Al finalizar la campaña pasada y conociendo que estarían en la categoría reina del fútbol español, el Leganés ya pensaba en su próximo objetivo que iba a ser ni más ni menos que salvarse para volver a disfrutar de ese privilegio un año más. Se iban a dejar la piel, iban a correr más que ninguno, a presionar más que nadie y a trabajar más duro que nunca. Todo este esfuerzo para poder brindarle a su afición una nueva temporada entre los veinte mejores de España. 

Tras un verano con las emociones a flor de piel deseando que comenzase la histórica temporada en primera, se fijó un objetivo prioritario que debía cumplirse para tener posibilidades de permanecer a final de temporada en primera división: estar fuera de la zona de peligro al terminar el año. 

Tras casi 5 meses de duro trabajo, tras dar la cara contra en cada encuentro que han tenido que disputar, después de enfrentar sendos contratiempos tales como una plaga interminable de lesiones, el Leganés acabará el año lejos de los puestos bajos de la tabla. 

La muchachada de Garitano ha logrado ese objetivo que se plantearon y pase lo que pase en la próxima jornada, ellos pasarán las navidades en calma fuera del descenso. A día de hoy tiene el mismo número en la tabla de clasificación que en los puntos que figuran en su casillero, un total de 15. 

Además en sus últimos dos compromisos han conseguido sacar un punto en cada encuentro contra dos rivales muy complicados como la UD Las Palmas su feudo donde son realmente fuertes y el todopoderoso Villarreal que se encuentra actualmente en puestos Champions. Además, consiguió otro empate contra el gran Atlético de Diego Pablo Simeone a la heroica con una actuación estelar del lesionado Serantes al que nadie olvida, es más todos esperan con ganas su vuelta a la portería. 

Asimismo han conseguido salirse con la victoria ante Osasuna en territorio blanquiazul, aunque donde más han triunfado ha sido a domicilio alzándose como vencedores en Riazor, Balaídos y Los Cármenes. 

A pesar de las dolorosas pérdidas de Serantes y Rober Ibáñez para toda la temporada, las bajas temporales de Diego Rico, Koné y Luciano entre otros, el entrenador del CD Leganés ha sabido gestionar a la perfección su plantilla y cómo sacar lo mejor de todos sus chicos. 

Así, ha explotado y de qué manera a Darwin Machís que se está conjurando como uno de los referentes ofensivos más peligrosos del equipo madrileño. Otro que está siendo clave para el conjunto blanquiazul es Omar Ramos quien se encarga de volver loca a la defensa rival con su arsenal de regates. Asier ha conseguido también encontrar una estabilidad en el centro del campo con Alberto Martín como dueño de la medular con Timor o Rubén Pérez como pareja cumpliendo la función de mediocentro destructor. 

La defensa que ha forjado suele tener variantes pero se caracteriza por la consistencia y la organización. Mantovani, el capitán, dirige desde dentro lo que el míster transmite desde fuera. Su pareja puede ser Pablo Insúa, incansable y luchador, o Carl Medjani, férreo, peleón y duro de pelar, siendo cualquiera de los dos grandes opciones. 

Luego está Gabriel Pires, un fuera de serie. Capaz de anotar auténticos golazos como el que anotó al FC Barcelona de falta directa sin ponerse nervioso o, mostrando una de sus mejores facetas, dando asistencias a sus compañeros. A eso sumémosle el compromiso y las ganas de Guerrero que a pesar de no haber estado muy fino de cara a portería se deja todo cada vez que pisa el rectángulo de juego. 

Mención aparte merece el nuevo fichaje express: Iago Herrerín. El meta vasco completó un verdadero espectáculo de partido en su debut contra el Villarreal y además ha comenzado con buen pie, ya que con su trabajo duro y dando el cien por cien se ha ganado a la grada. 

Todos y cada uno de los integrantes de esta plantilla son jugadores que aunque no sean nominados para el Balón de Oro ni para grandes premios, tienen el mejor premio que se puede tener en un club humilde como es el Leganés y éste es: el respeto y admiración de toda su afición. 

Los hinchas están locos cada vez que el equipo juega en Butarque y no dejan de alentar al equipo con cánticos durante los noventa minutos, gane o pierda el partido. Por ello, los jugadores luchan hasta el final, porque por esta hinchada merece la pena cualquier esfuerzo. 

De momento, el primer objetivo está cumplido: el Leganés está forjado fuera del descenso en el parón navideño matemáticamente.