Sevilla y Málaga volvían a verse las caras casi 10 meses después. Un derbi regional justo antes de Navidad, entre dos equipos que esperaban su regalo por adelantado en forma de puntos. La victoria se presuponía fundamental, no solo por los tres puntos más, que supondrían para el Málaga quedarse en los puestos altos, y al Sevilla, acercarse a ellos, sino por la rivalidad histórica entre dos conjuntos cuyo objetivo es luchar por Europa de aquí a final de temporada.

Ya lo dijo Pellegrini: "No es lo mismo tener al Sevilla a tres puntos o a nueve". Y es que aunque los de Míchel llegaban con urgencias al choque por la irregularidad en los resultados y el pobre juego mostrado en más de una ocasión, no hay que olvidar que es el equipo que derrotó al Madrid y que a punto estuvo de hacer lo mismo con el Barcelona, que cuando tiene el día, acaban siendo imparables.
 
Para los blanquiazules -hoy con la equipación negra- esta era la última salida antes del parón navideño, esas que tan mal le están yendo esta temporada en Liga, dado que solo han ganado en dos ocasiones lejos de La Rosaleda -la última vez el 1 de septiembre en Zaragoza-, los mismos partidos que habían perdido los rojiblancos en casa. 
 
Con la tensión propia de un derbi y la necesidad de hacerse con los tres puntos saltaban los jugadores al verde del feudo sevillista. Los locales, después de tres partidos sin ganar, no podían permitirse perder más puntos, y los visitantes debían comenzar a mostrar regularidad a domicilio para asegurarse su plaza de Champions.
 
Medio millar de aficionados 'boquerones' acompañaron a los suyos en esta complicada salida. La fría noche en la ciudad del Guadalquivir se hacía más calida en el templo rojiblanco, donde los seguidores locales -poca entrada hoy en el Pizjuán- entonaban el himno minutos antes de que el esférico comenzase a rodar.
 
En el conjunto local, volvía en Liga la pareja Fazio-Spahic en el centro de la zaga, tras haber superado sus respectivas molestias. También regresó Medel a la competición doméstica tras cumplir sanción, y lo hizo junto a Kondogbia, que repitió titularidad por tercera vez consecutiva, relegando a Reyes al banquillo.
 
Por parte visitante, Pellegrini apostó por un once de garantías sin cambiar demasiado el que empieza a ser su bloque titular. Solo dos cambios introdujo el chileno, al dar entrada a Iturra por Portillo y al exbético Roque Santa Cruz en detrimento de Saviola, lo que supuso la sorpresa de la noche. El resto, los mismos que golearon al Granada la pasada semana.
 
Dominio rojiblanco
 
Salió con intensidad el Sevilla, que nada más comenzar el encuentro probó el disparo lejano. Pero la primera ocasión fue de Negredo. El madrileño se fue de Weligton, Demichelis y Caballero, pero su chut lo repelió el poste para que el guardamata acabase atrapando el balón. Primer aviso serio y primer susto para los visitantes, que intentaban hacerse con el balón como podían. Sin embargo, los de Míchel salieron bastante más enchufados y llegando con claridad y facilidad al área de Caballero.
 
En el 8', nueva parada de Willy, que atrapó el esférico antes de que Negredo llegase a rematar un centro de Navas. Sin tiempo para respirar llegaron dos córneres seguidos para los hispalenses después de que un centro-chut de Fernando Navarro saliese lamiendo el travesaño.
 
Los rojiblancos habían salido en tromba y la presión rojiblanca atosigaba a los costasoleños como una cuerda que poco a poco les dejaba sin respiración. No fue hasta el minuto 13 cuando el Málaga tuvo su primera ocasión. Fue tras un saque de esquina que remató Roque desviado. Enseguida respondió el Sevilla con una doble ocasión que no llegó a materializarse.
 
No estaban demasiado acertados los de Pellegrini, quizá sorprendidos por la intensidad del Sevilla. Les costaba salir de su campo y mantener la posesión del balón, sin la cual sufren demasiado. Tampoco salió bien la defensa, demasiado pasiva ante los continuos ataques sevillistas y la rapidez de hombres como Navas.
 
Los de Nervión estaban a gusto sobre el césped, llegaban con tranquilidad al área y la presión sobre el rival impedía pensar con claridad a los malaguistas. Mientras, los visitantes parecían no encontrar su lugar en el campo, sintiéndose dominados por un Sevilla claramente superior, cuya sensación era que el tanto estaba a punto de llegar.
 
Prueba del dominio local es que pasada la media hora de partido aún no se había visto aparecer a jugadores como Isco o Joaquín, quienes normalmente llevan el timón en la zona de ataque. No en vano, los visitantes apenas habían podido salir de su campo, viéndose limitados a intentar frenar las internadas sevillistas y a controlar a un Negredo siempre merodeando el área de Willy.
 
