Se respiraban aires de finalísima en Butarque. El Deportivo de la Coruña visitaba la capital madrileña y el Lega solo pensaba en lograr los tres puntos contra un rival directo como es el conjunto gallego y, así, dar un paso al frente hacia la permanencia. Pancarta en las gradas, himno a capella y el quinto lleno de la temporada formaban un ambiente espectacular, propio de Primera División. 

El Depor llegaba a Leganés sabiendo que estaba en juego la cabeza de su técnico, Gaizka Garitano, mientras que el Leganés buscaba una ansiada victoria que no lograban desde hace once partidos, demasiado para un equipo que aspira a seguir competiendo al máximo nivel la temporada que viene. El encuentro empezaba con el colectivo visitante dominando el partido y acercándose al área de Herrerín. Carles Gil, por banda derecha, avisaba a los pepineros, mientras que éstos no proponían mucho más que mandar balones largos a Guerrero para estirar el campo y salir de la cueva.

El primer gran aviso del Depor llegó a los ocho minutos de partido, cuando Kakuta remataba de cabeza, a bocajarro, un buen centro desde la banda que hubiera sido el primer gol del encuentro si no llega a ser por Iago Herrerín. El guardameta se puso en `modo salvador´ y sacó una mano prodigiosa que mantuvo las tablas en el luminoso. Avisaba el Depor y reaccionaba el Lega.

El susto se iría rápido del cuerpo de los cientos de pepineros que abarrotaban Butarque. Szymanowski fue el encargado de revertir la situación que se había vivido en los primeros minutos de partido. El jugador argentino transformó en gol un centro que parecía imposible cazar. Alexander dejó a todos los presentes boquiabiertos sacándose un remate acrobático de la manga y metiendo el balón por la escuadra. Nada podía hacer Lux ante el disparo al primer toque de Szymanowski (minuto 19) que se disfrazó de Superman para iniciar la que sería una goleada histórica.

Y fue así, con el marcador a su favor, como el Leganés logró plantarse en el terreno de juego y empezar a controlar el partido a su antojo. Los pepineros querían más, querían volver a disfrutar, irse de fiesta por carnavles y vaya si lo hicieron. No tardó en llegar el gol de la tranquilidad para Asier y compañía. Esta vez fue Mantovani (minuto 30) el que se puso la capa. El capitán voló por encima del resto, más alto que cualquier mortal, que cualquier defensa coruñés, para cabecear un balón colgado desde el saque de esquina y mandar el esférico al fondo de la red. No había criptonita posible.

El descanso llegó a Butarque y las sensaciones en las filas blanquiazules eran más que positivas. Al Lega le salía todo, por fin habían tenido esa efectividad de cara a puerta que le había faltado al equipo en las últimas semanas. Dos ocasiones, dos goles y el Depor desesperado. Difícil imaginarlo mejor. Pero aún quedaban 45 minutos por delante en los que podía pasar de todo. Gaizka Garitano reaccionaba y metía a Andone y Luisinho en el campo, con el objetivo de generar peligro y tener profundidad, pero de nada sirvió. Hasta Siovas se animaba y buscó el gol en un remate de volea que se estrelló contra el larguero.

El Lega dominó en la segunda parte, tenía el balón y manejaba los tiempos del partido, situación que se agrandó aún más cuando el Depor se quedó en inferioridad numérica. Albentosa metió el codo a destiempo a Guerrero en una pugna entre ambos, lo que el colegiado interpretó como antideportivo, amonestando al central del Depor con roja directa y dejando al equipo gallego con diez. La superioridad numérica se reflejó en el juego y el Lega ampliaba diferencias en el marcador, evitando posibles contratiempos de última hora.

Unai López entraba por Morán y, como sucedió en el Camp Nou, el ex del Bilbao aprovechó sus minutos marcando su segundo gol en dos partidos. Él empezó la jugada y él la acabó. Tito ejerció de intermediario y le puso un buen balón al primer palo para que Unai (minuto 82), que llegaba desde atrás, batiese con clase a Lux. A partir del tercer gol, Butarque no entendía otro idioma que no fuese el de cantar, aplaudir, animar y disfrutar. Merecido lo tenían después de más de dos meses sin ver ganar a los suyos.

La guinda del pastel la puso Alberto Bueno (minuto 90) marcando un golazo de auténtico delantero, también al primer toque, y poniendo el cuatro a cero en el luminoso. Ver para creer. El sueño se había hecho realidad. La victoria había llegado y los tres puntos ya eran una realidad. El Lega adelantaba al Deportivo de la Coruña en la tabla y ampliaba el colchón de puntos respecto a la zona roja de la tabla, gracias a la que ya es la mejor noche pepinera en Primera División.

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