El Granada dio la sorpresa y se impuso por 2-1 al Sevilla en el Zaidín. Success y Peñaranda adelantaron a los locales y Vitolo acortó distancias justo antes de llegar al descanso. Los rojiblancos jugaron unos magníficos primeros 45 minutos y aguantaron los envites hispalenses en la segunda. Esta victoria les permite alcanzar los 17 puntos y salir momentáneamente del descenso.

Granadinos y sevillanos abrían el año en el Nuevo Los Cármenes con la necesidad de sumar para acercarse a sus objetivos.  Sandoval, consciente de su delicada situación, preparó una revolución en el once con cambio de esquema incluido.  El técnico de Humanes presentó un arriesgado 3-5-2. Genialidad o ataque de entrenador. Los 90 minutos disiparían dudas.

Menos premio del merecido

Los primeros impases del choque no tuvieron un dominador claro, pero una realidad se hizo palpable desde el inicio. El Granada se encontraba más cómodo que el cuadro hispalense. El dibujo táctico de los nazaríes les otorgaba mucha solidez en fase defensiva y una gran presencia en la medular cuando tenían el balón. Los locales asfixiaban la circulación de los sevillistas e intentaban salir rápido.

Success marca el primero ante la pasividad de la defensa sevillista. (Foto: Antonio L. Juárez)

En el primer cuarto de hora, las llegadas de ambos equipos fueron muy tímidas. Rochina y Success se encargaron de cambiar la tónica del partido en el 17’. El valenciano finalizó una buena arrancada desde lejos con un disparo seco y cruzado, que repelió Sergio Rico. El nigeriano cogió el rebote y remachó a puerta vacía para poner el 1-0 en el marcador. A partir de ahí, llegaron los mejores momentos de los granadinos. El Sevilla parecía un boxeador aturdido tras recibir un croché en la mandíbula.

Los rojiblancos  acumulaban efectivos en el centro del campo y dejaban mucha libertad a sus atacantes. Khrin y Rubén Pérez hacían el trabajo sucio, mientras que un inspirado Rochina daba vía libre a su creatividad. La movilidad de Success y Peñaranda era un constante quebradero de cabeza para la zaga sevillista. Precisamente fue el venezolano quien puso el segundo para el Granada. Krychowiak falló en el control y el canterano robó  el esférico a más de cuarenta metros de la portería. Peñaranda inició una cabalgada en la que se deshizo de tres rivales, pisó el área y envió el balón al fondo de las mallas mientras se caía al suelo.

Peñaranda fue uno de los hombres más destacados del partidos. (Foto: Antonio L. Juárez)
Peñaranda fue uno de los hombres más destacados del partidos. (Foto: Antonio L. Juárez)

Todo parecía indicar que el partido se iba a marchar al descanso con ese merecido 2-0. Demasiado bonito para ser verdad. Los caprichos del fútbol tenían guardada una sorpresa para el descuento. Una combinación aislada de los de Emery en área rival, terminó con Vitolo empujando el cuero en boca de gol para acortar distancias. Tan real como inmerecido.

Andrés salva al Granada

El gol psicológico de Vitolo hizo mella en el Granada. En la reanudación, el cariz del partido cambió totalmente. El conjunto de Emery tomó la inercia del juego, mientras que los locales se dedicaron a aguantar. Banega era el cerebro de los sevillistas, que gozaron de varias oportunidades claras. Reyes en el 50’ y el propio Banega en el 61’ tuvieron en sus botas dos goles cantados, pero se toparon con un Andrés disfrazado de héroe.

Rami fue expulsado por una acción absurda en la recta final. (Foto: Antonio L. Juárez)
Rami fue expulsado por una acción absurda en la recta final. (Foto: Antonio L. Juárez)

El Sevilla empujaba y agobiaba por momentos a los nazaríes, que se limitaban a salir esporádicamente a la contra. Un excepcional pase en profundidad de Rochina originó la más clara. El mediapunta dejó a Success solo frente a Rico, pero Rami lo derribó en una acción que Undiano castigó con amarilla cuando todo el estadio pedía la roja. El central francés fue expulsado por una jugada absurda en los últimos minutos de partido. Ese lance supuso un soplo de aire fresco para un Granada que estaba atrincherado en su campo. El partido llegó a su fin, y la grada de Los Cármenes lanzó sus bufandas al viento como en las grandes noches.

Con la llegada de 2016, Sandoval ha encontrado un nuevo método en su libreto. Construir un equipo sólido a raíz de acumular jugadores en el centro del campo, para dejar total libertad a una pareja de jóvenes que han llegado para quedarse. Success y Peñaranda son los abanderados del futuro rojiblanco. En gran parte, su suerte será la del Granada.

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Foto: Antonio L. juárez
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