El Granada empató a cero en casa del Deportivo y pierde una opción más para sumar una victoria que acorte la distancia con la salvación. El miedo a perder o a no salir humillados en un campo rival provocó que el equipo de Alcaraz se conformara con el empate en la recta final pese a que el equipo estuvo muy sólido en los primeros cuarenta y cinco minutos. El Deportivo tuvo mayor ambición pero por culpa de una gran actuación de Ochoa no fue capaz de llevarse el triunfo. 

Alcaraz modificaba el sistema y volvía a la defensa de cuatro jugadores situando a Estupiñán, que debutaba, como lateral zurdoLlegaba a esta cita sin nada que perder el Granada dada su posición en la tabla liguera. Una victoria llenaría de moral a una plantilla que cada partido que afronta lo hace como si de una final de Champions League se tratase. Esta vez era el Deportivo al rival que tenían que vencer, un rival directo por la salvación. La enésima final, el último matchball. Por ello, el entrenador granadino decidió cambiar el sistema que venía utilizando en las últimas jornadas, con una defensa de cinco, para pasarla a una defensa clásica de cuatro futbolistas, incorporando a Vezo en la zaga y a Estupiñán, jugador del filial nazarí, en el lateral izquierdo del equipo. Héctor, en cambio, se situaba en una zona más adelantada en el mismo carril. 

Durante los primeros cuarenta y cinco minutos se vería a un Granada mucho más cómodo sobre el terreno de juego de Riazor que el propio Deportivo, aunque serían estos últimos quienes serían capaces de poner en serios apuros a Ochoa cada vez que se acercaban al área granadina. Los rojiblancos, en cambio, no conseguían finalizar ninguna jugada, incapaces de elaborar una vez llegados a la zona de tres cuartos de campo. Con el empate a cero en el electrónico se llegaba al tiempo de descanso. 

Ochoa a falta de un cuarto de hora para el final evitó la derrota del Granada atajando una pena máxima pero el equipo no respondió y se conformó con el empateEn la segunda mitad, ocurrió todo lo contrario que en la primera. El Deportivo salió más enchufado y directo a conseguir el gol, mientras que el Granada parecía estar todavía en los vestuarios. Numerosas llegadas del equipo deportivista que no conseguían ver puerta. Juanfran, Merlos, Colak...era todo un asedio el equipo gallego cuyo gol era cuestión de tiempo. Y podía haber llegado en el minuto 75. Estupiñán cometió un penalty muy absurdo por un empujón a su rival cuando éste iba a rematar. El árbitro pitó la pena máxima pero Ochoa logró atrapar la ejecución de Borges para mantener con vida al Granada en el tramo final del partido. 

Pese a conseguir parar este penalty, el equipo rojiblanco no dio la sensación de que quería ir a por los tres puntos porque en los últimos diez minutos se dedicó a perder el máximo tiempo posible y a evitar que el Deportivo consiguiera el gol de la victoria. En los planes de Alcaraz parecía estar cortar la racha de cuatro derrotas consecutivas a conseguir el triunfo, que daría cierta moral a una plantilla que cada vez ve más cerca el descenso a Segunda División

Finalmente ambos equipos empataron a cero en Riazor. Un punto que vale más a los locales que a visitantes porque estos últimos suman una nueva jornada sin ganar. Ahora, dos jornadas seguidas en Los Cármenes que terminarán de marcar el futuro nazarí en Primera División. Ante Valencia y Celta se comprobará si este punto en el estadio gallego es más importante de lo que parece o si la falta de ambición ha terminado por matar a un moribundo Granada.