Si se le pregunta a cualquier aficionado del Girona cuál es el año que más recordará en lo futbolístico, este será sin duda el 2017. El mismo aficionado, además, podrá poner una fecha en concreto que ilustre su felicidad deportiva: el 4 de junio de 2017. Este día se puso el broche de oro a unas temporadas espectaculares en Segunda División y que culminaron en el tan preciado ascenso a Primera de la mano del soriano Pablo Machín. Nunca un empate supo tan bien en Montilivi. El 0 a 0 frente al Zaragoza supuso el súmmum de júbilo en el pequeño estadio gerundense.

Un primer trimestre de matrícula

Si hubiera que calificar por trimestres al equipo rojiblanco, el primero roza lo sublime en lo clasificatorio y en lo que al juego se refiere. En el primer aspecto, el Girona ya era segundo desde el mes de noviembre del año anterior, cuando ganó por la mínima (0-1) frente al UCAM de Murcia. En enero, Córdoba y Sevilla Atlético, ambos por 2 a 0, sucumbieron en Montilivi, mientras que el Zaragoza vio cómo los catalanes se llevaban la victoria en la Romareda (0-2). Solo el Elche cortó la racha con una victoria (1-0) en el Martínez Valero

Aday conduce el balón en el Girona-Sevilla Atlético (2-0). | Foto: Andrea Ruiz
Aday conduce el balón en el Girona-Sevilla Atlético (2-0). | Foto: Andrea Ruiz

En el mes de febrero -y parte de marzo- se fraguó el ascenso directo del cuadro dirigido por Machín. El equipo encadenó seis partidos sin conocer la derrota, con cinco victorias ante Valladolid, Mallorca, Mirandés, Getafe y Reus y un empate en Almería. Especialmente importante fue el triunfo frente al conjunto getafense (5-1), porque en aquel momento se dejaba a los azulones a 14 puntos de distancia en la lucha por el ascenso directo -el Levante estaba muy destacado como líder de la categoría de plata-. Curiosamente, los de Bordalás acabaron a solo dos puntos del Girona a final de temporada pero acabaron subiendo mediante 'playoff'.

Los jugadores del Girona celebran uno de los cinco goles en la victoria frente al Getafe. | Foto: Andrea Ruiz
Los jugadores del Girona celebran uno de los cinco goles en la victoria frente al Getafe. | Foto: Andrea Ruiz

Vuelven los fantasmas y llega la alegría

Aunque el colofón a la temporada llegó en el mes de junio y al final el equipo acabó ascendiendo como segundo, por momentos pareció que el Girona no quisiera rematar la faena tan pronto. Números en mano, en las 13 últimas jornadas solo ganó tres partidos. Fueron suficientes porque gran parte del trabajo ya lo había hecho en el primer trimestre, pero acabó viviendo de las rentas y de las ventajas. El primer bache llegó con tres derrotas consecutivas, dos en casa -Cádiz y Rayo Vallecano- y una lejos de Montilivi -Oviedo- que hicieron encender las alarmas. Paralelamente, el equipo perdería la final de la Copa Catalunya frente al Nàstic tras vencer los 'grana' desde los once metros.

Borja García se lamenta en el Girona-Rayo Vallecano (1-3).
Borja García se lamenta en el Girona-Rayo Vallecano (1-3). | Foto: Andrea Ruiz.

Los jugadores se tomaron un cierto respiro con una victoria en Soria por 0 a 2 y un empate en Tenerife (3 a 3) antes de perder en casa frente al UCAM de Murcia (1-2). Sin embargo, la victoria en Lugo (1-2) y, especialmente, el sufrido triunfo frente al Huesca (3-1) acabaron siendo claves para conseguir el ascenso. Ello no obstante, la certificación del mismo no llegó hasta la jornada 41, cuando un empate valía al Girona y al Zaragoza para sus respectivos objetivos. Unos ascendían y los otros se salvaban, en una temporada para olvidar. El equipo no ganó ninguno de los cinco últimos encuentros, pero ello no empañó la gran temporada que cosecharon los guerreros rojiblancos.

La euforia es máxima

En la noche del 4 de junio, aunque los aficionados ya vieron los derroteros por los que iría el partido frente al Zaragoza desde el minuto cero, la locura llegó con el pitido final del encuentro. El Girona, por fin, era equipo de Primera División. La afición, como es habitual en estos casos, invadió el terreno de juego para seguir de cerca a sus ídolos, mientras que el club había preparado una celebración muy especial para los héroes del ascenso. La fiesta fue espectacular, con fuegos de artificio incluidos, y la comunión con los hinchas, total.

La celebración de los jugadores duró todo un día y se programó una rúa por toda la ciudad que empezó en el estadio de Montilivi y pasó por la 'Plaça del Vi', donde se ubica el ayuntamiento. Allí, los protagonistas salieron al balcón para hablar y entonar cánticos de todo tipo. Finalmente, la jornada se dio por terminada con un concierto en la 'Devesa', en el que toda la plantilla, cuerpo técnico incluido, volvieron a ser presentados ante los miles de aficionados, que de buen seguro recordarán estos días de forma muy especial.

