Garra y coraje. Son dos de los adjetivos que se le deberían aplicar al CD Leganés cuando se habla acerca de lo que consiguió la pasada campaña. Un equipo que acababa de ascender y que no había tenido experiencia en la máxima categoría del fútbol español consiguió mantener el tipo y aguantar otra temporada mas en Primera División, luchando y peleando como nadie. Un equipo modesto con escasos medios que conseguía la salvación a base del sacrificio de una plantilla que se había mantenido unida como bloque, un cuerpo técnico sólido, y una institución seria, que vivió esta aventura con la máxima ilusión posible.

Inicio soñado

Con Szymanowski a la cabeza como jugador emblema, el CD Leganés se embarcaba en Primera División a priori como uno de los equipos mas débiles y fáciles para que la mayoría de conjuntos pudieran vencerles. En la primera jornada demostraron que iban muy en serio consiguiendo una victoria frente al Celta en Balaidos. Estadio donde por ejemplo, el F.C. Barcelona esa misma temporada salió derrotado por 4-3. A la siguiente jornada, recibían al subcampeón de Europa, el Atlético de Madrid, por lo que Butarque se vistió de gala. Tal es así que consiguieron un merecido y sufrido empate frente a un rival de tal calibre. Inicio soñado para el CD Leganés que arrancaba en la Primera División con paso firme.

 

Comienza el declive

A raíz de estos encuentros, los de Garitano comenzaron su particular cuesta abajo y sin frenos. Cayeron en el Molinón frente al Sporting de Gijón, un rival directo, por 2-1. Después, una derrota por 1-5 frente al F.C. Barcelona en un choque para el que Butarque se vistió de gala para recibir al que era campeón de liga en aquel momento. Los 'pepineros' recuperaron su identidad venciendo por 1-2 en Riazor con tantos de Gabriel y Luciano. Fue un mero espejismo ya que en la jornada siguiente, el CD Leganés perdió en Mestalla. Pasados unos malos resultados, el equipo llegó hasta puestos de descenso ya que llegó a lograr cuatro derrotas consecutivas. 2-3 frente a Sevilla, 4-0 frente al Málaga, 0-2 frente a la Real Sociedad, y 3-0 frente al Real Madrid. La primera victoria en Butarque no llegó hasta noviembre donde el Leganés venció por 2-0 al Osasuna, equipo que acabó descendiendo.

A raíz de esta victoria, volvieron a sobrevolar cuervos sobre el horizonte del Leganés, consiguiendo tres puntos de cuatro partidos.

Un inicio de 2017 amargo

La deseada victoria se le resistía al Leganés hasta tal punto que se empezó a notar cierta ansiedad. Empate frente al Athletic Club, empate frente al Alavés; y de nuevo, otras cuatro derrotas consecutivas. Cayeron frente a Celta, Atlético de Madrid, Sporting de Gijón, y F.C. Barcelona. Este último partido, con gran coraje 'pepinero' ya que el resultado fue de 2-1 y no se resolvió el empate hasta que Messi transformó un penalti en el último minuto.

Por fin la victoria. Llegó el 25 de febrero de 2017 frente al Deportivo de la Coruña en Butarque, con un claro y contundente 4-0. El Leganés estaba necesitado de puntos, y fue un balón de oxígeno para los 'pepineros'. A partir de aquí comienza el por qué de su salvación.

 

Un sueño que se empezaba a gestar

A raíz de este choque, el Leganés se hizo fuerte. Empates y victorias empezaban a añadirse al casillero blanquiazul haciendo que comenzara a creerse su sueño. Un empate en un campo también difícil como Anoeta, una victoria que llenó de moral frente a Las Palmas, y otra del estilo frente al Betis.

El partido que pasará a la historia fue el del empate a uno frente al Athletic Club de Bilbao que les daba la salvación matemática gracias a un gol de Szymanowski, el hombre de la temporada.

El Leganés será de Primera un año mas y afrontará esta temporada con el mismo objetivo que la anterior, conseguir la salvación.

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