Cada semana es más difícil ponerle adjetivos calificativos a la campaña que está realizando el Girona en Primera División. Si en Segunda ya maravilló durante el último lustro con su juego vistoso y su brutal número de victorias, no menos impactante es la trayectoria del equipo en la liga de las estrellas. Que un debutante en la categoría acumule 43 puntos en la jornada 28 y piense en jugar en Europa es, como mínimo, de locos. La última victoria, este viernes ante un Deportivo de la Coruña que mucho deberá mejorar si quiere mantenerse en Primera.

Stuani vuelve a abrir la lata

La puesta en escena de los de Machín quiso ser similar a la de cada partido en Montilivi: abriendo las bandas, con mucha presencia en el centro del campo, que el balón pasara por las botas de Granell y Borja García... Pero el conjunto de Clarence Seedorf se plantó bien sobre el césped. Ahora bien, sin tener el balón y buscando continuamente la espalda de la zaga rojiblanca con desplazamientos largos. Este fue el planteamiento del holandés, que duró poco más de veinte minutos.

El Girona, sin brillar enormemente, ya había mandado un primer aviso, muy tímido, merced a  un cabezazo de Juanpe que se marchó excesivamente desviado. Quien no falló, dos minutos más tarde, fue el goleador de la entidad, Cristhian Stuani. El gol, cómo no, llegó a balón parado. Centro de Granell, cabezazo impecable de Bernardo que Rubén rechazó sobre la línea de gol y el uruguayo fue el más listo para rematar a bocajarro y anotar el primero de la noche (1-0, min. 21). Quince goles para el charrúa, casi nada.

A partir del gol el conjunto catalán se sintió mucho más cómodo con el balón en los pies. Los gallegos ni lo olían. Los mejores minutos del Girona tuvieron como protagonista a Àlex Granell, imperial en el centro del campo, que incluso se atrevió con un disparo a bote pronto que Rubén atrapó en dos tiempos. Pere Pons también lo había intentado pocos minutos antes desde la frontal con un chut muy centrado.

El Deportivo tenía que aparecer y lo hizo poco a poco. Andone ya había hecho trabajar a Bounou en el minuto 26, y más que le hizo “currar” tras un pase filtrado para el rumano que encontró de nuevo la respuesta del meta marroquí. Con la salvedad del 6 a 1 en el Camp Nou, el teórico suplente de Gorka está cuajando una campaña excelente. Un par de balones cerca del área pequeña hicieron temblar por momentos a la zaga gerundense, pero el marcador no se movió.

Juanpe sentencia y el ‘Depor’, a contracorriente

El Girona, viendo que el marcador podría quedar corto para aguantarlo durante toda la segunda mitad, salió en el segundo acto dispuesto a liquidar el encuentro cuanto antes. Maffeo hizo lucir a Rubén con un disparo seco desde la frontal (50’), preludio del segundo gol. ¿Se imaginan cómo llegó el segundo tanto del equipo gerundense? Sí, señores, sí, a balón parado. La estrategia volvió a funcionar. Teniendo a Pablo Machín y Jordi Guerrero en el banquillo, la verdad, no es de extrañar.

Centro de Granell tras una falta clara de Fernando Navarro y Juanpe, el más alto y el más listo de la clase, cabeceó de forma inapelable al segundo palo para frustración gallega y gozo de la afición local (2-0, min. 57). Y ahí, a decir verdad, se acabó el partido. El Girona no hizo mucho más en ataque y, de nuevo, apretó los dientes en defensa para impedir una vez tras otra las intentonas de los de Seedorf. Los coruñeses, no les quedaba otra, empezaron a tirar hacia arriba y a buscar desesperadamente un gol que les permitiera descontar en el marcador.

Bakkali y, más tarde, Borja Valle, fueron la apuesta ofensiva visitante, que Machín contrarrestó con la inclusión de Aleix García en el centro del campo. El de Ulldecona suele ser últimamente el primer cambio rojiblanco. Las tarjetas amarillas se fueron sucediendo y el Deportivo acabó muriendo en la orilla. Adrián y Andone pudieron haber recortado diferencias, pero no acabaron de afinar la puntería. El pitido final supuso un estallido de alegría de una afición local que se está acostumbrando a la victoria y al éxito. El Girona es sexto, momentáneamente, y Europa está un poco más cerca.

VAVEL Logo