El mejor jugador de la temporada para el Málaga CF tiene nombre y apellidos, el delantero centro Sandro Ramírez Castillo, natural de las Islas Canarias no ha podido caer con mejor pie en la entidad costasoleña, en una temporada que no ha sido fácil, tanto para el canario como para el club, aun así, 14 goles convierten al ex del Barça en el pichichi y mejor jugador de los blanquiazules en esta temporada 2016-2017.

Empezó la temporada como un tiro, anotando goles importantes para el equipo, con un gran rendimiento, y con la moral por las nubes, se llegó incluso a especular con la posibilidad de llegar a Europa, pero una desafortunada lesión apartó al delantero unos dos meses de los terrenos de juego, algo que influyó negativamente en el devenir del equipo, y así quedó constatado en la malísima racha que pasaron los malaguistas hasta la recuperación de Sandro y la consiguiente llegada de Míchel, que aportó lo necesario para volver a encauzar el camino y establecer de nuevo las bases para que el equipo no sufriera para salvarse y recuperar el mejor nivel de Sandro tras su lesión.

El jugador canario, internacional con la Sub-21 de Albert Celades, ha disputado un total de 31 partidos (30 de liga y uno de Copa del Rey) anotando un total de 16 goles, con una media de 0'52 goles por partido, o lo que es lo mismo, más del 32% de los goles anotados por el conjunto entrenado por Míchel, unos números que llaman la atención, en parte por la alta dependencia que tenía el equipo en su goleador estrella, y luego por la revelación que supuso la explosión del canario, empezando como pareja de Charles, rotando con Michael Santos, por el que el Málaga había pagado cuatro millones de euros, finalmente fue Sandro quien cogió los mandos del gol y decidió ponerse en la cabeza para liderar a un equipo que había cambiado mucho, pero que gracias a Sandro, en gran parte, se ha podido pasar con cierta holgura esta temporada, que de haber sido más regular, y no haber sufrido aquella dichosa lesión a principios del primer trimestre del 2017, qué habría pasado, eso nunca se sabrá, lo que es seguro es del papel del canario, de sus números y  de la huella que ha dejado en la entidad malacitana y en sus aficionados.