Vuelta a la realidad

Tras los baños de multitudes de los héroes que llevaron al club a tocar el cielo por vez primera en sus 87 años de historia, tocaba afrontar la realidad, que no era otra que planificar la temporada que viene desarrollándose desde hace 18 jornadas. El nombre propio en este episodio es el de Quique Cárcel, el director deportivo de la entidad gerundense, quien se encargó de empezar a confeccionar cuál sería la plantilla para la máxima categoría del fútbol español. Tenía que firmar muchas salidas y, por ende, muchas incorporaciones si quería armar un buen equipo para el único objetivo de la entidad, la permanencia.

De entrada, los aficionados rojiblancos pudieron comprobar que los sentimientos en determinadas ocasiones no existen y que, pese a que duela que según qué jugadores no continuaran en el club, se debía dejar paso a otro tipo de futbolistas. De hecho, Cárcel elaboró distintas listas en función de la plausible continuidad de sus integrantes para la campaña 2017-18. Por un lado, aquellos hombres que tenían claro que seguirían, como mínimo, un año más en el club: Bounou, Juanpe, Alcalá, Aday, Pere Pons, Granell, Borja GarcíaPortu no debían temer por su futuro inmediato.

Por otro lado, había una serie de futbolistas cuya continuidad era más dudosa: René Román, Eloi, Coris, Ramalho y Sandaza. De ellos, se acabaron quedando el defensa Ramalho y el mediocentro Eloi, que a día de hoy todavía no ha debutado. El meta René fue traspasado al Almería, mientras que Coris y Sandaza fueron cedidos a Osasuna y Al-Ahli de Doha, respectivamente. Más difícil todavía lo tenían Alcaraz, Kiko Olivas y Cristian Herrera. Con el primero se optó por una cesión al Almería, mientras que se rescindió el contrato de los otros dos. Felipe Sanchón y Richy, vinculados al club durante muchas temporadas, acabaron contrato y no obtuvieron la propuesta de renovación. De los cedidos, solo Maffeo Mojica -posteriormente- volvieron al club tras empezar la pretemporada.

Maffeo fue el único cedido que continúa la temporada 2017-18. | Foto: Andrea Ruiz
Maffeo vuelve a estar cedido esta temporada por el Manchester City. | Foto: Andrea Ruiz

Pretemporada irregular

En julio el equipo volvió al trabajo para prepararse física y psicológicamente para la histórica temporada que estaban a punto de disputar. Pablo Machín tuvo que tirar del filial, el Peralada-Girona B, para completar los entrenamientos, con jugadores como Bambo Diaby, Kevin Soni o los uruguayos Maxi Villa y Andrés Moreno. El club, como viene siendo habitual desde su acuerdo de colaboración con el Manchester City, hizo un 'stage' de pretemporada en la ciudad inglesa, donde se enfrentó a dos rivales de distinta entidad y nivel. Perdió frente al mítico Nottingham Forest (2-1) pero doblegó al humilde Oldham Athletic (1-2). 

De izquierda a derecha, Bernardo, Iraizoz y Carles Planas. | Foto: demoefe.ikuna.com
De izquierda a derecha, Bernardo, Iraizoz y Carles Planas. | Foto: demoefe.ikuna.com

Ya en Catalunya de nuevo, no pasó del empate frente al Brighton and Hove Albion y el Reus (ambos por 0 a 0) y ante el Barcelona B (2-2), mientras que cayó por la mínima en Getafe (1-0). La preocupación de una mediocre pretemporada en 'can Girona' pesaba casi tanto como el escaso número de incorporaciones que se habían oficializado hasta la fecha. Iraizoz fue el primero en llegar, pero durante semanas fue el único fichaje de la entidad. Bien entrado el mes de agosto empezaron a llegar Stuani, Muniesa, Bernardo, Carles Planas y los cedidos por el City -Marlos Moreno, Kayode, Maffeo, Douglas Luiz y Aleix García-. A poco de finalizar el periodo estival Boulaya, Timor, Mojica y Olunga reforzaron definitivamente la plantilla.

Inicio prometedor

El Girona debutaba en la liga de las estrellas frente al todopoderoso Atlético de Madrid del 'Cholo' Simeone. Nada mal. A pesar de la irregular preparación para el debut, el cuadro catalán venía envalentonado por el triunfo ante el Manchester City en el Trofeo Costa Brava por 1 a 0. Fuera por este resultado, por las ganas de demostrar muchas cosas desde el inicio, por la entidad del rival que estaba delante o por todo un poco, los de Machín completaron un gran partido ante los colchoneros, pese a lo cual no consiguieron los tres puntos. Un doblete de Stuani colocaba a los de Montilivi en una nube, pero en la segunda mitad los madrileños, con 10 por la expulsión de Griezmann, tiraron de orgullo para empatar el partido inaugural (2-2).

