El Girona se toma Europa en serio. Los de Pablo Machín siguen con paso firme hacia la competición continental por la que, a día de hoy, suspiran todos los aficionados gerundenses: la Europa League. Viendo las hazañas de los jugadores rojiblancos, la heroicidad de entrar en puestos todavía más privilegiados tampoco sería ni descartable ni descabellada. Lo que es evidente es que el cuadro catalán ya está salvado. El primer objetivo, el más lógico dada su condición de novato en Primera División, ya está conseguido. Lo más increíble es que haya sido en la jornada 27. Sin sufrimiento, sin angustia.

Ya lo advirtió el técnico soriano en la rueda de prensa previa al encuentro de Villarreal: "No contemplamos la derrota". Claro que sacar algo positivo de la visita al Estadio de la Cerámica eran palabras mayores, pero además ganar y hacerlo por 0 a 2 demuestra que los jugadores gerundenses no tienen ni freno ni techo. Stuani, en la primera mitad, ha colocado con la cabeza su decimocuarto tanto esta temporada, mientras que el 'Choco' Lozano, a falta de diez minutos, ha estrenado su casillero particular con la zamarra rojiblanca gracias a un gran gol por la escuadra.

Un error es suficiente

Machín repitió no solo convocatoria respecto al martes contra el Celta de Vigo sino que también presentó los mismos once protagonistas sobre el terreno de juego. A sabiendas que el Villarreal necesita la pelota para generar peligro, el cuadro gerundense ha decidido esperar atrás, muy ordenado, y ceder el esférico al submarino. Los de Javi Calleja han buscado las cosquillas especialmente por la banda derecha, con Samu Castillejo como organizador, bien secundado por Fornals y Trigueros. Sin embargo, la sensación de peligro concreto era escasa en el arranque.

El Girona, que es capaz de dar la sensación de sentirse dominado y agobiado, puede ser mortal de necesidad con poco. Ya lo hacía en Segunda División y lo ha vuelto a hacer este sábado. Mal despeje de la zaga amarilla y balón que cayó en los pies de Pere Pons, que cedió a Borja García. El madrileño puso un centro perfecto para que Stuani cabeceara y situara el primero de la tarde (0-1, min. 15). El guion, que no cambiaría en absoluto tras el decimocuarto tanto del uruguayo, ya añadía un punto de nerviosismo en Villarreal.

El resultado era adverso y hacía falta revertir la situación. Machín ya había tenido que sustituir a Carles Planas, que ahora empezaba a contar con la confianza necesaria, por un golpe en el músculo isquiotibial de su pierna derecha. Su lugar lo ocupó el colombiano Mojica. Pero los locales, pese a su dominio abrumador de la pelota, no consiguieron hacer daño a los visitantes. Lo ha probado Fornals, con un disparo centrado que Bounou ha atrapado sin problemas. En el 40', el Villarreal ha reclamado un penalti por un posible agarrón de Ramalho a Carlos Bacca. González Fuertes, que ya había amonestado a tres jugadores amarillos, no lo ha considerado así.

Bounou se agiganta y el 'Choco' remata

El conjunto local ha visto que con lo generado durante el primer acto no lograría llevarse nada positivo contra un rival que estaba demasiado cómodo sobre el césped. Por ello, Calleja ya ha dado entrada a Enes Ünal en el intermedio, para jugar con dos delanteros puros, junto a Bacca. Y entonces Bounou apareció. En el 52', Fornals ha trazado una jugada individual que entre el meta y el palo han rechazado a córner. El marroquí intervino de nuevo tres minutos después con un disparo de Bacca, mientras que en el minuto 58 la Cerámica reclamó un más que posible penalti por manos de Juanpe dentro del área. González Fuertes, de nuevo, no quiso saber nada.

Sufría el Girona, demasiado aculado, aguantando como podía las embestidas constantes del submarino. Bounou volvió a brillar con luz propia tras un disparo envenenado de Roberto Soriano que obligó al meta a intervenir a mano cambiada (67'). Machín sacudió al equipo para dar oxígeno a sus hombres y así entraron Aleix García y el 'Choco' Lozano por Pere Pons y el goleador, Stuani. Mario Gaspar no encontró portería tras un cabezazo mientras que Calleja daba el todo por el todo con la entrada de Roger Martínez para jugar los últimos 10-12 minutos con tres delanteros.

No obstante, quien dio la estocada definitiva fue el conjunto gerundense. Con más espacios atrás, la locomotora murciana, Portu, que hasta entonces no había destacado en demasía, comandó un contraataque que culminó Anthony Lozano con un remate perfecto que se coló por la escuadra izquierda de Sergio Asenjo (0-2, min. 79). Primer gol del hondureño con el Girona para torpedear definitivamente al submarino. Puntilla para un Villarreal que mereció más pero que quedó demasiado noqueado tras el segundo tanto rojiblanco. Podrían haber sido más si el propio 'Choco' no se hubiera dormido en los laureles. Pero el 0 a 2 era sublime. El sueño europeo es real, muy real.