Este año ha sido como una montaña rusa para Róber Pier. Tras su fichaje por el Levante UD, jugó un total de 26 partidos en Segunda División. El principio de la temporada no fue fácil para el gallego, pues hasta la jornada 18 tan solo había jugado tres partidos.

El inicio del 2017 cumple con el dicho ‘año nuevo, vida nueva’ en lo que al central se refiere. Debido a la lesión de uno de sus compañeros, Róber Pier empieza a encajar en los planes de Muñiz y comienza a disputar partidos como titular en los que muestra un gran nivel de juego. Pero la recuperación de Chema no supone la vuelta de Róber a los banquillos, todo lo contrario. Ante la ausencia de Iván López por lesión, Muñiz decide emplear al gallego como lateral derecho, posición en la que se desenvuelve muy bien pese a no ser su sitio natural. Pero la cosa no queda ahí, pues las lesiones de otros compañeros, o simplemente las decisiones técnicas, hacen que Róber termine jugando como centrocampista unos cuantos partidos, posición en la que también termina llevando a cabo un alto rendimiento.

Las buenas actuaciones de Róber ayudaron al conjunto valenciano a ascender a LaLiga Santander, lo que hizo que el jugador se revalorizase. Tanta madurez mostró el gallego en el terreno de juego que su club, el Deportivo de La Coruña, quiso recuperarlo en el mercado de verano. Volvía la montaña rusa para el joven central. El Levante UD luchaba por mantener a Róber en el equipo, pero el Deportivo insistía en recuperarlo. Róber empezó la pretemporada en el norte con el que siempre ha sido su club, incluso el mismo jugador declaró sus deseos de quedarse allí pese a la estima que le tenía al Levante UD. La afición del Levante se encontraba con el alma en vilo, ya que perder a uno de los mejores jugadores del equipo, que jugaba tanto de central como de centrocampista, podría resultar perjudicial en Primera División. Finalmente ambos clubes llegaron a un acuerdo en el último momento por el gallego: el central jugaría la temporada 2017/18 con el Levante UD en calidad de cedido, pero la siguiente campaña debería volver a su club, con el que ha renovado hasta 2020, y, además, no podría jugar contra ellos en competición liguera.

Con su futuro aclarado, Róber afronta el final del 2017 de nuevo con la camiseta granota, pero esta vez en Primera División. Lo que va de temporada no está siendo muy buena para el central. De diecisiete partidos, el jugador ha disputado once, seis de ellos como titular. Por otro lado, se ha quedado cuatro partidos sin jugar y tres sin convocar, ya sea por decisión técnica o debido a una leve lesión que lo mantuvo apartado del césped durante tres semanas, aproximadamente.

Durante los partidos disputados en lo que va de temporada, Róber ha mostrado un nivel de juego similar al de la campaña pasada, pero estos últimos partido su rendimiento ha bajado y no ha estado al nivel al que tenía acostumbrado al equipo, llegando incluso a marcarse un gol en propia puerta ante el Atlético de Madrid. El gallego se enfrenta al año nuevo con el reto de recuperar su puesto en el campo y volver a convertirse en una pieza clave en el esquema de Muñiz. Para ello, tendrá que desbancar a Chema, que viene siendo titular los últimos partidos junto a Postigo, o a Cabaco, que llega pisando fuerte tras sus últimas actuaciones en el terreno de juego.