El conjunto malaguista ha acabado en undécima posición en la tabla liguera con Sandro como máximo goleador. Tres entrenadores han hecho falta para conseguir estabilidad en el club, después de que con Marcelo Romero, sucesor de Juande Ramos en el banquillo, se rozaran los puestos de descenso. En nueves meses se pasó de las aspiraciones europeas, al declive, para que con Michel de nuevo se recuperara la estabilidad y se sueñe con grandes objetivos en el futuro.

Juande Ramos para liderar el proyecto

El equipo andaluz comenzó a preparar esta temporada con la llegada de un nuevo entrenador al banquillo: Juande Ramos. Tras la marcha de Javi Gracia, el club apostó por el técnico manchego para dar continuidad al proyecto y conseguir clasificar al Málaga para competiciones europeas. Llegaron buenos jugadores en el mercado veraniego, como Diego Llorente, Keko, Jony y el canario Sandro, que ha demostrado durante toda la temporada, a excepción de las lesiones, que tiene calidad a rebosar.

Tras una pretemporada aparentemente buena llegó el inicio de la temporada y no llegó de la forma en la que se esperaba. Los blanquiazules generaban un buen juego pero no se transformaba en victorias, pese a la cantidad de ocasiones que transformaba el equipo. Con cinco puntos en seis jornadas, el equipo rozaba los puestos de descenso y no daba sensaciones de mejoría, aunque eso si, Juande hizo debutar a varios canteranos como Ontiveros o En-Nesyri que han realizado una muy buena temporada rentabilizada a base de goles. 

Final de año con mal clima

El año 2016 acabó de la peor forma posible. El Málaga recibió cuatro goles del Sevilla en diez minutos, el Córdoba apeó de la Copa del Rey a los malaguistas y Juande Ramos presentó su dimisión ante la mala racha de resultados, sobre todo fuera de casa, que provocaba que los andaluces se alejaran de las posiciones altas de la tabla y miraran de reojo a la zona baja de la clasificación. Ante esta dimisión, el club apostó por un hombre de la casa: Marcelo 'Gato' Romero, que sería el encargado de abrir el año 2017 con la intención de mejorar los resultados hasta ese momento obtenidos.

Romero llegaba con ilusión...

El día 28 de diciembre anunciaba el club la contratación del entrenador uruguayo, alguien que conocía bien la entidad blanquiazul al haberle dedicado siete años de su carrera profesional como futbolista y al haber sido ayudante de Javi Gracia y de su predecesor, Juande Ramos.

El arranque del ‘Gato’ como primer entrenador del Málaga CF no fue, ni mucho menos, el deseado. Lejos de hacer olvidar la eliminación copera y los malos resultados de los últimos encuentros de Juande Ramos en el banquillo boquerón, el Málaga CF del ‘Gato’ Romero realizó un inicio decepcionante, perdiendo los tres primeros encuentros (3-1 ante el Celta de Vigo, 0-2 ante la Real Sociedad y 3-1 ante el Real Madrid) y sumando solo dos de los 18 primeros puntos en juego (dos empates a uno en Pamplona y en Villarreal y, entre ellos, una derrota ante el RCD Espanyol por 0-1).

La afición costasoleña no estaba satisfecha con el rendimiento del Málaga CF bajo las órdenes del ‘Gato’ Romero, y es que el club de Martiricos se acercaba cada vez más a las posiciones peligrosas de la tabla. Tras unas seis primeras jornadas como entrenador blanquiazul en las que el equipo naufragó completamente, llegó la primera victoria del ‘Gato’ Romero al frente del Málaga CF. Dicha victoria, con remontada incluida ante la UD Las Palmas, hizo dar un poco de esperanza a los aficionados, pero la expresión ‘flor de un día’ define a la perfección la primera y única victoria de Marcelo Romero en el banquillo blanquiazul.

...pero duró muy poco en el cargo

La goleada sufrida ante el Eibar en Ipurúa (3-0) fue seguida de una incomprensible derrota ante el Real Betis (1-2) y otra de ajustada en San Mamés (1-0). Esa última derrota en Bilbao fue la gota que colmó el vaso, y la corta etapa del ‘Gato’ Romero llegó a su fin dejando un pobre bagaje: 7 derrotas, 2 empates y 1 victoria. Además, el técnico uruguayo dejó al Málaga CF 15º y con siete puntos de margen con el descenso, pero su destitución se vio justificada por la situación de caída libre en la que se encontraba el equipo andaluz.

Se podría decir que el ‘Gato’ Romero pasó sin pena ni gloria por el banquillo del Málaga CF (como primer entrenador, como segundo hizo un gran trabajo), pero la suya fue una época de transición. El entrenador sudamericano dejó al Málaga CF tocado pero no hundido, y ‘Míchel’, su sustituto, se encargó de mantenerlo a flote con brillantez.

Michel sacó petróleo

Tras la primera semana de marzo y viendo que el equipo caía en picado en la clasificación en dirección al descenso, el ‘Gato’ Romero fue destituido, aunque sin abandonar el club y manteniendo un puesto en la dirección deportiva. Su sustituto fue Michel que ya venía sonando desde la marcha de Javi Gracia al fútbol ruso y que firmaba por lo que restaba de temporada y una más.

Con mucha ilusión y realismo viendo el mal estado en el que se encontraba la plantilla, Michel afrontó con menos de una semana de preparación el que sería su primer enfrentamiento. El cambio en la actitud del equipo fue bastante notorio, haciendo suficientes méritos para llevarse la victoria, sin embargo, dos fallos de concentración del veterano Martín Demichelis costaron una dolorosa derrota. A la semana siguiente, un enfrentamiento directo contra el Lega finalizaría con empate a nada, en un partido donde los malacitanos dieron muestras visibles de inseguridad y de miedo, con el que llegábamos al parón de selecciones. El parón permitía al técnico madrileño aclarar las ideas del grupo y, sobre todo, inducir confianza a una plantilla rota tras no cumplir ninguna expectativa fijada a principio de temporada.

No obstante, el Atleti no daba su brazo a torcer y se llevaba los tres puntos de Martiricos. Momento crítico de la temporada. Los que seguimos a la entidad blanquiazul sabemos que es un equipo de rachas, en cuanto encadena una serie de resultados positivos es capaz de lo mejor. Y eso es lo que faltaba, una victoria que llegaría en el momento y partido oportuno, en la visita a El Molinón a tan solo cinco puntos de los gijonenses. Este encuentro se convirtió en una fecha clave, a partir de aquí, el Málaga empezó a mejorar por minutos. Abonándose al 2-0, los de Michel encadenaron una serie de victorias impecables y arrolladoras en partidos de dificultad. La Rosaleda se volvió un fortín, donde ni Barça, ni Valencia, ni Sevilla, ni Celta fueron capaces de puntuar. El equipo mejoró en todas las líneas. La defensa, que había dado grandes quebraderos de cabeza durante la temporada, se volvió un muro, liderado por el fichaje invernal Luis Hernández. Y en la sala de máquinas, la continua aportación de Recio permitió liberar en la media punta a Pablo Fornals. El triángulo Camacho-Recio-Fornals debe ser inamovible en el futuro, aportan consistencia, saber estar y calidad para mover el balón en la zona más importante del terreno de juego. En el frente ofensivo, Sandro continuó al gran nivel de la temporada.

Sin sufrimientos finales, el Málaga se acomodó en la undécima posición gracias al trabajo conjunto de Michel y sus jugadores. Toca pensar en el futuro, reforzar bien algunas posiciones e intentar no debilitar otras porque, como afirmó Michel, el gran artífice de este gran final de temporada, el próximo curso promete.