Reus y Girona disputaban este partido con un objetivo compartido, la victoria. Unos buscan alejarse de la zona de playoff en busca del ascenso directo y otros buscan llegar a final de temporada con la mayor tranquilidad posible y sin sufrir por el descenso.

Natxo González intentaba frenar desde el inicio el centro del campo del Girona, buscando la superioridad dando entrada a Marcos Tébar por Jorge Miramón, para jugar con cinco hombres en el centro e inhabilitar el peligro de Borja García, Pere Pons y Álex Granell.

Tanteo mutuo

La primera mitad terminó como empezó, sin ninguna ocasión de peligro hasta el minuto 40 cuando Álex Granell tras la salida de una falta lateral pone un centro al área que encontraría la cabeza de Ramalho pero sin peligro para el portero local. Ninguno de los dos equipos corría excesivos riesgos con el balón y por ese motivo llegábamos al descanso sin goles.

La charla obligada

El Girona es un equipo que se maneja muy bien con el balón como todo el mundo sabe, pero en esta ocasión Natxo González parecía ganarle la partida a Machín dejándolo sin su mejor arma, el balón. Por ese motivo al regresar de vestuarios, el técnico soriano puso sobre el terreno de juego a Portu por Longo, para igualar fuerzas en el centro del campo y buscar una mejor salida de balón y un desahogo del mediocentro visitante. Esa reacción no tardó en dar sus frutos y en el minuto 48, Borja García filtra un pase a la espalda de Atienza que el recién incorporado Portu aprovecha para batir a Badía con un disparo raso y ajustado al poste.

A pesar de ir por delante en el marcador, el Girona no bajaba el ritmo y asediaba el área del Reus. En el minuto 70 el entrenador local realiza un doble cambio ofensivo viendo que se le echaba el tiempo encima y aumenta la presión. Fruto de esta presión, llegaría otro gol, pero no del Reus, sino del Girona. Una presión a los centrales visitantes propicia un despeje con intención, que recibe Sandaza a más de 50 metros de distancia para ganar por velocidad a Olmo y plantarse ante Badía en el uno contra uno y definir con la veteranía que lo caracteriza.

Complicaciones para Machín

Tras la lesión de Borja García en el minuto 68 que obligaba a dar entrada a Rubén Alcaraz en el terreno de juego, llegaría otra mala noticia para el conjunto dirigido por Pablo Machín, y es que el recién incorporado Alcaraz recibiría dos amonestaciones en apenas dos minutos que dejarían a su equipo con un hombre menos. Faltaban cinco minutos más el añadido para el final del partido y Natxo González ya estaba sin balas en la recámara al haber realizado los tres cambios, pero eso no impidió al conjunto local volcarse al ataque y complicarle las cosas al Girona.

Sufrimiento excesivo

A falta de un minuto para el 90, se produce la lesión de otro jugador del Girona, de Aday Benítez, dando lugar a su sustitución por Pablo Marí, es a los pocos segundos cuando un ataque estático del Reus que tenía a todo el Girona metido en su área, propicia una jugada de Marcos Tebar por banda izquierda que tras un pase al primer toque desde la frontal del área deja solo a Querol ante René y tras un remate en semifallo consigue batir al meta visitante y meter el miedo en el cuerpo de los propios a falta del tiempo de descuento para la conclusión del encuentro.

Ya en el tiempo de prolongación, el colegiado decide indicar una pena máxima a favor del Reus tras una internada por banda derecha de Benito que acaba con un resbalón de Marí que derriba a Benito fruto del mismo resbalón y que el árbitro entiende como penalti.

Suerte o destino?

Ya sea por una cosa o por otra, por los nervios o por pura suerte, Edgar Hernández, recién incorporado, se decidió por lanzar el penalti fuerte y al centro, engañando a René, pero el disparo fue con tanta violencia que terminó por encima del travesaño. Y sin tiempo para más el que pudo convertirse en el héroe de su parroquia se fue como el villano del encuentro, dejando escapar un punto para su equipo en el último minuto.

El equipo de Girona se vuelve a casa brindando a los más de 1200 aficionados desplazados una sufrida victoria que deja aun más atrás a sus perseguidores que luchan por un puesto de ascenso directo que les permita subir a primera sin pasar por el fatídico playoff que tan malos recuerdos dejó en Montilivi en estas últimas temporadas.

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Sobre el autor
Pau Castillejo López
13/10/1998 Palafrugell (Girona) Estudiante de periodismo en la US (Sevilla)