En el 31', Navarro volvió a probar el disparo desde fuera del área, que blocó Willy. Apenas unos minutos después, Negredo rozó un centro que de nuevo acabó atrapando Willy. Continuaba el vendaval rojiblanco y, por consiguiente, la pesadilla blanquiazul. Ya en los últimos minutos de la primera parte el Málaga se hizo algo más con el cuero y tuvo alguna llegada al área de Diego López que no tuvo mayores consecuencias.
 
Se llegaba así al descanso tras una primera mitad de color rojiblanco en la que el Málaga, ya al final, logró equilibrar las fuerzas. No valió, sin embargo, para hacer mover el marcador, que continuaba reflejando el 0-0 inicial.

Sorpresa en el Pizjuán
 
La segunda parte comenzó con cambio en la filas malaguistas: el exsevillista Sergio Sánchez por Iturra. Se adelantó así la posición de Demichelis, que pasó a formar en el doble pivote con Camacho, y Sergio se situó en el centro de la zaga, junto a Weligton -que se perderá el choque ante el Real Madrid tras ver su quinta amarilla-. Un cambio que dio más solidez al conjunto de Martiricos.
 
A pesar de que el Sevilla había hecho méritos más que suficientes para adelantarse en el marcador, fueron los de Pellegrini los que lo inauguraron. Pasaban poco más de cuatro minutos desde la reanudación cuando Joaquín se dispuso a botar un saque de esquina que fue a parar a Demichelis. El argentino esperaba en el segundo palo, donde remató de cabeza sin que Negredo, que rozó el esférico, pudiese evitar el primer gol de la noche.
 
El tanto cayó como un jarro de agua fría en el Pizjuán, donde los locales veían cómo sus rivales se adelantaban a pesar de apenas haber disfrutado de una ocasión en todo el partido. Así, Míchel decidió mover el banquillo dando entrada a Reyes y Cicinho por Kondogbia y Coke.
 
El tanto dio fuerza al Málaga y amilanó tímidamente al Sevilla, que aun así traía peligro en cada acercamiento al área. Los malacitanos lograron equilibrar las fuerzas, sabedores de que el choque se les ponía de cara con el tanto de Demichelis.
 
En el 66' a punto estuvo Roque de hacer el segundo a centro de Eliseu, pero el paraguayo no llegó por centímetros, a pesar de tirarse con todo. Replicó Navas con un disparo desde fuera del área que se marchó fuera por poco.
 
Lesión, penalti y expulsión
 
Seguían las malas noticias para Míchel con la lesión de Rakitic, que tras un choque con Joaquín se retiró en camilla y tuvo que dejar su lugar a Manu del Moral. Apenas unos minutos más tarde llegó otro varapalo para los rojiblancos: Fazio derribó a Joaquín dentro del área y el colegiado señaló penalti y expulsión del defensa, que se marchó dejando a su equipo con 10 a falta de 20 minutos para terminar el encuentro.
 
Esta vez fue Eliseu el que se dispuso a lanzar la pena máxima y no falló. Con la zurda la envió al lado derecho de Diego para poner el 0-2 y dejar al Sevilla herido, tras ver cómo después de la gran mitad que realizaron, se veían con uno menos en el campo, dos tantos en contra y Rakitic lesionado.
 
Siguió intentándolo el Sevilla, pero con poco acierto. Tras el segundo tanto, Pellegrini dio entrada al exsevillista Saviola y dio descanso a Joaquín. Y pocos minutos después gastó los cambios introduciendo al canterano Portillo por Isco, que se marchó entre cánticos de: "Isco, Selección". 
 
Si la primera parte fue del Sevilla, la segunda fue del Málaga. El gol nada más comenzar la segunda mitad, la lesión de Rakitic, el penalti y la expulsión acabaron por dar la estocada a un Sevilla que mereció más antes del descanso. Los costasoleños aguantaron y acabaron haciéndose con un partido que comenzó muy mal y acabó con los tres puntos viajando a la Costa del Sol.
 
Perotti acabó el choque tocado, y Saviola intentó el tercero con una vaselina que se marchó fuera. Poco más sucedió en el final de partido, cuando, tras cuatro minutos de añadido, el colegiado decretó el final.
 
Dura derrota para los rojiblancos, que se quedan a nueve puntos del Málaga y, por tanto, de la zona Champions. Cuarto partido consecutivo sin ganar de los de Míchel y nueva victoria de los de Pellegrini, que afrontarán el choque ante el Madrid con mayor confianza y de nuevo tras haber dejado la portería a cero, lo que significa que Willy se mantiene, una jornada más, como Zamora de la Liga BBVA
 
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Foto: El Desmarque.