El Leganés recibía esta misma mañana al Valencia en el Estadio de Butarque con un lleno absoluto por tercera vez consecutiva en lo que llevamos de liga. La hinchada está respondiendo genial al equipo que se deja la piel en cada encuentro para agradecerles su apoyo. Y hoy no ha sido menos. 

El Leganés salió al verde a dar la cara y a no dejarse manejar por el conjunto valencianista que buscaba su segunda victoria consecutiva que les permitiese salir del pozo donde se habían metido. En el esquema que planeó Garitano faltaban algunos jugadores con los que suele formar de inicio el técnico vasco. 

En los laterales Bustinza y Diego Rico se vieron relegados al banquillo al igual que le pasó a Gabriel Pires, quien estaba siendo el mejor de la plantilla sin ninguna duda. El Leganés estaba bailando a ritmo del jugador brasileño y se demostró en Riazor que su presencia es clave en la parcela ofensiva ya que con él ganan mucho de cara a portería. 

Pero hoy no estuvo y su equipo se resintió. Cierto es, que el conjunto del sur de la capital desplegó un juego muy vistoso y llegó a dominar a los pupilos de Voro hasta el punto de ponerse por delante con un golazo de Szymanowski, pero aún así faltaba algo. 

Con el paso de los minutos, el cansancio hizo mella en la muchachada de Garitano y tras un polémico gol y un error defensivo, el Leganés se encontró por detrás en el luminoso. Entonces es cuando se empezó a notar la ausencia del brasileño.  

Finalmente no llegó ni a salir desde el banquillo, algo que en un principio nadie comprendía ya que el jugador es tan habilidoso que quizás el partido hubiese tomado otro aire de salir él al terreno de juego. Con esta idea sobrevolando Butarque, fue el mismo entrenador del cuadro pepinero quien aclaró que el motivo de que Gabriel no hubiese jugado eran "unas molestias" que tenía el jugador y habían preferido no arriesgar. 

Sin embargo, el equipo aunque jugó bastante bien notó que el dorsal '8' no estaba entre ellos que es quien da profundidad al juego por el carril central ya que hoy el juego ofensivo del Leganés se centró en las bandas de Szymanowski y Omar Ramos, de hecho, entre ellos dos se hicieron el único tanto pepinero. 

Lo que sí ha quedado bien claro es que por muy bien que juegue el equipo, hay una pieza que es vital para que todo fluya con armonía y con calidad y esa pieza indispensable es el bueno de Gabriel Pires