El pasado sábado se pudo ver un partido lleno de alegría, gozo e ilusión. El Club Deportivo Leganés por fin ganaba en su casa y encima era por cuatro goles ni más ni menos. Una victoria por todo lo alto, que se hizo notar en sus aficionados, como en los jugadores. 

La afición, llegaba al encuentro con ganas de ver como su equipo marcaba algún que otro gol, pero lo que no se esperaban era que fueran a ser cuatro goles. Esto hizo que el Estadio Municipal de Butarque fuera una olla a presión, todo empezó con el tanto de Alexander en el minuto 18", en esos momentos la afición saltó de sus asientos y comenzaron a corear el nombre del argentino. Y así sucedió con los posteriores goles que se marcarían en el encuentro.  

Por fin, la afición volvía a ser la de antes, la de los partidos de segunda división y la que por mucho que pierda el equipo o gane, ellos están ahí. En la segunda mitad del encuentro se vio en sus rostros esa ilusión de conseguir la victoria, como si ellos mismos hubieran jugado dicho partido. Eran felices y por lo tanto, se merecían celebrarlo por todo lo alto. Y así fue. Comenzaron a botar al unísono de "¡Qué bote Butarque!" Y cantaron de forma tajante que el Leganés es un equipo de primera y que se van a quedar. Luego, fue protagonista en los últimos minutos una gran ola que amenizó a todos los aficionados pepineros y que se produjo justo cuando Alberto Bueno marcaba el último y cuarto tanto del partido

Ahora sí que sí, Butarque y su equipo volvían a estar en sintonía. Eran uno. Y esto provocó que los jugadores como Mantovani, el capitán, dedicase el gol a toda su afición. Por último, el Leganés y su afición están unidos como se pudo ver ayer, en la senda de la permanencia.