Era una mañana de domingo en la que todo parecía idílico para hacerse con la primera victoria de la temporada en un Butarque abarrotado. El cuadro que visitaba el feudo blanquiazul no era ni más ni menos que el Valencia, un equipo que ha empezado francamente mal el campeonato pero que tras los tres puntos conseguidos ante el Alavés quería encadenar su segunda victoria consecutiva. 

El Leganés no se lo iba a poner tan fácil y los once futbolistas pepineros salieron a la guerra sin ningún tipo de miedo. Lucharon en el cuerpo a cuerpo, se la jugaron en el uno contra uno pero aún más importante jugaron todos al  mismo ritmo, en equipo. 

Los valencianistas, no acostumbrados a jugar a las doce de la mañana seguían dormidos cuando Férnandez Borbalán dio inicio al encuentro con su silbato. La muchachada de Garitano que se percató aumentó la intensidad de su juego para hacerle más daño al conjunto de la costa valenciana. 

En este planteamiento hubo dos hombres que sobresalieron con buena nota por encima del resto y casualmente son los protagonistas del gol del Leganés. El primero es Omar Ramos que cuajó un gran partido, dejando cuenta de la calidad que atesora con la magnífica asistencia que dio y volviendo locos a los zagueros que vestían de blanco. El otro hombre del que hablamos es Alexander Szymanowski. El extremo izquierdo pepinero fue la mayor baza ofensiva del técnico vasco. 

El argentino aprovechó su velocidad para encarar en sendas ocasiones a Martín Montoya que no daba a basto. Asimismo, consiguió el primer gol del choque con un remate de plancha magnífico que levantó al estadio de Butarque entero. 

Pero su recital no se quedó ahí. El bueno de 'Szyma' tuvo otro remate calcado al gol que había anotado pero esta segunda vez se le marchó por encima del larguero por poquísimo. El Valencia empató el partido con un gol muy polémico y luego le dio la vuelta al partido con el gol de Mario Suárez pero eso no mermó su aportación. Con la entrada de Koné y Luciano, se tiró hacia el centro desde donde consiguió sacar algún que otro disparo lejano peligroso que por mala fortuna no acabaron en gol. 

Además, tuvo el segundo en sus botas desde los once metros. Diego Alves que había hecho una cantada espectacular antes de cometer penalti sobre uno de los jugadores del cuadro del sur de Madrid, acabó adivinando la dirección del penalti que lanzó Szymanowski y y lo paró sin miramientos. 

El pequeño argentino correteó por el verde de Butarque y disfrutó jugando al fútbol. Esas cosas se notan y cuando te sale todo, disfrutas. A Alex no le acabó saliendo todo, ya que pudo haberse ido con un hat-trick incluso, si hubiesen entrado aquel remate de cabeza en plancha y el penal, pero más allá de eso, fue él quien más peligro llevó a la portería del meta brasileño del Valencia. Se echó el equipo a las espaldas y después de seis jornadas el Szymanowski de la temporada pasada aparece cuajando un partido fantástico.