El Girona es el equipo revelación de La Liga. Primera temporada en la élite del fútbol español, con un entrenador debutante en la competición y un grupo de jugadores con poca experiencia en Primera División, a excepción de Gorka Iraizoz y Stuani. A pesar de todas las dificultades, el conjunto catalán se encuentra a tan solo cinco puntos de Europa, y muy alejado del descenso, convirtiéndose en una de las grandes sensaciones junto con Getafe y Leganés.

El auténtico líder del equipo no es otro que su entrenador. Pablo Machín ha logrado dar una personalidad y un estilo de juego a los de Montilivi. Han competido en todos sus partidos, llegando a vencer al Real Madrid y  Athletic, y sacar dos empates frente al Atlético.

Esquema fijo con jugadores imprescindibles

El reconocible 3-4-2-1 del Girona es su seña de identidad. Desde el primer partido de Liga, Machín apostó por el mismo esquema. La portería, defendida por Gorka en un principio, pasó a ser de Bono, que, con muy buenas actuaciones, ha logrado mantener el puesto. 

En defensa, tres centrales rápidos, como son Bernardo, Juanpe y Muniesa. La lesión de este último ha permitido a Ramalho ser titular, y la duda para Machín será entre ellos dos, una vez que Muniesa ha conseguido recuperarse.

Bernardo y Juanpe lo han jugado prácticamente todo en el centro de la zaga |Foto: La Liga

Los carrileros son una de las armas más peligrosas del Girona. Con Mojica fijo en la izquierda, la banda derecha está más competida entre Pablo Maffeo y Aday Benítez, aunque el primero parte como favorito.

En el centro del campo, Alex Granell y Pere Pons son el oxígeno y la creación del equipo. Dos jugadores muy importantes que están en un gran momento, aunque Pons será duda hasta última hora, pudiendo entrar en el once Aleix García.

Por delante de ellos, Borja García, que con su calidad y entrega, no solo ayuda a los mediocentros, sino que es pieza angular en el ataque girondense. Junto a él, uno de los mejores jugadores del Girona, Portu, el futbolista más desequilibrante del equipo, con mucha llegada desde atrás y que permite que los de Machín cuenten con el factor sorpresa. Arriba, indiscutible, Christian Stuani, máximo goleador y referencia en el ataque, es uno de los mejores cabeceadores de la Liga. 

Stuani y Portu, sinónimo de gol

Stuani anotó un doblete ante el Athletic en su último partido en casa | Foto: La Liga

Dos jugadores son imprescindibles cuando marcan 20 de los 31 goles del equipo. Es el caso de Stuani (12) y Portu (8). En su primera temporada juntos, han sabido formar una pareja de ataque perfecta

Stuani es el delantero centro. Sus goles pasan por el remate de cabeza o al primer toque dentro del área. Es un delantero puro, que fija centrales y permite la llegada de su compañero, Portu, desde atrás. El ex del Valencia es su complemento perfecto, con regate, velocidad y buen disparo, es una pesadilla para los defensas rivales, que nunca saben por donde puede aparecer.

Las segundas partes, su punto débil 

El Girona es un equipo muy compacto que siempre sale muy fuerte en la primera parte. En seis de sus ocho victorias, ya iba ganando al descanso, lo que señala que para Machín es vital conseguir marcar en los primeros minutos.

Y es que cuando no lo consigue, sufren. El desgaste físico del conjunto catalán a lo largo del partido le suele pasar factura. 18 de los 31 goles que ha encajado han llegado en la segunda parte, y muchos de ellos al final. 

Por tanto, la clave pasa por aguantar en los primeros minutos el fuerte ritmo del Girona, para ir desgastando al equipo de Machín e intentar ir a por el partido en la segunda mitad, especialmente con velocidad a la contra.