa ya que no tuvo las oportunidades necesarias para demostrar su potencial. De manera que solo aguantó un año en el país británico. En su vuelta a España fichó por el Sevilla, donde por culpa de las lesiones, la afición de Nervión no pudo disfrutar de su mejor fútbol. Dos años después de su salida, decidió regresar a su casa, al Celta de Vigo, su club actual.

Es en el conjunto celeste donde ha firmado sus mejores años. Ha ido modificando su posición con el paso de su carrera. En sus inicios era un delantero centro con movilidad, pero debido a su alta influencia en el juego, actualmente actúa como mediapunta tirado a la izquierda. El paso de los partidos no hace más que consolidar al gallego como referente céltico. Llega en una excelente forma y además de su participación atacante, ha mejorado en el aspecto defensivo. Se complementa a la perfección con Maxi Gómez. Ambos forman una de las duplas más imponentes de la Liga y son los que mantienen a flote el barco vigués.

El Getafe deberá vigilar de cerca a Aspas y procurar que no entre en contacto con el balón. En ese aspecto estará una de las claves del partido del próximo lunes.