Nadie esperaba que Raúl Fernández, el portero del ascenso, indiscutible en los planes de Muñiz, el cual estaba mostrando un nivel excepcional, pudiera perder la titularidad y menos que la portería la ocupará Oier Olazabal, que no había tenido casi minutos en el Levante. Sin embargo, el ex del Barcelona entre otros ha sabido confrontar la presión y ha sido todo un seguro bajo palos.

Oier llegó al Levante en el mercado invernal de 2017 procedente de un Granada de capa caída que estaba estancado en los puestos de descenso. Su cesión sirvió para suplir la baja del portero propiedad del Athletic Club, Alex Remiro, el cual abandonó el Levante por falta de minutos.

El guardameta consciente del gran nivel de Raúl aceptó la suplencia que se prolongó hasta ya conseguido el ascenso, el cual celebró como si hubiera estado en el Levante toda la vida.

Su debut se produjo en Vallecas, no fue el debut soñado ya que el Levante con el objetivo ya conseguido salió más relajado ante un Rayo que buscaba desesperadamente puntos para no descender de categoría, por lo que se impusieron al Levante por 2-1.

Oier participó también en los partidos frente al Tenerife, UCAM Murcia y Lugo en los que no tuvo mucha participación debido al gran nivel de la defensa granota. Cerró la temporada saliendo en la segunda parte del partido ante el Huesca para así certificar el Trofeo Zamora de su compañero Raúl Fernández. Finalizada la temporada el Levante decidió efectuar la opción de compra por Oier, por lo que el club ponía su confianza en él.

Ya en Primera las opciones de Oier de cubrir la portería granota parecían bajas ya que a las grandes actuaciones de Raúl había que sumarle la incorporación del australiano Mitch Langerak, y así fue ya que las grandes actuaciones de Raúl no permitieron a los dos porteros aparecer en las alineaciones granotas. Pudo aparecer en el partido de Copa jugado en Montilivi, partido en el que Oier hizo una gran actuación y ayudó a la victoria granota a domicilio.

La situación cambiaría radicalmente cuando López Muñiz decidió poner de titular a Oier en el partido ante Las Palmas, el cual cuajó una gran actuación. Desde entonces Oier no ha vuelto a sentarse en el banquillo a excepción del partido de vuelta de Copa jugado por Langerak.

Oier ha demostrado ser una alternativa viable a Raúl, gracias a sus grandes reflejos, su gran juego con los pies  y la seguridad que transmite bajo palos.