El Girona venció este sábado al Huesca en Montilivi por 3-1, con tantos de Portu y doblete de Sandaza, y ya roza el ascenso a Primera División tras cosechar esta victoria frente a uno de los rivales más en forma de este tramo final de temporada.

El balón echó a rodar en Montilivi frente a 7220 espectadores, y ya desde el primer minuto se vieron las intenciones de ambos conjuntos. Los locales salieron fieles a su estilo de juego, esperando atrás al rival, dejándoles tocar hasta la línea de la medular, y a partir de ese punto presionar hasta robar el balón y contraatacar aprovechando la superioridad que le conceden por banda sus carrileros, Cifu y Aday. Los visitantes aceptaron su papel, manteniendo la pelota, moviéndola de lado a lado y trenzando jugadas gracias a su mejor jugador, Samu Sainz, que distribuía el juego de los oscenses.

Antes de que tuviera lugar alguna ocasión para alguno de los equipos, el Girona tuvo el primer susto. En el minuto 6 el Huesca sacaba desde su área una pelota que habían robado, cuando Alcaraz fue a presionar, pero nada más acabar el esprint levantó la mano y avisó a Machín conforme no podía continuar. Después de ser atendido, mientras Granell calentaba por precaución, Alcaraz se reincorporaba al terreno de juego y continuo hasta después del minuto 60'.

Fue el mismo Alcaraz el que dispuso de la primera ocasión del encuentro, aunque sin mucho peligro, después de una buena diagonal probó con un disparo lejano que se fue desviado. Pero los visitantes habían venido a por los tres puntos y en el minuto 13’ lo dejó claro Vinicius, que mandaba un cabezazo al poste derecho de la portería de Bounou.

El tiempo pasaba y ninguno de los dos equipos parecía hacerse con el control del partido, que se convirtió en una lucha continua en el centro del campo, donde la tónica del encuentro eran balones largos en busca de los puntas de ambos equipos. A la media hora el Huesca aumento algo el ritmo, teniendo más presencia en el área local gracias a las intervenciones por banda de Akapo y Ferreiro, que buscaban con sus centros a Vinicius.

Dos minutos, no se necesita más

En el minuto 38, después de un error defensivo de la defensa visitante, Portu realizó una entrada fulgurante en el área dejando atrás a los defensas rivales, y batiendo al meta Sergio Herrera con un disparo cruzado con muy poco angulo para su ejecución. Dos minutos después el "9" gerundense volvía a ser decisivo, cuando después de una recuperación de balón hacía un pase al espacio para Sandaza, que era arrollado por el meta oscense, señalando el colegiado la pena máxima y amonestando a Herrera con tarjeta amarilla.

Fue el mismo Sandaza quién cobró el penalti, y aunque Herrera lo adivinó no fue capaz de detenerlo. Así pues el partido parecía sentenciado y que se llegaría al descanso con el 2-0 en el marcador, pero apareció Samu Sainz que con un imparable disparo desde 25 metros le quitaba las telarañas a la escuadra derecha de Bounou, quien no pudo hacer nada.

Sufrir por no sentenciar

El Girona salió con las ideas muy claras, tenían que conseguir marcar un gol que sentenciase el partido y así conseguir la primera victoria en casa de los últimos cuatro partidos. Y a punto estuvo de lograrlo nada más empezar la segunda parte. Después de un robo en campo del Huesca, Longo ponía un espectacular pase al espacio, estando de espaldas y levantándola perfecta para que llegase Portu que rompía la línea y llegaba al mano a mano con Herrera, que esta vez le aguantó muy bien y detuvo con facilidad el intento de vaselina del 9.

A partir del minuto 55’ el partido estaba roto, no había descanso, ni largas posesiones, todo eran ataques y defensas. Longo tuvo otra ocasión, pero Herrera volvió a estar acertado cuando salió del área para robarle el balón de los pies al delantero del Girona.

Sandaza dicta sentencia

En los minutos finales el Huesca estaba volcado al ataque buscando desesperadamente el empate, con más corazón que cabeza, sin generar peligro real y dejando muchos espacios atrás. Con el aumento de tensión, también llegaron los encontronazos y las entradas duras, y el colegiado empezó a mostrar tarjetas a los jugadores de los dos equipos, y parecía más que probable que alguno acabase con diez jugadores.

Durante esos últimos 20’ minutos el Girona volvió a dar imagen de aquel equipo sólido al que estábamos acostumbrados, y que parecía desaparecido en los últimos encuentros. Ya en el minuto 94 Sandaza ponía el 3-1 tras una gran jugada entre Cristian Herrera que puso un centro al área que remató Aday para darle el pase de gol al delantero toledano.