Es bien sabido que Primera División es una categoría sobradamente exigente, dónde el ritmo de intensidad en cada partido debe ser máximo para obtener resultados exitosos. Y ayer el CD Leganés sufrió los efectos de esa imparable medicina. Lo cierto es que experimentó una buena dosis de realidad.

Primera mitad competitiva hasta el gol

En los primeros 45 minutos, el conjunto pepinero supo competir como ya es habitual en él, e incluso en los primeros compases del choque gozó de una clara ocasión de Víctor Díaz que desbarató ágilmente Kameni, guardameta de los boquerones.

Kuzmanovic en una acción ante Luciano y Omar | Foto: La Liga
Kuzmanovic en una acción ante Luciano y Omar | Foto: La Liga

Sin embargo, el empuje y oficio del conjunto local, un Málaga CF que necesita no sufrir nuevamente en un partido de casa, fueron claves en el devenir del encuentro. 

Fue así a pesar de que un polémico y discutido penalti, convertido por el asturiano Jony, dieron ventaja inicial al conjunto malaguista. Situación que fue determinante y dio al traste con el tocado ánimo pepinero. El 2-0 obra de Chory Castro tras una rápida contra fue la puntilla definitiva para que el Lega se dejase ir y se mostrase como un león herido en la sabana, como un felino que no encontró su sino; un equipo que perdió su esencia batalladora y competitiva.

Pasar página es la mejor de las actitudes que deberá tomar el conjunto pepinero, ya que la mejor noticia es que en sólo cuatro días espera la Real Sociedad CF en Butarque. Los madrileños querrán resarcirse con creces de la dolorosa derrota, pero sobre todo de la estéril imagen mostrada en la capital de la Costa del Sol.

Butarque y el CD Leganés están acostumbrados a competir y sufrir, sabedores de ello son sus incondicionales aficionados que alentarán nuevamente el próximo viernes a los suyos en un feudo que está sediento de victoria y de una inmejorable dinámica local que estuvo acostumbrado a ver en un tiempo no muy lejano.