Iván Cuéllar ha sido presentado como nuevo jugador del CD Leganés para las dos próximas temporadas, procedente del Sporting de Gijón. En su primera toma de contacto como jugador blanquiazul ha mostrado las ganas que tiene por luchar el puesto y se ha mostrado ilusionado con el proyecto que tiene el Leganés para la temporada que está por empezar. "Es un proyecto ilusionante, de futuro, de crecimiento. Llega un momento en el que necesitas seguir creciendo" indicó el 'Pichu'. También añadió que una de sus mejores cualidades es la necesidad de seguir creciendo como jugador y no estancarse, haciendo ver que ya había dado todo en su anterior etapa como jugador del Sporting de Gijón. 

"No compito con alguien que lleva mi escudo (Serantes)"

En su presentación, quiso darle las gracias a su anterior club por mostrar en todo momento su aprobación a la hora del fichaje del meta por el equipo madrileño. También quiso añadir que viene a luchar el puesto con Serantes para ser el meta titular 'pepinero': "No voy a competir con él, vamos a intentar ayudarnos al máximo para poner nuestro trabajo a disposición del entrenador y del equipo", aclaró el meta.

Iván viene de pasar una temporada complicada con el Sporting de GIjón ya que vio como su equipo acabó descendiendo. En su contra, se salvó su actual club, el Leganés. Una lucha entre los dos equipos que fue un hecho destacable de la temporada pasada. Para conseguir de nuevo la salvación, Cuéllar señaló que "es muy importante mantener la regularidad en todo momento en los partidos que se jugarán en Butarque". Dijo también que algo muy destacable de su actual club es el papel que juega la afición. Por último en la comparecencia ante los medios de comunicación, indicó "lo complicado que lo tienen los equipos visitantes de obtener puntos en el estadio 'pepinero' debido a que la hinchada juega el papel de jugador número 12".

Posteriormente se vistió de corto y saltó al verde de su nueva casa, Butarque, donde le esperaban decenas de aficionados. Con 33 años, Cuéllar llega al Leganés en un momento de absoluta madurez deportiva para comenzar una nueva e illusionate etapa vestido de blanquiazul.