La salida de Camacho del conjunto costasolense supone una pérdida dolorosa no sólo en los corazones de los aficionados, sino en la pizarra de cada mister que ha pasado por el banquillo de La Rosaleda los últimos años. Con Michel no iba a ser una excepción. De buen seguro, su carisma y liderazgo en el vestuario se harán notar. ¿Pero qué más aportaba el centrocampista maño dentro del terreno de juego?

- RECUPERACIÓN. El 6 malaguista siempre ha sido el líder a la hora de robar la pelota, no solo dentro del equipo, sino como uno de los más destacados en la Liga Santander.

- REGULARIDAD. Mientras las lesiones se lo han permitido y sobre todo desde la época del año de la Champions League, Ignacio lo ha jugado todo, volviéndose indispensable tanto para Pellegrini en aquel año como para los posteriores entrenadores. Era un pilar básico en la columna vertebral del equipo.

- ESTRATEGIA. La faceta goleadora está dentro de su haber. En las 6 últimas temporadas siempre ha marcado en competición oficial, y en la mitad de ellas ha conseguido al menos 4 o más goles, casi todos en jugadas ensayadas y con la testa.

- VETERANÍA. Tras las salidas de Duda y Weligton, Camacho hubiera sido el principal capitán del equipo y uno de los más veteranos dentro del vestuario malaguista, siendo buen conocedor de la plantilla, su modo de motivar y de alentar a sus compañeros.

- ENTREGA. El juego del jugador maño ha pasado por muchos altibajos, especialmente en la última temporada jugada. Pero de lo que no se puede dejar de hablar es de su absoluta voluntad de jugar por y para el equipo dando siempre el máximo de sus posibilidades. Y eso el respetable lo sabe y, a pesar de todo, siempre se llevó los aplausos de La Rosaleda por ello.

- CORAZÓN. Málaga lleva dentro a Camacho y Camacho se lleva un pedazo de Málaga con él. El jugador ha vivido casi 7 años en la Costa del Sol, donde ha prosperado personal y profesionalmente, ha sido padre y se ha asentado en la provincia como uno más. De buen seguro que volverá de un modo u otro. Y eso es de agradecer siempre.