Tras una derrota algo dolorosa en la Copa de SM el Rey contra el Valencia, con una larga lista de jugadores en la enfermería y con cansancio acumulado tras jugar entre semana, el Leganés consiguió cosechar un empate que sabe a gloria en los aledaños de Butarque contra un rival muy duro como el cuadro de Escribá. 

El Leganés propuso un partido muy serio al submarino amarillo que aunque comenzó algo dormido, con el paso de los minutos fue mostrando que también es un rival peligroso. Aún así, los de Garitano salieron muy concentrados y al final obtuvieron frutos tras el buen trabajo realizado. 

Tuvo oportunidades para haberse adelantado el Leganés, pero un gran Asenjo impidió los goles pepineros. También tuvo las suyas el Villarreal, pero el nuevo fichaje blanquiazul, Iago Herrerín, estuvo colosal. El portero que vino en busca de minutos se metió a la afición en el bolsillo con unas cuantas y muy buenas intervenciones que bien pudieron ser gol de no ser por el meta vasco. Tan bueno fue su rendimiento que Butarque acabó coreando su nombre. Y con solamente un entrenamiento y medio con el equipo del sur de la capital, enorme.

La primera parte fue algo descafeinada. El Leganés tuvo dos grandes oportunidades que acabó frustando Asenjo con dos buenas paradas. Tras ello, el juego se centró en la medular en un batalla por controlar el esférico pero sin ningún ganador. Ambos equipos se hacían con la pelota pero poco tiempo les duraba ya que el rival salía rápido a la presión. Además, ninguno conseguía dar el pase de la muerte que dejase a su ariete en un mano a mano contra el meta rival. Lo intentaron por este motivo desde fuera del área en alguna ocasión pero sin suerte. 

Otro aspecto a destacar durante la primera parte, y gran parte de la segunda, fueron las continuas interrupciones. Ambos equipos se  cargaron de tarjetas, algunas innecesarias. Por ello, los entrenadores tuvieron que mover ficha y sustituir a ciertos jugadores con cartulina para no arriesgarse a una posible expulsión. 

Después de esta primera mitad algo sosa, el Villarreal dominó el cuero en la segunda partey el partido durante muchos minutos pero no llegó a dar el último pase o no eligió la mejor opción de cara a puerta, siguiendo con el patrón de los primeros cuarenta y cinco minutos. 

Garitano buscó cambiarle la cara al partido sacando a Alberto Martín y a Omar, que además estaban sancionados con tarjeta amarilla. En su lugar salieron Unai López y Rubén Pérez, que buscaron arrebatarle la pelota a Trigueros, Soriano y compañía que estaban campando a sus anchas por el círculo central. 

Con el '19' y el '21' sobre el verde, el Leganés ganó presencia en el centro del campo y consiguió recuperar más esféricos, aunque no tuvo mucha proyección ofensiva ya que los zagueros castellonenses estaban muy sólidos. 

El partido se puso más de cara para el submarino amarillo con la salida al campo de Bakambu que imprimió una marcha más de velocidad, de regate y de potencia. El delantero no dudó en encarar a su par y en alguna ocasión que otra, dejarlo atrás en velocidad. Aunque el futbolista salió desde el banquillo, contra el Leganés aportó algo más que Pato y Sansone, que salieron de inicio. 

La mala noticia de este encuentro fue la lesión de Samu Castillejo, que tuvo que retirarse del partido ayudado por los médicos del club ya que no podía salir caminando por su propio pie. El jugador no habló en zona mixta pero al parecer él mismo notó que la lesión era algo serio. Escribá sí que concedió unas palabras en zona mixta y comentó que su lesión podría ser una rotura de fibras aunque quedan pruebas por hacerle. Desde aquí le deseamos una pronta recuperación y que no sea nada. 

La muchachada de Escribá ya piensa en el partido del Europa League en el que se juegan la vida. Después de este inesperado tropiezo y con la lesión de Samu, tendrán que rehacerse y darlo todo en la competición europea para verse en la próxima ronda. 

Por su parte el conjunto dirigido por Asier Garitano sale beneficiado ya que el punto contra un rival como el Villarreal era algo considerado como hito, pero ya sabemos que este Leganés es capaz de hacerlo con trabajo y esfuerzo, como bien demostró. 

Volvió a cantar Butarque, volvieron a salir los aficionados del estadio con una alegría y sabiendo que este punto, no es un punto cualquiera. Ha sido un punto trabajado, luchado hasta el último segundo, haciendo un gran trabajo puesto por puesto, desde el recital de Herrerín hasta la labor ardua en el centro del campo donde tuvieron que luchar contra grandes peloteros y jugones. Por ello, ese punto, es considerado: un punto de oro