La primera victoria, no obstante, no tardó nada en llegar. Tanto como que una semana más tarde visitaba Montilivi el Málaga de Míchel, que cayó derrotado merced a un gol de Alcalá en la primera mitad. Los de Machín empezaban de una forma casi impecable la histórica temporada, y lo mejor era que la mayoría de los protagonistas ya habían tenido un papel primordial en el ascenso desde Segunda División. Los Aday, Alcalá, Maffeo, Pere Pons, Granell, Portu y Borja García seguían gozando de la confianza del técnico soriano para ofrecer su mejor versión en Primera.

Baysse -Málaga- y Portu -Girona-, en una acción del Girona-Málaga (1-0). | Foto: LFP
Baysse -Málaga- y Portu -Girona-, en una acción del Girona-Málaga (1-0). | Foto: LFP

Bache para poner los pies en el suelo

La Primera División es tan ilusionante para los pequeños como extremadamente complicada. Cualquier rival, sin hablar de los más poderosos, puede vencer sin ningún problema al otro, porque por alguna razón está en la mejor liga del mundo. El Girona lo experimentó en un mes y medio para olvidar. Septiembre sirvió para aprender de los errores y hacerse más fuerte para el futuro. Athletic de Bilbao (2-0), Sevilla (0-1), con penalti fallado por Granell en el 90' incluido, y Barcelona (0-3) derrotaron a un equipo en caída libre que únicamente cosechó dos empates a domicilio frente al Leganés (0-0) y al Celta (3-3). El Villarreal ahondó en la herida de los rojiblancos que, sin embargo, nunca cayeron en posiciones de descenso.

Racha positiva para tranquilizarse

Machín decidió cambiar de portero por primera vez en la temporada y Bounou empezó a tener sus oportunidades bajo palos. El ingreso del marroquí coincidió con la primera victoria lejos de Montilivi, en Riazor, por 1 a 2. El Girona había revertido la tendencia negativa y recibía al Real Madrid en Montilivi, el día de Sant Narcís. Pese al tanto inicial de Isco, el cuadro catalán tiró de épica y orgullo y remontó el partido en cuatro minutos para acabar venciendo por 2 a 1, con goles de Stuani y Portu. Otra de aquellas fechas, el 29 de octubre, que los aficionados gerundenses tendrán grabada en sus retinas dentro de muchos años.

Los jugadores del Girona celebran el tanto de Portu frente al Real Madrid. | Foto: Noelia Déniz
Los jugadores del Girona celebran el tanto de Portu frente al Real Madrid. | Foto: Noelia Déniz

El conjunto 'gironí' confirmó su buen momento de forma en noviembre con una victoria en el Ciutat de València frente al Levante (1-2), mientras que empató de forma consecutiva ante Real Sociedad y Betis, en un partido que ganaba por 1 a 2 en el 93' y acabó en tablas gracias a un postrero tanto de Tello (94'). La racha positiva de los catalanes, con cinco enfrentamientos sumando de forma consecutiva, les permitió escalar posiciones en la clasificación y a mantener una distancia relativamente cómoda respecto al descenso. Paralelamente, cayó a las primeras de cambio en la Copa del Rey, precisamente, frente al Levante (0-2 en Montilivi y 1-1 en el Ciutat).

Poner el colofón a un gran año

Con el regusto de haber perdido dos puntos en el Benito Villamarín, el Girona recibía al colista Alavés, que justamente estrenaba entrenador en Montilivi, el 'Pitu' Abelardo. Con 2 a 0 en el marcador en el minuto 70, se las prometían muy felices los pupilos de Machín para llevarse una victoria clave, pero el equipo se relajó e Ibai Gómez aprovechó esta situación para anotar un 'hat-trick' en 20 minutos y dejar helado al aficionado local. Para revertir la situación, la visita a Cornellà-El Prat fue tremendamente fructífera gracias a un solitario tanto de Timor que permitió a los rojiblancos volver a sumar los tres puntos (0-1), en detrimento del Espanyol.

Timor anota el 0 a 1 en Cornellà-El Prat en la victoria del Girona sobre el Espanyol. | Foto: Noelia Déniz
Timor anota el 0 a 1 en Cornellà-El Prat en la victoria del Girona sobre el Espanyol. | Foto: Noelia Déniz

Los catalanes recibieron al Getafe en el último partido en Montilivi de 2017. En un partido enormemente trabado, con 45 faltas y continuas interrupciones, Stuani, que lleva nueve tantos, cabeceó al fondo de la red para que el Girona se aupara hasta los 23 puntos. El último duelo del año lo protagonizaban dos equipos revelación, aunque es cierto que el Eibar cada vez lo es menos. Los errores defensivos en Ipurúa condenaron en exceso a los 'blanc-i-vermell' (4-1), aunque dicha derrota no puede suponer ni mucho menos una mácula al histórico periplo que está atravesando el conjunto gerundense.

En profundidad: así ha sido el 2017 para el Girona FC

 Anuario VAVEL Girona FC 2017: Pablo Machín, historia viva

Anuario VAVEL Girona CF 2017: la portería, dudas y cambios

Anuario VAVEL Girona FC 2017: La defensa, la base de todo

Anuario VAVEL Girona FC 2017: La sala de máquinas

Anuario VAVEL Girona FC 2017: La delantera, línea fiable de un Girona FC histórico

VAVEL Logo