Tras la victoria de este domingo por 2-0, el Levante encabeza la clasificación de la Liga 1|2|3, y lo ha logrado coincidiendo con el que sería el cumpleaños, de no haber fallecido hace ya cuatro años, de una figura carismática y fundamental para la historia reciente del club, Manolo Preciado. Y da la impresión, dadas las circunstancias, que el recuerdo de uno, en especial el que tiene que ver con su carácter ganador, y el de la propia institución se hubieran puesto indirectamente de acuerdo para que esta situación privilegiada del equipo se produjese. Manolo llenó de ilusión a una hinchada que con partidos como el de ayer, cargados de entrega y confianza, empezó a sentirse primero satisfecha y luego exultante. Es decir, él inició el camino cuyo final uno quisiera ver repetido este mismo curso.

El Levante, sí, está líder, y lo hace habiendo ganado al Alcorcón, conjunto cuyo proyecto podría correr parejo toda la temporada en esta larga y dura categoría en pos del anhelado objetivo del ascenso. El club del Ciutat de València ha ganado, pues, el primer asalto. Y lo logró porque todos los jugadores salieron al terreno de juego como cualquier aficionado espera que su esfuerzo como abonado y amor a unos colores se sientan correspondidos: derrochando energía (hay que señalar que no ha encajado un solo gol en los dos encuentros disputados), concienciados y tratando de jugar bien, que en el fondo es la única manera de lograr los éxitos.

Si el equipo aprovecha esta inercia y no olvida los valores citados, hará del oficioso homenaje al querido Preciado no un hecho casual sino una celebración persistente que, como sucedió de la mano fuerte y noble de Manolo, pudiera traducirse en el regreso a la categoría donde este centenario club merece estar y compartir con sus seguidores.