Si hay algo que caracterice al fútbol es su esencia de incertidumbre. No siempre gana el que se lo merece. No existe un criterio firme respecto a cómo un equipo se hace valer más que el rival: la efectividad es la cumbre del mismo. No importa la posesión, los centros al área, las ocasiones o los remates a puerta, que todo acaba según se cierre el marcador al final del encuentro.

Esto ha ocurrido esta mañana de sábado en La Rosaleda, en la que el equipo de casa ha sido superior durante todo el encuentro. En los primeros minutos la pelota se movía de un lado para el otro, hasta que los boquerones decidieron asentarse en el juego y llevar las riendas del partido.

Una sucesión de ocasiones, la mayoría perpetradas por la banda izquierda no acababan de ver puerta. Michael Santos lo intentó de todos los modos posibles, pero su mala puntería en el día de hoy, sumado a un Diego López pletórico hacían presagiar un encuentro bastante difícil en el aspecto ofensivo.

Con el Málaga volcado en ataque, el Espanyol aprovechó para armar una contra en el minuto 17 que acabaría con el golazo de Piatti. El delantero perico sorprendió a Kameni con un zurdazo desde su casa, con la potencia y colocación (sumado a un bote justo en el área chica que entorpeció la actuación de Kameni) precisas para adelantar a los visitantes.

El marcador, que no se movería en todo el encuentro, marcaba una antítesis entre el juego y el resultado del mismo. Tras el gol del Espanyol, el Málaga permanecería al acecho de la portería contraria hasta llegar a la conclusión de la primera parte.

La segunda parte seguiría con la misma tónica que la anterior: numerosas ocasiones (esta vez recurriendo más a los centros por alto) pero sin resultado alguno.

La carencia defensiva que tantos quebraderos de cabeza daba a la afición malaguista fue suplida por una gran actuación de Luis Hernández y Demichelis, que parecen asentarse como pareja de centrales titular en el esquema del Gato. La mala suerte perseguía a los boquerones, que no paraban de buscar el empate en la segunda parte.

Charles, Keko y Duda saldrían al césped para intentar rascar alguna oportunidad de peligro, pero el Espanyol repelía una y otra vez los balones colgados a su área. Los periquitos se replegaron de maravilla (no quitemos mérito) e impidieron el gol local.

Charles tendría la oportunidad más clara de la segunda mitad con un remate de chilena ejecutado a las mil maravillas que detendría Diego López, clave para la victoria del Espanyol.

Con esta derrota, el Málaga se acerca, aunque aún con un un colchón de ventaja a la zona de descenso. El "objetivo europeo" que dictaba Juande a principio de temporada parece haberse difuminado por completo. Por su parte, el Espanyol se coloca a solo dos puntos de Europa, estableciéndose como serio candidato a ocupar plaza europea.