Nueva victoria del Málaga, la tercera en cuatro partidos, algo que ha servido para que las últimas jornadas sean puro trámite y la afición malaguista no sufra más en una temporada un tanto covulsa. Míchel ha recuperado la ilusión, ha devuelto la tranquilidad y la fiabilidad defensiva y es que en sus siete encuentros que lleva dirigiendo al Málaga, se ha dejado la portería a cero hasta en cuatro ocasiones. Míchel ha hecho evolucionar a todas las líneas del campo. Kameni se muestra más seguro, la defensa se muestra firme y contundente, el mediocampo sabe a lo que juega y Sandro sigue siendo tan depredador como lleva siéndolo toda la temporada.

Míchel tiene la mente puesta en el futuro y para eso tiene que ir decidiendo qué jugador continuará la próxima temporada o no. Jugadores que estaban en el ostracismo como Ricca o Llorente se han convertido en pieza clave en las últimas semanas. Además, el madrileño ante el Valencia dio entrada a Ontiveros y Jony, dándole una oportunidad a ambos de cara al futuro. Otros jugadores como Luis Hernández, Rosales, Camacho, Fornals, Recio y Sandro parecen intocables para Míchel.

Tras la derrota en Riazor en un partido en el que el Málaga arrastró la camiseta por el campo, el Málaga se rehízo y pasó por encima de un Valencia muy gris. El partido comenzó con claro dominio del Málaga, que buscaba una y otra vez la portería defendida por Alves y no dejaba jugar al Valencia que se veía totalmente superado, a pesar de que los valencianistas tendrían la mejor ocasión para adelantarse, pero Mina no remató bien.

Con el claro dominio blanquiazul, llegarían los dos goles que matarían el partido en apenas cuatro minutos. Una vez más, Míchel acertó en una de las novedades, ya que dio entrada a Ontiveros que asistió con un centro perfecto a Recio y el paleño de cabeza hacia el 1-0. Poco después, la diferencia se ampliaría gracias a un voleón de Sandro que rebota en un defensa ché, el canario volvía a marcar y suma ya 10 tantos en su primera temporada con el Málaga. Sin duda alguna, el mejor jugador de la temporada.

En la segunda parte, se vio más el trabajo defensivo, el Málaga le cedió la pelota al Valencia, que apenas dispuso de ocasiones para meterse en el partido. Los ataque del equipo ché acababan siempre en manos de Kameni o en la muralla formada por Luis Hernández y Llorente, precisamente, desde la llegada de Míchel, se ha visto la mejor versión de Llorente y parece que por fin se ha ganado el cariño de la afición.

La Rosaleda volvió a sonreír y uno de los culpables de Míchel González, que tras un inicio un tanto irregular, parece que poco a poco ha dado con la tecla definitiva y que su mensaje ha calado en los jugadores. Gracias a todo eso, el Málaga acaba la jornada 13 puntos por encima de los puestos de descenso. Permanencia asegurada