La defensa es fundamental para el desarrollo del juego de un equipo: si no lo hace bien es muy probable que acabe siendo goleada, mientras que si es férrea y sin fisuras el equipo tendrá una buena base para atacar sin miedo a convertirse en víctimas de un contragolpe letal. Además, el hecho de no recibir ningún gol en cada uno de los partidos que se disputan asegura que el equipo acabará el encuentro sumando, como mínimo, un punto.
En un equipo que estaba llamado a pelear por la permanencia en la Liga BBVA hasta el final de temporada cobra mucha importancia la figura de la defensa. Un equipo como el Levante está sentenciado a defender durante la mayor parte de los partidos que se disputan durante una temporada y, más aún, teniendo en cuenta el nivel que existe en los equipos de la liga española, la mejor del mundo.
Una posición en la que el Levante ha tenido muchos problemas a lo largo de la temporada. La planificación de Lucas Alcaraz, las numerosas lesiones y los bajones físicos han provocado que el conjunto granota sufriera más de la cuenta. Diferentes motivos que han hecho que tanto el técnico granadino como Rubi hayan tenido que resolver rompecabezas para poder confeccionar una línea defensiva en gran parte de los partidos.
Los laterales, un foco de problemas
El carril derecho tenía un claro dueño desde el principio, Iván López. El canterano granota se había ganado un puesto en el once titular a base de trabajo, velocidad y solvencia. El joven defensor aportó al equipo una gran solvencia defensiva, combinada con su facilidad a la hora de incorporarse al ataque para sorprender a la zaga contraria. Sin embargo, las múltiples lesiones que sufrió a lo largo de la temporada le impidieron tener una mayor importancia en la temporada granota.
Pedro López era su relevo natural, un veterano jugador capaz de seguir aportando su granito de arena tanto en defensa como en ataque, aportando una experiencia necesaria. Su participación en la temporada fue mucho mayor de lo que se hubiera esperado un jugador que partía como teórico suplente, ya que las numerosas lesiones de Iván le brindaron muchas oportunidades. Al igual que su compañero de puesto, su participación se vio afectada por las lesiones y por las dudas que tenían sus entrenadores. Lucas Alcaraz quiso probar a Morales como lateral derecho en detrimento de Pedro y Rubi quiso probar a Jefferson Lerma en la misma posición.
En la banda contraria, Toño no tenía rival alguno que le disputara la titularidad. El lateral izquierdo de Alcalá de Henares se convirtió en una de las principales bazas del Levante durante un gran tramo de la temporada. La velocidad, el desborde y la técnica del ex del Recreativo aportaban un gran poderío atacante por el carril zurdo, siendo un gran referente en labores ofensivas. Sin embargo, al igual que Iván López, sufrió una lesión en Anoeta durante la jornada 28, manteniéndole alejado de los terrenos de juego hasta el último partido liguero.
Para reforzar el lateral izquierdo, el Levante recurrió al mercado invernal para conseguir la cesión de Lucas Orban. El jugador del Valencia no estaba gozando de suficientes oportunidades en el conjunto ché y se marchó cedido al equipo granota hasta el final de temporada. Las expectativas que recaían sobre el defensa argentino eran grandes, ya que sus intervenciones con el conjunto blanquinegro habían sido más que satisfactorias. Sin embargo, sus primeras actuaciones defraudaron al levantinismo y solo participó en tres encuentros, decepcionando en todos ellos.
Ante la larga lesión de Toño y la desconfianza de Rubi en Orban, Juanfran fue el elegido por el técnico catalán para ocupar el lateral izquierdo. A sus 39 años, el capitán del Levante estaba llamando a ser uno de los centrales del equipo, tal y como demostró Lucas Alcaraz al inicio de la temporada. Sin embargo, la situación en el carril izquierdo le permitió volver a la posición que había ocupado durante toda su carrera. A pesar del empeoramiento de sus condiciones debido a la edad, Juanfran cuajó una gran temporada en el lateral, protagonizando una segunda juventud. El veteranísimo capitán se marchó llorando de Vallecas tras retirarse lesionado del que, seguramente, haya sido su último partido.
Decepciones y descubrimientos en el centro de la zaga
David Navarro, uno de los fijos del Levante durante las últimas temporadas, vivió una de sus peores campañas desde que viste la elástica granota. Una lesión le impidió disputar los primeros duelos ligueros, permitiendo que Zouhair Feddal se afianzara como uno de los centrales titulares del equipo. Aprovechó la llegada de Rubi para participar en las primeros encuentros del técnico catalán como entrenador, pero sus actuaciones no fueron lo suficientemente buenas como para resistir en el puesto tras la llegada de Carl Medjani.
Una de las incorporaciones del conjunto granota para reforzar la zaga fue Trujillo. El defensor del Almería volvía a tener una posibilidad para disfrutar en Primera División tras el descenso del equipo andaluz. Lucas Alcaraz tenía su confianza puesta en él, pero un desafortunado desprendimiento de retina en la jornada 8 contra el Getafe le mantuvo múltiples meses apartado de los terrenos de juego. Cuando se recuperó, se negó a viajar a Ipurúa en una lista de 20 jugadores por el temor a quedarse en la grada, tal y como le pasó ante el Barcelona. Una decisión que obligó a Rubi a no volver a contar con él.
Zouhair Feddal fue otro de los refuerzos veraniegos del Levante para fortalecer el centro de la defensa. El central marroquí llevaba varios meses sin pertenecer a la disciplina de ningún club, y su fichaje por el conjunto granota se convertía en una oportunidad de oro para volver a sentirse futbolista. No partía como titular, ya que Lucas Alcaraz prefería formar con tres centrales: Juanfran, Trujillo y Simao Mate, a pesar de no ser su posición natural. El mozambiqueño recibió una sanción de cuatro partidos en la primera jornada contra el Celta de Vigo, permitiendo que Feddal entrara en el once titular. Una condición de fijo que no dejaría escapar gracias a su velocidad, su contundencia, su poderío aéreo y su salida de balón.
La gran sorpresa y la gran revelación de la defensa del Levante durante esta última temporada llegó en el mercado de invierno. De nacimiento francés y de origen argelino, Carl Medjani aterrizó en Valencia procedente del Trabzonspor turco, dispuesto a demostrar su potencial. Tras pocas semanas en la disciplina granota, tuvo su primera oportunidad, demostrando su serenidad desde el primer minuto. El zaguero se convirtió en el líder de la defensa gracias a su poderío en todas las facetas del juego y a su imponente presencia. Sin lugar a dudas, Medjani fue la mejor baza en la zaga levantinista, protagonizando una temporada espectacular que le ha permitido ser deseado por múltiples equipos europeos.