Hubo un partido de una hora en la que el Málaga no fue mejor que el Borussia Mönchengladbach, pero sí supo sufrir y también ganar al rival. Y esa es la mejor lectura que se puede hacer del encuentro que pone fin a la gira por Holanda y Alemania.

El tanto fue del canterano Álex Mula, cuya recompensa del gol fue la consumación de un trabajo bien hecho pero cuyos frutos se irán recogiendo poco a poco en el futuro.

Aunque, lo que queda al final, será la derrota y que el conjunto malagueño sigue sin ganar este verano, algo que seguramente genere más dudas en el entorno del conjunto malaguista, que no en el interior del propio equipo.

El Málaga resistió la primera mitad ante un rival que se mostró sólido y serio desde el comienzo del partido, no había un dominio claro, pero los alemanes anduvieron más cerca del arco rival. Los alemanes acumularon más ocasiones que los malagueños, que estuvieron bien plantados pero carecieron de colmillo, un par de fueras de juego que por poco no significaron el gol del conjunto alemán, pero que finalmente terminaron cayendo a favor del conjunto blanquinegro.

La idea está ahí, pero faltan piernas. Además, los jugadores con más imaginación no estaban disponibles para la cita y el equipo se resiente, hubo bajas, falta plantilla, aún queda mucho por hacer.

De entrada Míchel le dio otra importancia al choque con respecto a los anteriores, con dibujo y futbolistas que llevan el cartel de titulares en su mayoría.

A día de hoy, si llegase la primera jornada liguera, el once sería muy similar al que saltó en Homberg. Quizás añadiéndole arriba Juanpi, Jony, Ontiveros o Adrián, a los que se echó en falta.

El Borussia Monchengladbach, más rodado que el Málaga, llevó la iniciativa y el control del juego desde el arranque. Aunque en el primer cuarto de hora la intensidad brilló por su ausencia. Los germanos tuvieron una ocasión encontrando una fuga en la espalda de la zaga malaguista, mientras que los naranjas tuvieron otra en las botas de Keko.

Pudo adelantarse el cuadro alemán, que marcó un gol a la salida de un córner. Börner vio falta clara a Recio en la acción previa y decidió que no subiese al marcador. Minutos después Herrmann probó fortuna con una falta directa que salió rozando la escuadra de la portería de Roberto, que fue amonestado por protestar de forma airada al árbitro por permitir la ejecución del tiro de falta mientras el guardameta colocaba la barrera.

El resto de la primera parte fue igual, si bien el Málaga no escatimó a la hora de meter la pierna y paró en no ocas ocasiones al rival con faltas. Lo mejor, que se llegó al ecuador con tablas y la sensación de que con algo de chispa se podía hacer daño.

Iniciada la segunda parte y después de varios minutos pastosos, los alemanes volvieron a tener otra ocasión clara, esta vez entrando por a banda izquierda del Málaga. Roberto actuó con celeridad para abortar un gol casi cantado. La respuesta del Málaga fue contundente. Keko encontró a Mula, que entró por el centro de la defensa, se coló en el área y batió de tiro cruzado a Sommer.

Con el gol, Míchel comenzó a mover el equipo y metió a Miguel Torres por el Chory Castro. Ello llevaba consigo un cambio de sistema para pasar al 5-2-3. Pero pareció contento con la hora de trabajo de sus 'titulares' porque al poco revolucionó al equipo y lo varió de arriba a abajo.

Sin embargo, un Málaga plagado de canteranos volvió a pagar su inexperiencia de aquellos jugadores no habituados a enfrentarse a este tipo de rivles, en una acción en la que Oxford remató de cabeza plácidamente para lograr el 1-1.

En la recta final del partido, el defensa venezolano, Mikel Villanueva, hizo un penalti sobre Raffael, que se encargó de ejecutarlo, imposible para Gönen.

Con 2-1, el equipo se fue con otra derrota en la mochila, pero sabiendo contextualizar el partido, se puede ser razonablemente optimista.