Con el ascenso bajo el brazo, el Levante desprendía ilusión allá por donde iba. Una importante victoria encabezada por el "Comandante Morales" contra el Villarreal en la primera jornada liguera auguraba un buen año para los de Muñiz, pero lo bueno suele acabar pronto y "Jekyll" se convertiría antes de lo previsto en "Mr Hyde".

La mala planificación deportiva no impidió que se empatara en el Santiago Bernabéu o contra uno de los mejores Valencia que se recuerdan de los últimos años. 

Este Levante recordaba a aquel que consiguió clasificarse por primera vez en su historia a la Uefa Europa League de la mano de Juan Ignacio Martínez. Fue así como los más optimistas creyeron con certeza que el equipo lograría encarrilar la permanencia en la primera parte de la competición. El bloque valenciano creía, pero suelen decir que cuanto más alto se sube, más grande es la caída.

Meritorio empate conseguido en el Santiago Bernabéu/ Fuente: LaLiga.es
Meritorio empate conseguido en el Santiago Bernabéu/ Fuente: LaLiga.es

Como en la obra de Robert Louis Stevenson, el Levante, con paso firme en las primeras jornadas, continuaría mostrando su mejor faceta. La calidad del producto a veces no suele ser de importancia si al fin y al cabo la productividad es buena y el equipo "recién ascendido" estaba quinto, la afición por su parte entusiasmada por un Levante que ilusionaba.

La guinda del pastel llegó un 21 de septiembre. Orriols necesitaba un partido de aquellas dimensiones. El equipo seguía mostrando esa cara que tantas alegrías ha dado al levantinismo. Con Morales y Bardhi en modo estelar, la Real Sociedad pasó sin pena ni gloria por el Ciutat de Valencia. Esa imagen tan parecida a la del "Dr Henry Jekyll", se iría difuminando con el paso de los días, la llegada del Villamarín supondría la de "Mr Hyde", la dinámica cambió y el equipo se sumergería en una espiral de malos resultados

Todo equipo tiene su lado oscuro y el Levante lo demostró una vez más, otro año más. Unos buenos 45 minutos invitaron a creer en que el "Jekyll" que llevaban dentro no se esfumaría tan pronto de lo esperado pero lo cierto es que la imagen más visible del Levante, lo que es, lo que representa el equipo valenciano, ya había desaparecido hace días. La segunda parte, de equipo de categoría inferior, que realizaron los pupilos de Muñiz en el Benito Villamarín, abrió el bucle en el que se encuentran ahora mismo los de Orriols. Como pasó años atrás, lo bueno, "El Levante", se desvaneció por completo. De esta manera la gran racha encadenada por el conjunto granota llegaría a su fin dando lugar a una serie de malos resultados.

Humillación en el Villamarín
Humillación en el Villamarín/ Fuente: LaLiga.es

Desde la derrota en el Benito Villamarín el Levante perdió la esencia que tanto le había caracterizado

Pasado el Real Betis Balompié, la afición confiaba en una "resurrección" frente a un desahuciado Alavés y recuperar las sensaciones perdidas en el Villamarín pero el equipo vasco daría la campanada en el Ciutat de Valencia. Un vergonzoso cero a dos con tantos de dos exvalencianistas alimentaba los malos presagios de la parroquia levantinista pero tan sólo era la jornada siete, a ojos de muchos, pronto para sacar conclusiones de un equipo que con el paso de los días se iba a la deriva, o mejor dicho, cuesta abajo y sin frenos.

La siguiente parada en el calendario granota era el RCD Espanyol. Superados una vez más por su rival, el Levante consiguió un valioso punto. Un penalti claro no pitado a los de Quique Sánchez Flores y un gol mal anulado en los instantes finales del encuentro a Gerard Moreno comenzaron a evidenciar las carencias defensivas de un equipo que aún no había tocado techo.

Un nuevo susto mas ocurriría a la semana frente al Getafe de Bordalás. Los madrileños que relativamente pasaron por encima del Levante pudieron llevarse algo más que un punto del Ciutat de Valencia.

El Levante continuaba mostrando semana sí semana también tan deleznable imagen y la siguiente parada en el calendario era Ipurúa. El combinado granota hacía recordar a aquel equipo que con Rubí volvió a la categoría de plata del fútbol español. Los valencianos volvieron a demostrar sus carencias defensivas desaprovechando una renta de dos goles en el marcador.

Desaparición y "humillación" en el Nuevo Los Cármenes/ Fuente: LaLiga.es
Desaparición y "humillación" en el Nuevo Los Cármenes/ Fuente: LaLiga.es

Tres semanas después la Copa daría un "respiro" a la afición granota. El equipo ganó, respondió y convenció, pero tal situación fue un espejismo de la realidad, ese Levante se desvaneció el 25 de septiembre ante el Real Betis, un Levante que muy a pesar de los aficionados levantinistas se encuentra en paradero desconocido. Se logró la clasificación a octavos de final de la Copa del Rey pero al contrario que su rival, el Girona ganó su partido correpondiente a la jornada once en el Ciutat de Valencia, el Levante se encuentra a cuatro puntos del descenso y con unas sensaciones bastante más dispares que las del conjunto que dirige Pablo Machín.

Llegaría una de las tantas "finales" que disputará el Levante a lo largo de la temporada, pronto pero llegó. Un Las Palmas que no conocía la victoria de la mano de Ayestarán en Liga veía una luz al final del túnel en ese duelo liguero frente a los valencianos. Pero mas por demérito local que por mérito visitante, los de Muñiz tras dos meses sin conocer victoria alguna en Liga, se trajeron los tres puntos a Valencia.

La victoria conseguida en campo de la Unión Deportiva Las Palmas conllevó un poco de oxígeno en el levantinismo pero también trajo consigo un atisbo de confianza que el equipo pago caro frente al Atlético de Madrid. Errores defensivos, falta de concentración... lo  único evidente más allá de que el Atlético pasó por encima del Levante es que en la tarde del 25 de noviembre se vio a un equipo sin seña de identidad sobre el césped del Ciutat de Valencia.

"Sin identidad"/ Fuente: LaLiga.es
"Sin identidad"/ Fuente: LaLiga.es

Sin rastro de lo que es el Levante, del juego "vistoso" a la luz de todo aficionado granota presentado en las primeras jornadas ligueras, los de Muñiz visitaban la Rosaleda, segunda final en el primer trimestre de la competición. El equipo nuevamente se vio superado por su rival pero aún sin mostrar una cara muy positiva, en los pies de Nano Mesa estuvo la oportunidad de traerse consigo tres valiosos puntos a Valencia.

Llegó una nueva fecha de vital importancia en el calendario granota, el Athletic Club inmerso en una situación parecida a la del club valenciano visitaba el Ciutat de Valencia sin nada que perder y no lo hizo. La mejor imagen del Levante en los casi últimos tres meses no tuvo recompensa alguna en lo más parecido que pudimos ver de Henry Jekyll en los de Orriols. Muñiz continúa sin poder parar ese "avión" que desde el 25 de septiembre sigue cayendo en picado.