Festín absoluto del Girona a costa de Las Palmas (6-0) que, visto lo visto en Montilivi, empieza a ser comprensible que ocupe el farolillo rojo de la Primera División y haya tenido ya cuatro entrenadores. La primera parte fue bastante igualada y solo un claro penalti sobre Portu desequilibró la balanza para los de Pablo Machín, pero en la segunda mitad quedó claro que el conjunto catalán estaba hoy de gracia y así lo ha demostrado el resultado final. Olunga, en tres ocasiones, Borja García y el mismo Portu han redondeado una goleada de escándalo.

Poco o nada queda por descubrir de Paco Jémez a estas alturas de la película. Puede ser el último clasificado, puede enfrentarse al equipo que sea, que no renuncia a nada y sale con todo. En Montilivi, el canario dibujó un claro 3-5-2, el mismo esquema que usa Machín con el Girona y que tan buenos resultados le ha dado. El cuadro local agradeció la disposición táctica de los amarillos y desde el primer minuto se hizo con el control del esférico, que se tradujo en bastantes llegadas al área rival.

Igualdad y un penalti

Mojica se marchó en un par de ocasiones de su marcador por velocidad, pero no supo poner buenos centros para los atacantes. Borja García buscó fortuna en un lanzamiento que impactó en la espalda de un zaguero canario y Granell mandó desviado el balón en la continuación de una falta. Nada mal para empezar. No obstante, tras el arreón inicial, las fuerzas se igualaron y los insulares mandaron en lo que al control del balón se refiere. El choque entró en una especie de letargo, en un quiero y no puedo por parte de los dos conjuntos.

Sin embargo, una ley de la ventaja aplicada por Melero López tras una falta sobre Granell dejó a Portu liderando un dos para dos. El murciano se lo guisó todo y fue objeto de un claro penalti de Javi Castellano. Stuani tomó la responsabilidad de lanzar la pena máxima y la transformó, engañando a Lizoain y convirtiendo su décimo gol esta temporada (1-0, min. 25). El 1 a 0 no fue más que eso, un paréntesis entre la calma en que discurrían los minutos. Únicamente un disparo desviado de Jairo desde la frontal y un más que posible doble penalti, primero sobre Granell y después sobre Stuani, pusieron emoción en los instantes finales.

Montilivi es una fiesta

Desde el posible penalti sobre Stuani, el uruguayo estuvo renqueante y de hecho en el descanso Machín prefirió dejarlo en la caseta para dar entrada a Olunga, el único delantero puro que tenía como recambio. En dos minutos, el keniata ya había mandado el balón por encima del travesaño tras jugada personal, pero Montilivi tendría la oportunidad de celebrar su primer gol con la camiseta del Girona diez minutos después. Mojica se marchó por velocidad de quien se le puso por delante y dejó un centro medido para que el el espigado delantero batiera a Lizoain a bocajarro (2-0, min. 58).

Montilivi enloqueció en cosa de veinte minutos con cuatro goles casi consecutivos. Primero fue Borja García quien definió perfectamente en el uno contra uno (3-0, min. 64); Olunga hizo su doblete tras robar el balón a Lizoain y marcar a placer (4-0, min. 64); a continuación fue Portu quien picó el balón por encima del meta canario (5-0, min. 73); y Olunga hizo historia con el sexto del encuentro y su 'hat-trick' particular (6-0, min. 79). Ya no solo por su 'hat-trick' personal, sino porque será recordado como el primer jugador del Girona en anotar tres goles en un partido en Primera División.

Los últimos minutos sirvieron para gozar del espectáculo que había ofrecido el equipo, especialmente en la segunda mitad. También para constatar el duro golpe que supuso el resultado entre los jugadores de Las Palmas, y para que el Girona se coloque al término de la primera vuelta con 26 puntos, una cifra notable para un recién ascendido. Un guarismo para seguir soñando en esta liga de las estrellas, quién sabe, un año más. Queda toda la segunda vuelta para seguir disfrutando de lo que hacen Machín y sus pupilos y certificar la permanencia.